Sociedad

Las otras vidas de la DANA: Así han quedado las protectoras de animales

Protectoras anegadas, abandonos oportunistas y destrucción de colonias: tres voces para los animales

Estado de la protectora de Cullera
Estado de la protectora de CulleraÁngela Pulido

«No se escuchaba ni un ruido, ni una gota. Todo estaba en silencio, pero el agua subía sin parar. Y en el silencio, los ladridos de los perros», narra Olga Lacruz, presidenta y fundadora de Rescue & Love en Cullera. A las siete de la mañana del pasado 29 de octubre, el agua ya llegaba a la altura de los tobillos en el recinto de esta protectora de animales. Activa desde el año 2013, la asociación se ocupaba en ese momento de unos ochenta perros.

Aunque no era la primera vez que se inundaba, el agua jamás se había acercado al 1,70 metros que alcanzó sobre las tres de la tarde de ese día. En la protectora estaban Olga, su hija y otro compañero, que se encargaron de subir a los perros a una plataforma elevada. «Los animales estaban flotando y los íbamos sacando de uno en uno. A veces alguno se volvía al agua y vuelta a empezar», cuenta Olga.

El rescate llegó en piragua, gracias al Club de Piragüisme de Cullera, cuyos miembros se acercaron hasta la protectora, en las afueras del pueblo, para ayudar a sacarlos. Pasaron la noche en una nave vacía habilitada por el Ayuntamiento y entonces comenzó la siguiente fase: la de las acogidas temporales. Para limpiar y reconstruir sus instalaciones, la protectora necesitaba personas que pudieran quedarse con los perros durante unas semanas. «En dos días conseguimos casas para todos», explica Olga, que agradece que la población se volcara tanto para ayudar.

Colonia de gatos de Benetússer
Colonia de gatos de BenetússerÁngela Pulido

Sin embargo, una semana más tarde muchas de esas personas la llamaron porque no podían seguir haciéndose cargo de los perros. Les han devuelto ya una treintena de ellos, que están reubicados en la parte del refugio que se ha podido rehabilitar hasta ahora –refugio que la semana posterior a la primera DANA volvió a inundarse y que tiene aún pegado a las paredes el olor a podrido–.

Olga está segura de que saldrán adelante, pero espera que no sea «un trabajo de años y años», como el que habían realizado hasta ahora y del que se ha perdido tanto. Recalca que es necesario que la gente se informe bien sobre cuál es la mejor manera de ayudar: manteniendo las acogidas, con material o aportaciones económicas y a asociaciones legalmente constituidas.

«Aunque son una minoría, hay algunos desalmados que han querido aprovecharse de esta situación. Pasó algo parecido con las adopciones en masa en la pandemia, porque si tenías perro podías salir a pasear», denuncia Pilar de la Peña, presidenta y fundadora de Refugiocan, en Alberich. «Van hasta una protectora o un centro que esté recogiendo los perros que se han perdido y abandonan allí al suyo, diciendo que se lo han encontrado», describe. Los reconocen por cómo se comporta el animal con la persona que los acompaña y porque «sabemos que no se han perdido cerca de 400 perros», explica.

Otro de los problemas a los que se enfrentan es que nadie reclama a muchos de los perros que han encontrado, y otros ni siquiera tienen el chip que ayuda a identificar a su dueño. «Es ilegal, y si el perro viene de una protectora o un criadero legal no pasa esto, pero muchos particulares los regalan y nadie se preocupa de las vacunas o del chip», explica de la Peña.

«En otros casos, hay algunos que sí llevan el chip pero llamamos al teléfono asociado y no suena. Te queda la pregunta de si todos esos teléfonos se han perdido o es que hay gente que no quiere hacerse cargo del animal», continúa.

A pesar de esto, Pillar destaca también la solidaridad de la mayoría de la gente durante estos días, tanto con adopciones y acogidas temporales –«a quienes pedimos un poco de paciencia»– como con donaciones económicas y de material, medicamentos, alimentos… Uno de estos casos es el de Cristina, que viajó con sus dos hijos desde Vic (Barcelona) para adoptar a Scooby, uno de los perros de Refugiocan. «Tenemos que dar las gracias al pueblo porque de las autoridades, de momento, no hemos recibido nada», asevera Pilar. El pasado 12 de noviembre el Gobierno publicaba el segundo Real Decreto Ley de ayudas para las zonas afectadas por la DANA, que incluye una dotación de 390.000 euros para las protectoras de animales. Este dinero aún tardará en llegar.

Colonias destrozadas

Elena Pujol es veterinaria y dedica el resto de su tiempo a La gata de Benetússer, asociación que fundó en 2013 y que gestiona las colonias felinas de Benetússer, en las que hay entre 200 y 300 gatos. «Me di cuenta de que en mi pueblo había un problema con los gatos callejeros: había muchos, mal alimentados y en unas condiciones de salud lamentables», explica. Su trabajo y el de los voluntarios que la ayudaban se había centrado en esterilizar, alimentar y construir refugios a las colonias. Ahora todo es diferente.

Cristina viajó desde Barcelona y se quedó con Scooby
Cristina viajó desde Barcelona y se quedó con Scooby Ángela Pulido

La mañana del 30 de octubre Elena y su hermano salieron de casa cargados con dos carretillasllenas de pienso para llegar hasta las colonias, ver cómo habían quedado los refugios, buscar a los gatos y alimentarlos. El pueblo estaba destrozado. «Esos primeros días llegué a hacer rondas de ocho horas diarias intentando llegar hasta ellos», cuenta. «Sólo veíamos a un 10% de los gatos, porque cuando se asustan se esconden y no quieren salir. A día de hoy tengo controlados a cerca de la mitad, pero aún hay muchos que permanecen escondidos», explica. «Ya están empezando a comer más, pero siguen desubicados y algunos de los refugios no se van a poder recuperar».

Elena ha entregado su tiempo y su salud, ayudada por los voluntarios, a la reconstrucción de un trabajo que había durado años y costado mucho dinero. Recibía, algunos años, una pequeña ayuda del Ayuntamiento –unos 1.000 euros–, y el resto salía de su propio bolsillo y de aportaciones de particulares. «Durante la primera semana me dediqué a alimentar a los que habían quedado vivos, y en la segunda medicamos y rescatamos a algunos que se habían quedado atrapados», recuerda Elena, que ha podido recuperar cuatro de las colonias. «Necesitamos que la ayuda llegue de manera escalonada porque nos falta almacenaje y capacidad de gestión», explica. Ha recibido donaciones de todos los puntos de España y también de otros países.