Oriente Medio

Rusia envía su primera delegación a la nueva Siria para no perder el control de las bases

El gobierno sirio ha cancelado ya un contrato con una empresa rusa para gestionar la base de Tartús, y Moscú teme que esto sea solo el principio

Siria.- La compañía rusa STG indica que las autoridades sirias suspendieron de manera "unilateral" su acuerdo en Tartús
La compañía rusa STG indica que las autoridades sirias suspendieron de manera "unilateral" su acuerdo en TartúsEuropa Press

Una delegación oficial de la Federación Rusa se desplazó ayer a Damasco para mantener contactos con las nuevas autoridades. Se trata del primer viaje de este tipo desde la caída del régimen de Bashar al Asad el 8 de diciembre como resultado de la fulgurante ofensiva rebelde liderada por la organización yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS). El hombre fuerte de Ahmed al Shara -también conocido por su nombre de guerra Abú Mohamed al Golani-, es el líder de facto de Siria desde entonces.

La delegación estuvo encabezada por el viceministro de Exteriores, Mijail Bogdanov, y contó además con la presencia del enviado especial de la Presidencia para Siria, Alexander Lavrentiev, según informaron tanto la agencia rusa de noticias TASS como RIA Novosti. Según medios rusos, también el diario semioficial sirio Al Watan, está previsto que Bogdanov sea recibido en las próximas horas por el propio Al Sharaa. Pero ni las autoridades rusas o sirias, tampoco la agencia oficial de noticias de país árabe, han informado sobre el encuentro.

Las autoridades rusas han abogado por un proceso de conversaciones con Damasco para intentar preservar el control de la base aérea de Hmeimim (establecida en 2015) y la base naval de Tartús, de importancia estratégica para sus intereses desde tiempos soviéticos. Hmeimim fue además desde donde el depuesto dictador y su familia tomaron el camino del exilio en Moscú dejando atrás más de medio siglo de autocracia familiar.

Las instalaciones habían estado protegidas bajo el régimen de Al Assad, aliado de Moscú. La renuncia de las autoridades rusas a involucrarse en la defensa de la dictadura baazista aceleró el desmoronamiento de un régimen que había salido airoso después de 13 años de conflicto bélico gracias, en gran medida, al apoyo brindado por Moscú a mediados de la pasada década.

Aunque aún no han trascendido detalles del objetivo de la visita de la delegación rusa, se estima que el futuro de estas bases figura entre los principales puntos en la agenda, a la espera de lo que puedan exigir a cambio las nuevas autoridades. A los pocos días de la entrada triunfal de los neoyihadistas en Damasco, la agencia rusa Interfax aseguró, citando al viceministro de Exteriores, Mijail Bogdanov, que los contactos del Gobierno ruso con HTS “se estaban desarrollando de una manera constructiva”.

A finales de diciembre fue el titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien admitió en una entrevista televisiva que la llegada de unas nuevas autoridades a Siria supondría también un cambio en la gestión de las bases: “Sin dura, el cambio en el poder y sobre el terreno provocarán ciertos ajustes en la presencia militar rusa en Siria (…) Cambios que no solo incluyen el desplazamiento continuado de nuestras bases, sino también los términos del operativo, mantenimiento y apoyo, así como la interacción con las autoridades locales”.

Con todo, este mes de enero trascendía que la nueva administración siria había cancelado un contrato en vigor -suscrito durante la dictadura de Asad- con la compañía rusa STG Stroytransgaz para la gestión del puerto de Tartús, según varias informaciones de medios locales e internacionales.

Posteriormente, el ministro interino de Defensa, Murhaf Abu Qasra, admitió que ambas autoridades se encontraban negociando la naturaleza de la futura relación entre ambos países. En una entrevista también este mes con la cadena Al Arabiya, Al Sharaa definió a Rusia como “un país importante” y confesó no desear que los antiguos aliados de Asad se marcharan “de la manera que algunos desean”.

“No queremos que Rusia se marche de Siria de una manera que erosione la relación con nuestro país”, zanjó ex yihadista y líder del país desde el pasado 8 de diciembre.