
Narcotráfico
Videocámaras y drones en el Guadalquivir contra el narco
Camas pide medidas de vigilancia más efectivas sumándose a otros pueblos ribereños y el Parlamento andaluz aprueba una PNL para exigir al Gobierno un plan contra esta lacra

Un río laberíntico, con brazos secundarios, multitud de caños y zonas semipantanosas. Por su orografía, el Guadalquivir, el único río navegable de España, es el escenario perfecto para la implantación del narco.
Por esta vía siempre se ha trasportado hachís río arriba hasta Sevilla, pero empezó a intensificarse a partir de 2014, debido a la presión policial ejercida en el Estrecho. Así, los clanes que antes alijaban en las playas de La Janda trasladaron sus redes a Sanlúcar buscando nuevas vías de acceso, menos controladas. Pero ahora las gomas de cuatro motores que pasean por el Guadalquivir ya no solo trasportan hachís. Los cárteles colombianos de la cocaína asentados tradicionalmente en Galicia y Madrid se han percatado de las ventajas que ofrece el río.y meten ahora su mercancía por la desebocadura del Guadalquivir y remontan río arriba.
Lo preocupante, más allá del tipo de droga, es que estos grupos están mejor preparados, mejor equipados con armas de guerra y son más violentos, lo que ha provocado el temor en los pueblos ribereños, que ven cómo aumenta el trasiego de narcolanchas por el río sin que las autoridades puedan hacer mucho para contenerlas. Ante el descaro con el operan los clanes del narco, el Ayuntamiento de Camas ha sido el último en lanzar un SOS. En su último pleno ordinario aprobó una moción promovida por todos los grupos –PSOE, PP, Vox y Con Andalucía– para pedir a las administraciones medidas más contundentes de vigilancia, con el uso de videocámaras y drones en el río.
La propuesta aprobada en el pleno de Camas señala la «creciente preocupación ante el aumento de las actividades ilícitas» en el río, «entre ellas el uso de narcolanchas para el tráfico de drogas». Unas embarcaciones que «no sólo ponen en riesgo la seguridad de las comunidades ribereñas, sino que también afectan negativamente al ecosistema del río y a la imagen del entorno natural, además de suponer un problema de salud pública».
Por todo ello, instan a la Junta a que refuerce las medidas de control y vigilancia en el río con mayor presencia policial, y al Gobierno «la colaboración de la Guardia Civil, la Policía Nacional y otros cuerpos de seguridad del Estado para llevar a cabo patrullajes conjuntos en el río», además de medidas tecnológicas como los drones y cámaras en puntos claves del río.
Camas no es el único municipio que ha demandado mayor contundencia en la lucha contra el narco en el Guadalquivir. Recientemente, el Ayuntamiento de Coria aprobó también una moción para exigir el Ejecutivo de Pedro Sánchez la reactivación del Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico en Andalucía (OCON-Sur), así como «medidas físicas y/o tecnológicas para impedir que las narcolanchas accedan al río impúnemente».
Por su parte, el alcalde de Isla Mayor, el socialista Juan Molero, se mostró hace pocos días visiblemente enfadado al recordar que esta situación no es nueva y que lleva una década advirtiendo de la impunidad del narcotráfico en la ribera del Guadalquivir.
Recogiendo la preocupación de los pueblos ribereños, el Parlamento aprobó una proposición no de ley presentada por el PP para exigir al Gobierno un plan de actuación contra el narcotráfico con dotación de medios personales, materiales y tecnológicos, acorde con las dimensiones que ha adquirido esta lacra.
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