
Anécdota
La grave infracción por la que el Rey Felipe VI pudo ser arrestado a bordo del Juan Sebastián de Elcano
José Antonio Alcina, quien fuera tutor del jefe de Estado, dejó plasmados muchos de sus recuerdos en “Felipe VI”, su libro

Todo listo en Cádiz para el embarque de la princesa Leonor en el Juan Sebastián de Elcano. El buque-escuela partirá el próximo 11 de enero, y hasta ese día tanto la heredera del trono como sus compañeros seguirán una agenda de reconocimiento y ejecución de protocolos, que supondrá una primera toma de contacto con la que será su nueva vida a la marinera en los próximos meses.
La princesa Leonor sigue así los pasos de su abuelo, el Rey Juan Carlos I, y su padre, don Felipe VI. El jefe de Estado embarcó en el buque-escuela por primera vez en 1987, cuando tenía 18 años y bajo la tutoría del teniente coronel José Antonio Alcina, que supervisó su formación académica y castrense hasta 1993.
Alcina dejó plasmados muchos de sus recuerdos en “Felipe VI”, un libro reeditado varias veces desde su primera publicación en 2005 y que plasma entre sus más de 800 páginas las anécdotas más interesantes y curiosas de la etapa del Rey como alumno.
“Al principio se quejaba del mucho trabajo y del poco descanso”, decía sobre los primeros días de Su Majestad a bordo del Juan Sebastián Elcano. No era para menos, teniendo en cuenta la dureza de las rutinas del buque-escuela, que incluyen guardas nocturnas en cubierta o un intenso programa de estudios en diferentes ramas: navegación, astronomía, maniobra, prácticas de máquinas, geografía marítima, historia naval, organización y régimen interior, técnicas de expresión, e inglés.

Como ha ocurrido con la princesa Leonor en las escuelas anteriores por las que ha pasado, el Rey Felipe VI fue tratado como un alumno más en el Juan Sebastián Elcano. Tan solo se hizo una excepción el 30 de enero, cuando alcanzó 19 años. “El comandante no pudo resistirse a ofrecer una copa de vino en la toldilla y hacerle entrega de unos obsequios por parte de sus compañeros”, recuerda Alcina en su libro.
En esa misma publicación, el que fuera tutor de don Felipe VI también desvela que podría haber sido sancionado por una falta muy grave, tanto que incluso se le podría haber arrastrado. Sin embargo, sus superiores decidieron pasarla por alto porque se trataba de la última parada en puerto del buque-escuela.
Era mayo de 1987 y el navío estaba a punto de amarrar en Baltimore, en Estados Unidos, y se permitió al entonces príncipe de Asturias hacer la parada en el puente de mando. Pero el ahora Rey tenía otros planes: “Pasó algún tiempo y don Felipe no aparecía por ningún lado. Próximos ya a rebasar el puente miramos hacia la cofa del palo trinquete (...) y allí se encontraba don Felipe, con su cámara de fotos para inmortalizar sus últimos momentos a bordo. Aunque era un motivo para el arresto, el comandante y yo dejamos que la pequeña transgresión pasara inadvertida”.
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