
Tregua
El día después de la primera jornada de alto el fuego en Gaza
Las tres rehenes liberadas el domingo se reunieron con sus familias, sornientes, entre llantos de emoción y alegría, y fueron trasladadas a un hospital en el centro del país donde el equipo médico comunicó que su situación física era estable
El lunes se respiraba una calma inusual en Tel Aviv. Era el segundo día de un frágil alto el fuego en la guerra entre Israel y Hamás, con la resaca de un dramático intercambio de tres rehenes por 90 prisioneros palestinos el día anterior en el contexto de un acuerdo destinado a poner fin a más de 15 meses de guerra en Gaza.
Las tres rehenes liberadas el domingo se reunieron con sus familias, sornientes, entre llantos de emoción y alegría, y fueron trasladadas a un hospital en el centro del país donde el equipo médico comunicó que su situación física era estable.
En cuanto entró en vigor el alto el fuego, miles de palestinos desplazados partieron a través de la devastada Franja de Gaza para regresar a sus hogares o lo que queda de ellos. Muchos de ellos empezaron a moverse a las 8:30 de la mañana, hora en la que estaba previsto que comenzara el cese al fuego, porque ignoraban que se había pospusto a las 11:15 ya que Hamás no enviaba la identidad de las tres chicas que iban a ser liberadas.
Por su parte, autobuses con presos palestinos, en su mayoría mujeres y menores, partieron de diferentes prisiones israelíes hacia la cárcel de Ofer la noche anterior a la firma del acuerdo, en previsión de que éste seguía adelante, a pesar de los embistes.
Tres rehenes israelíes por 90 presos palestinos
Cuando las jóvenes israelíes Emily Damari, Romi Gonen y Doron Steinbrecher regresaron a Israel después de que docenas de miembros de Hamás, armados y con pasamontañas, las entregaran a la Cruz Roja en una bulliciosa plaza de la ciudad de Gaza, el Servicio de prisiones israelí recibió la orden de liberar a los reos y reas palestinos.
En las calles de Ramala miles de personas se agolpaban desde primera hora de la tarde.
A la una de la madrugada, después de un retraso de siete horas, los autobuses que transportaban a los prisioneros palestinos vestidos con uniformes grises de prisión fueron vistos cruzando el puesto de control. Jóvenes con una bandera verde de Hamás subieron al techo de uno de los autobuses, que tenía el símbolo de la Cruz Roja.
Se suponía que los presos palestinos iban a ser liberados a primera hora de la tarde, poco después de la llegada de las tres rehenes, y del retraso se culpan mutuamente las partes y los mediadores, los oficiales de seguridad israelíes culpan a la Cruz Roja, y los palestinos a las autoridades israelíes que, según dicen, tuvieron un problema con el recuento de las prisioneras antes de su liberación.
Lo que sí se sabe con seguridad es que los responsables de Defensa israelíes trataron de evitar que se produjeran grandes aglomeraciones y manifestaciones en diferentes sectores de Cisjordania y Jerusalén oriental. Sin embargo, hubo fuegos artificiales y cánticos a favor de Hamás cuando las mujeres y los menores ex presidiarios bajaron de los autobuses.
Entre la multitud también se encontraban agentes de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina.
¿Y ahora?
La tregua entre Israel y Hamás comenzó en vísperas de la investidura de Donald Trump en su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, y el mandatario estadounidense se atribuyó el crédito por el acuerdo alcanzado.
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