Opinión
Los sábados de Lomana: Roca Rey, hay que ser de hierro ante semejante envite
La tremenda cogida del segundo toro, Soplón, nos estremeció a todos
Esta semana que ya termina ha estado llena de acontecimientos: el domingo fui a Las Ventas donde se está celebrando la Feria de Otoño de Madrid con mi amiga Ana Peña llenas de ilusión para ver a nuestro torero favorito, Roca Rey. Ana y su familia tienen el mejor abono de la plaza en barrera, desde donde puedes ver divinamente la lidia. Salieron toros muy «broncos», con ganas de matar y unos cuernos de diablo, hacia arriba muy afilados. Todavía no puedo quitarme de la cabeza la tremenda cogida del segundo a Roca Rey. Nos estremeció a todos
Muchas veces hemos comentado que los toreros están hechos de otra pasta, nada más cierto. Se levantó del suelo sangrando, pero terminó la faena y mató de una estocada; le dieron una oreja que recogió él mismo. Se fue caminando a la enfermería y, al llegar allí, se desmayó. Los médicos decidieron operarle allí mismo del terrible destrozo que le había hecho ese torito bravo de nombre Soplón.
Pasé la tarde del martes en el hospital con él y sus padres. Lo encontré lleno de drenajes, pero animado y con buena cara. Roca es muy joven y fuerte, pero hay que ser de hierro para aguantar semejante envite. Hablamos mucho y nos reímos. La habitación estaba llena de flores y regalos que demuestran cuánto se le quiere. Pidió el alta el miércoles, quería ir a Lima porque tenía la boda de una prima con su familia y su novia, la guapísima mexicana Marina, dando por terminada su temporada en España. Lo siento por Zaragoza y Jaén que, creo, eran las últimas plazas donde iba a torear.
Del desagradable tema Bárbara Rey, fotos y grabaciones, ya se ha dicho todo y más, pero seguimos sin saber de dónde salió y adónde fue esa enorme cantidad de dinero que dicen se le dio para callarla. Eso, exactamente eso, es lo que importa. ¿Salió de nuestros impuestos?
Me ha extrañado cuánto han comentado y criticado una foto de la Reina Letizia en «¡Hola!» porque estaba sin maquillar y se le veían unas canas. Yo la encontré estupenda, diferente, no es obligatorio tener que estar siempre maquillada. Un almuerzo de amigas natural y monísima con mucho estilo. Ese mechón de canas me parece precioso. Estoy segura de que a ella no le ha importado nada. Lo único que se me ocurre comentar es que a Isabel Preysler nunca la hubiesen sacado así, sin su buena dosis de photoshop. Resultaría difícil reconocerla si la única referencia física fuesen las fotos de su querida revista.
Quedé el miércoles con Iván Espinosa de los Monteros para almorzar en el restaurante Casa Salesas. No lo conocía y me gustó mucho, se nota la mano del decorador de moda Lázaro Rosa Violán. Es muy acogedor y se come muy bien.
La primera vez que vi algo decorado por él fue en Barcelona, en el Pasaje de La Concepción: los preciosos «Boca chica» y «Boca grande», que les recomiendo, si aún no lo conocen.
Terminé mi semana con un evento precioso organizado por Helena Rubinstein en el centro cultural Daoíz y Velarde, con charla sobre arquitectura y la aplicación de la tecnología que terminamos con una deliciosa cena. Éramos todas mujeres estupendas y sobradamente preparadas.
Mañana domingo seré pregonera de la 34 Vendimia de los vinos de denominación de origen Rueda. Por tierras de Castilla. Eso se lo contaré la próxima semana.
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