La metamorfosis sentimental del "ermitaño" Amador Mohedano

Amador Mohedano opta por el alejamiento de los medios de comunicación y lleva una vida muy tranquila en su casa de la localidad gaditana de Chipiona. Incluso ha dejado a un lado la parcela amorosa y nos confiesa que “a mis setenta y un años no tengo ganas de novias. Estoy muy tranquilo solo. Sereno y tranquilo”.

Su vida cotidiana es muy sencilla. Asegura que ”paso mucho tiempo haciendo bricolaje y pintando, son dos actividades que me relajan mucho.”

Recibe visitas de amigos y de sus hijos. A su ex mujer, Rosa Benito, no la ve desde hace tiempo, mantienen una relación de respeto y atrás quedan aparcadas sus diferencias, que todos vimos plasmadas en distintos programas de televisión.

Pero hace unos días, ella le calificó de cínico al referirse a aquella etapa en la que Rico varias relaciones amorosas, que ahora él niega. Amador ha contestado que “yo nunca he sido un cínico… pero no voy a entrar en disputas absurdas con Rosa”.

Este mes se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de Pedro Carrasco, y Amador tiene palabras llenas de emotividad para quien fuera su cuñado: “Le recuerdo con un gran cariño, le quise mucho porque era una bellísima persona. Tengo cierto contacto con Raquel, su viuda, y me alegro de que ahora sea tan feliz al lado de su marido y sus hijos”.

Aunque han recibido ofertas para conceder entrevistas en varios programas de televisión, de momento, las ha descartado todas. Como decimos, prefiere llevar una existencia tranquila y sin sobresaltos mediáticos. Sabemos que tiene problemas físicos de espalda y que sigue un tratamiento para mitigar los fuertes dolores.