Turismo y escapadas

Estos son los 4 pueblos mallorquines que National Geographic considera los más bellos

Mallorca es mucho más que sol y playa. Entre sus montañas y valles se esconden pueblos con un encanto especial

Valldemossa, Mallorca
Valldemossa, MallorcaWikipedia

Mallorca es un destino que seduce a viajeros de todo el mundo gracias a sus playas, su gastronomía e historia. Sin embargo, más allá de sus paradisíacas calas, la isla alberga pueblos con un encanto, donde la tradición, la cultura y la belleza natural se entrelazan para ofrecer una gran experiencia.

La revista National Geographic ha publicado su ranking actualizado de los pueblos más bonitos de España en 2025, y Mallorca ha conseguido incluir cuatro de sus municipios en la lista. Pollença, Valldemossa, Deià y Fornalutx han sido reconocidos como los pueblos más encantadores de la isla, y no es difícil entender por qué. Cada uno de ellos ofrece una combinación perfecta de historia, paisajes y una atmósfera que atrapa a cualquiera que los visite.

Pollença

Situado en el norte de Mallorca, Pollença es un pueblo con raíces romanas que ha sabido conservar su esencia a lo largo de los siglos. Su casco antiguo cuenta con con sus calles empedradas y sus fachadas de piedra. Uno de sus puntos más emblemáticos es la Plaça Major, el corazón del pueblo, donde se pueden encontrar encantadoras cafeterías y restaurantes con vistas a la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, un templo del siglo XIII.

Además de su arquitectura, Pollença es famoso por su tradición artística. Pintores como Joaquín Sorolla encontraron inspiración en este rincón mallorquín, y su escalinata del Calvari, con sus 365 escalones, ofrece una vista panorámica espectacular de la bahía. Durante el mes de agosto, el pueblo se llena de vida con su famoso Festival de Pollença, un evento cultural que reúne a artistas y músicos de todo el mundo.

Valldemossa

En la Serra de Tramuntana, Valldemossa es un pueblo de cuento que enamora a primera vista. Sus calles empedradas, sus casas de piedra decoradas con macetas y su entorno natural hacen que sea una de las visitas imprescindibles de Mallorca.

Pero Valldemossa no solo destaca por su belleza, sino también por su importancia cultural e histórica. Fue aquí donde el compositor Frédéric Chopin y la escritora George Sand se refugiaron en el invierno de 1838 en la famosa Cartuja de Valldemossa. Inspirada por su estancia en el pueblo, Sand escribió el libro Un invierno en Mallorca, donde describe la experiencia vivida en este rincón de la isla.

Hoy en día, la Cartuja sigue siendo un punto de referencia para los viajeros, al igual que las panaderías del pueblo, famosas por sus cocas de patata, un dulce esponjoso que no puede faltar en ninguna visita.

Deià

Deià es otro de los pueblos de la Serra de Tramuntana que ha cautivado a viajeros y artistas durante décadas. Su ubicación privilegiada, en lo alto de una colina con vistas al mar, lo convierte en un destino único para quienes buscan tranquilidad y belleza natural.

Desde finales del siglo XIX, este pequeño pueblo ha atraído a numerosos artistas y escritores. Santiago Rusiñol lo describió como un "belén" cuando lo visitó en 1893, y más tarde, el poeta y novelista inglés Robert Graves se estableció en Deià, convirtiéndolo en un punto de referencia para la comunidad bohemia. Su casa, hoy convertida en museo, es una visita obligada para quienes desean conocer más sobre su legado.

Más allá de su historia, Deià ofrece una gran atmósfera, con sus casas de piedra, sus senderos que conducen a calas escondidas y sus exclusivos restaurantes donde se puede disfrutar de la gastronomía mallorquina con unas vistas inmejorables.

Fornalutx

Por último, pero no menos impresionante, Fornalutx ha sido considerado durante años como uno de los pueblos más bonitos de España. Ubicado en el valle de Sóller, este pequeño municipio se distingue por sus casas de piedra adornadas con flores.

Una de sus características más curiosas es la decoración de sus tejas, muchas de las cuales presentan dibujos de motivos geométricos, vegetales, animales y figuras humanas. Esta tradición tiene siglos de historia y se mantiene como parte del legado cultural del pueblo.

Fornalutx es también un destino perfecto para los amantes del senderismo, ya que desde aquí parten diversas rutas que recorren la Serra de Tramuntana, ofreciendo vistas espectaculares del paisaje montañoso y del mar Mediterráneo.