
Guerra
Putin ordena el bombardeo de ciudades ucranianas tras hablar con Trump de un alto el fuego
Drones rusos golpean hospitales e infraestructura energética tras la llamada Putin-Trump
Los cielos de Europa del Este volvieron a encenderse con fuego y destrucción en una escalada de ataques aéreos entre Rusia y Ucrania que se produjo apenas horas después de una llamada telefónica entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo estadounidense, Donald Trump. La conversación había girado en torno a la posibilidad de una tregua parcial de 30 días para cesar los ataques a infraestructuras energéticas en ambos países. Sin embargo, la violencia se intensificó en una noche de bombardeos cruzados.
Un ataque con drones ucranianos golpeó un depósito de petróleo en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, provocando un incendio de grandes dimensiones. Inicialmente contenido en 20 metros cuadrados, las llamas se extendieron hasta ocupar 1.700 metros cuadrados debido a una fuga en una de las tuberías principales que conectan los tanques de crudo de la estación de Kavkázkaya.
Las autoridades rusas informaron que fue necesario duplicar el personal de emergencias para combatir el incendio, alcanzando un despliegue de 227 efectivos. Pese a la magnitud del siniestro, se logró evacuar a los 30 trabajadores presentes en la instalación sin que se reportaran víctimas.
Además del ataque en Krasnodar, el Ministerio de Defensa ruso informó que sus sistemas de defensa antiaérea derribaron un total de 57 drones ucranianos sobre las regiones de Kursk, Oriol, Tula, Briansk y el mar de Azov, subrayando la intensidad de la ofensiva.
En una rápida represalia, drones rusos impactaron contra hospitales y estaciones energéticas en Ucrania. La región de Sumi sufrió severos daños con el ataque a dos centros médicos, donde los pacientes fueron evacuados a refugios antes del impacto, evitando así bajas civiles en esas instalaciones. Sin embargo, un ataque de artillería rusa sobre la localidad de Ugroidi, también en Sumi, causó la muerte de al menos una persona y dejó tres heridos.
El bombardeo también destruyó un edificio de apartamentos de dos plantas y dañó la red de gas local, lo que obligó a evacuar a 147 personas, entre ellas nueve con movilidad reducida.
En la región de Donetsk, en el este de Ucrania, drones rusos golpearon infraestructura eléctrica clave, dejando a varias zonas sin suministro. En Dnipropetrovsk, los ataques aéreos impactaron la infraestructura ferroviaria, afectando el transporte y la logística en el centro del país.
La conversación entre Putin y Trump pareció no haber surtido efecto en la desescalada de la guerra. Según informó la administración ucraniana, el presidente estadounidense propuso una tregua total, lo que había sido aceptado por Kiev. Sin embargo, Moscú solo estaba dispuesto a un cese parcial de hostilidades centrado en el sector energético, dejando abierta la posibilidad de ataques a otros objetivos militares y estratégicos.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó la negativa de Putin a aceptar un alto el fuego integral, señalando que Rusia "no tiene intención de poner fin a la guerra". En un mensaje a la nación, denunció que, mientras hablaba, "misiles y drones rusos continúan golpeando infraestructuras civiles en Kiev y en otras ocho regiones del país".
El enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, lejos de encontrar una vía diplomática, parece entrar en una nueva fase de recrudecimiento. Los ataques a infraestructuras clave por ambas partes reflejan un conflicto cada vez más centrado en la destrucción de recursos esenciales, mientras el panorama internacional observa con preocupación el escalamiento de las hostilidades.
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