Oriente Medio

Trump propone tomar Gaza, expulsar a los palestinos y convertir la franja en la "Riviera de Oriente Medio"

Netanyahu dice que "vale la pena prestar atención" a la "idea" de Trump para evitar que "Gaza vuelva a ser una amenaza para Israel"

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha afirmado este martes que Estados Unidos "se hará cargo" de la Franja de Gaza "a largo plazo" tras el alto el fuego pactado entre Israel y Hamás después de 18 meses de constantes bombardeos israelíes en el enclave palestino, que han dejado más de 47.700 palestinos muertos, mientras que miles se encuentran desaparecidos bajo los escombros. "EEUU se hará cargo de la Franja de Gaza (...) Lo poseeremos y seremos responsables de desmantelar todas las bombas peligrosas sin detonar y otras armas que haya en el lugar, nivelar el lugar y deshacernos de los edificios destruidos, crear un desarrollo económico que proporcione una cantidad ilimitada de empleos y viviendas para la gente de la zona, hacer un trabajo real, hacer algo diferente", ha indicado en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjmin Netanyahu, quien a su vez añadió que "vale la pena prestar atención" a la "idea" de Trump para evitar que "Gaza vuelva a ser una amenaza para Israel".

Trump afirmó que Estados Unidos limpiaría la devastación dejada por 15 meses de conflicto entre Israel y Hamás y la convertiría en la “Riviera del Medio Oriente”. A su juicio, los palestinos que viven en la Franja deberían ser reasentados en los países árabes cercanos porque la región se ha convertido en un “infierno” inhabitable, dijo en una conferencia de prensa junto al primer ministro hebreo. Cuando se le preguntó si Estados Unidos controlaría permanentemente el territorio, Trump dijo: “Veo una posición de propiedad a largo plazo y creo que aportaría una gran estabilidad a esa parte del Medio Oriente”.

La visita de Netanyahu a la Casa Blanca marca un momento crucial en las relaciones entre Estados Unidos e Israel. Netanyahu es el primer líder extranjero en reunirse con el presidente de EEUU desde su retorno a la presidencia, en medio de un complejo panorama diplomático y geopolítico. Desde el inicio, se esperaba que el encuentro esté cargado de cordialidad. Sin embargo, la relación entre ambos líderes es más intrincada de lo que aparenta. Su reunión tiene implicaciones determinantes para el futuro de Medio Oriente, especialmente en lo que respecta a la tregua en Gaza, la posible normalización de relaciones con Arabia Saudita y las tensiones con Irán.

El proceso de negociación para la segunda fase del acuerdo de cese al fuego en Gaza es uno de los temas más urgentes entre los mandatarios. Trump ha asumido el crédito por el acuerdo previo de intercambio de rehenes por la tregua, asegurando que su inminente llegada a la Casa Blanca influyó en la presión sobre Israel y Hamás. La estrategia hizo parte de su plan para borrar todo legado de su antecesor, Joe Biden. Sin embargo, ahora el presidente ha mostrado escepticismo sobre la sostenibilidad del pacto. “No tengo garantías de que se mantenga”, declaró, reflejando la incertidumbre que rodea la situación.

Steve Witkoff, su enviado para Medio Oriente, ha estado profundamente involucrado en la implementación del acuerdo e incluso visitó Gaza en una misión de reconocimiento. Aunque se muestra más optimista que su jefe, la realidad es que el proceso sigue siendo frágil.

Además del cese al fuego, se esperaba que Trump y Netanyahu discutieran el futuro de Gaza. El republicano ha sugerido la posibilidad de trasladar a los palestinos a Egipto y Jordania para facilitar la reconstrucción del enclave, una propuesta que seguramente generará reacciones mixtas en la región porque los líderes de ambos países han rechazado una reubicación masiva.

Al término de su encuentro con Netanyahu, Trump reafirmó su creencia de que los gazatíes deberían ser reubicados fuera de Israel. "Prácticamente no queda un edificio en pie, y los que aún están de pie van a colapsar. No se puede vivir en Gaza en este momento. Y creo que necesitamos otra ubicación", dijo Trump repetidamente defendiendo que los gazatíes no quieren vivir en una región peligrosa.

"Si podemos encontrar un área hermosa para reasentar a las personas de manera permanente, con buenas casas, donde puedan ser felices y no ser disparados, no ser asesinados, no ser apuñalados hasta la muerte, como está sucediendo en Gaza", agregó mientras Netanyahu lo observaba. "Si tuvieran una alternativa, preferirían no regresar a Gaza y vivir en una alternativa hermosa y segura", añadió Trump. "No tiene que ser un solo lugar, pero puedes tomar ciertas áreas y construir viviendas de muy buena calidad, como una ciudad hermosa, un lugar donde puedan vivir y no morir", culminó.

Otro punto clave es el enfoque hacia Irán. Se esperaba que Netanyahu aprovechase la reunión para evaluar la disposición de Trump a apoyar un ataque directo contra las instalaciones nucleares iraníes, especialmente en un momento en que los ‘proxies’ del régimen de los ayatolás han sido debilitados y su programa nuclear parece avanzar rápidamente.

Sobre esto vale la pena decir que, aunque Trump ha expresado su deseo de resolver la situación sin recurrir a la fuerza, no ha cerrado completamente la puerta a la posibilidad de una acción militar si la diplomacia fracasa.

Uno de los logros más importantes de la administración Trump en su primer mandato fueron los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones entre Israel y varios países árabes. Ahora, la posibilidad de un acuerdo con Arabia Saudita es el “premio mayor” tanto para el mandatario estadounidense como para su homólogo israelí. Un acuerdo de este tipo no solo fortalecería a Israel en la región, sino que también crearía un bloque más sólido contra Irán.

El encuentro también sirve como punto de análisis para la relación personal entre ambos líderes. Si bien Netanyahu ha sido un aliado clave de Trump, su convivencia ha pasado por momentos difíciles. Durante la administración Biden, las tensiones entre ambos alcanzaron niveles sin precedentes, con largos periodos sin comunicación directa. Netanyahu apostó por un triunfo de Trump en las elecciones y su cálculo resultó correcto. La nueva administración ya ha revertido restricciones impuestas en su momento por el demócrata sobre la entrega de armas a Israel, y durante la visita, Netanyahu parece que ha presionado por la aceleración de ventas millonarias en equipamiento militar.

Sin embargo, Trump nunca olvidó lo que consideró una “traición” por parte de Netanyahu cuando este felicitó a Biden por su victoria en 2020. Durante años, el exmandatario evitó cualquier contacto con el primer ministro israelí y solo recientemente han reanudado su relación política de la manera más pragmática que han conseguido. Y es que con el republicano de vuelta en la presidencia, Netanyahu busca asegurar el respaldo de su aliado más poderoso en un momento de profunda incertidumbre para su país y la región.