Barcelona
«Felipe y Letizia» un «ejercicio de libertad» lejos del «mundo rosa»
Joaquín Oristrell firma el guión y la dirección del telefilme "Felipe y Letizia", que recrea el noviazgo y boda del heredero de la Corona Española y que el cineasta catalán ha abordado como un "ejercicio de libertad y tolerancia", mediante un trabajo de "introspección"en los personajes.
"Todo lo que rodea a la Zarzuela está teñido de enorme discreción, como tiene que ser", dijo Oristrell en la presentación de esta película para Telecinco, descartando todo contacto, ni siquiera indirecto, con la Familia Real para esta producción que protagonizan Fernando Gil (Felipe de Borbón), Amaia Salamanca (Letizia Ortiz), Marisa Paredes (Doña Sofía) y Juanjo Puigcorbé (Don Juan Carlos).Oristrell, que ganó el Goya al mejor Guión Original por "Todos los hombres sois iguales"(1994), ha buceado en hemerotecas y biografías, "leyendo también entre líneas", para hacer una "introspección"en los personajes protagonistas, que ejemplifican la "pugna entre el deber y el querer".Este debate entre "lo personal y lo oficial"de "auténticos profesionales"de la Monarquía es lo "interesante de esta historia", un punto de vista que tomó de la película británica "The Queen"(2006), de Sthepen Frears, y en la que ha procurado hacer "algo lejos de lo rosa y lo amarillo"."Felipe y Letizia"es "una historia de amor"y de "muchas más cosas", apunta su director, porque atañe a una familia de gran importancia "política e institucional", a la que se ha acercado con "rigor y respeto", ya que, "al fin y al cabo, estamos hablando del Jefe del Estado".El telefilme, producido por Brutal Media y cuyo rodaje comenzará el 4 de junio en Barcelona, muestra el noviazgo del príncipe Felipe con la entonces periodista estrella de TVE, Letizia Ortiz, y su posterior compromiso y boda, celebrados en noviembre de 2003 y abril de 2004, respectivamente.Un proceso que Amaia Salamanca vivió entonces con cierta lejanía, "porque tenía 17 años", y que ahora contempla como la confirmación de que "el amor lo mueve todo", dada la "batalla"que el Príncipe debe entablar para consolidar su relación, en la que doña Letizia se muestra como "una persona que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo".El debate social acerca de la boda del heredero de la Corona con una periodista plebeya y divorciada aparece de fondo en el telefilme, "en los telediarios", pone como ejemplo Oristrell, quien se ha centrado, sobre todo, en lo que ocurre a una familia donde "aparece un elemento nuevo, en este caso con todo el añadido de responsabilidades".Amaia Salamanca, que se hizo famosa con la serie televisiva "Sin tetas no hay paraíso", se ve con cierto parecido físico a doña Letizia Ortiz, "en la barbilla y la mandíbula", aunque el peinado y unas lentillas de color ayudarán a completar un personaje que, por otro lado, le está costando sobre todo por su gestualidad: "Letizia mueve mucho las manos, y yo siempre las tengo pegadas al cuerpo".Para Fernando Gil, la dificultad de abordar un personaje como el del Príncipe de Asturias está en que su imagen es "muy directa"para el público; "hay que cuidar muchos aspectos para no caer en la parodia", ha añadido el actor, a quien sus 180 centímetros de altura y ojos azules sirvieron de mucho para triunfar en el casting.Juanjo Puigcorbé ha ido un paso más allá al señalar que hacer de Rey en este telefilme es el "el papel más difícil y más comprometido"que le ha tocado abordar, por la "simpatía"que provoca Don Juan Carlos y porque está "muy cercano en el tiempo". Marisa Paredes -que practica estos días cómo conseguir el sutil acento alemán de la Reina Sofía, "producto de sus años de estudios en Alemania", explicó Oristrell- admira de la Reina "su serenidad", y su saber estar, que incluye en la ficción explicaciones a Letizia sobre cómo no debe tratar en público temas de los cuales "sólo habla el Rey".La veterana actriz ha recordado que el compromiso y boda del Príncipe con Letizia Ortiz Rocasolano le pareció una muestra de cómo la Monarquía "se unía a libertad que había en España". Salamanca resume el espíritu de "introspección"y análisis de la institución monárquica de la miniserie narrando la escena en que Felipe tiene una conversación con sus padres y les dice que "si la Casa Real quiere seguir viva tiene que abrirse a nuevos campos".
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