Entrevista
Lara Dibildos: "Si el teatro diera dinero siempre, lo harían los bancos"
Acaba de estrenar «Inmaduros», en el Reina Victoria de Madrid, y desvela por qué está en su mejor momento vital
La vida de Lara Dibildos (Madrid, 1971) se ha llenado de suertes. La más reciente, el estreno de “Inmaduros”, la comedia que ha estrenado en el madrileño teatro Reina Victoria, protagonizada por Carlos Sobera y Ángel Pardo. Entre sus otras fortunas, la conexión perpetua con su madre, Laura Valenzuela, a la que invoca antes de cada función. También se reconoce dichosa por no hacer depender su felicidad de terceros, aunque esta revelación le llegue del brazo de un nuevo amor, el modelo Carlos Maturana, al que da su sitio en esta entrevista sin dar su nombre. Tampoco nosotros. Ni le preguntamos por sus ex, recurso típico de photocalls en los que siempre ejerce de abogada defensora. Sin duda, para ellos, Lara también es una suerte.
-La obra «Inmaduros» ¿es una crítica a la masculinidad más retrógrada o un empoderamiento femenino?
Una mezcla de las dos. Se trata con mucha ironía a estos hombres que no saben exteriorizar sus sentimientos y con los que todos en algún momento nos podemos sentir identificados. A mí me ha tocado la lotería con este elenco. Están Carlos Sobera, que también es productor, y Ángel Pardo, con los que el público se ríe a carcajadas, Elisa Matilla, Silvia Vaca y Arianna Aragón.
-Lleva 23 años por esas salas de Dios. Una profesión tan apasionante como complicada. Y más cuando algunas de las obras también las produce. ¿Le gusta más a Lara Dibildos ser empresaria o asalariada?
Mi padre decía que tenía alma de guionista pero que era productor para hacer las pelis que quería. Pues yo igual. Mi alma es de actriz pero cuando el teléfono no ha sonado o me han ofrecido algún personaje no adecuado, hay que moverse. Cuando sale bien, es una maravilla, aunque de productora eres la mujer orquesta: montas un decorado, te maquillas, haces todo… Pero cuando no salen los números, no es tanta maravilla. Si el teatro funcionara, siempre lo harían los bancos.
-Es famosa desde que nació. ¿Qué prejuicio desmonta cuando se la conoce?
A mí lo primero que me dicen siempre es «¡Uy, si eres normal!»
-Su padre y su madre fueron números uno en lo suyo. ¿Qué ha heredado de cada uno de ellos y qué le habría gustado pero no?
De mi padre he heredado ser bastante cerebral y de mi madre, esa parte más impulsiva. Me han dado un cincuenta por ciento. Me habría gustado heredar la mente privilegiada para escribir de mi padre. Y de ella, el carisma.
-Laura Valenzuela sigue recibiendo reconocimientos. Uno de los últimos, un sello de correos. ¿Qué es lo que más echa de menos hacer con ella y cuál ha sido la última vez que le ha pedido ayuda?
Le pedí ayuda ayer mismo. Lo hago antes de salir escena, así que le dejo libre los lunes y los martes. El resto de la semana, la necesito. Y echo de menos reírme con ella, nos entendíamos muchísimo.
-¿Qué tiene claro ahora que le habría ahorrado disgustos hace años?
Que tenemos que buscar la felicidad con nosotros mismos. A partir de ahí podemos ser felices con los demás.
-Con un hijo adolescente y otro en Estados Unidos con una beca deportiva, ¿dónde se centran sus preocupaciones como madre, si es que las tiene?
Como le pasaba a mi madre, cuando yo tenía 40 años, para mí ellos siempre son mis niños. Las preocupaciones nunca se van a ir, aunque en ciertas cosas tienen que tropezar y te dan ganas de ponerles alfombras. Quiero que sepan que si necesitan una mano me van a tener ahí.
-Siempre generosa, ha compartido los problemas de alimentación que tuvo tras superar su cáncer de tiroides. ¿Le costó pedir ayuda?
Me costó mucho. Antes no había tanta comunicación, pero al final tuve ayuda profesional. Si pudiera volver atrás, habría pedido más ayuda. En aquella época me daba vergüenza. Desde entonces ha habido momentos de tener cuidado, incluso hoy en día. Cuando empiezo a comer demasiado, por ejemplo, porque al final es un problema de ansiedad. Todo viene de un desorden mental. Como intento ser positiva, lo veo como alarmas, que mi cerebro está diciendo que tengo algo que arreglar.
-¿Para qué papel está más preparada, para el de consejera sentimental antes del matrimonio o para ser consejera después?
Para después (risas) No recomiendo a nadie que siga mis pasos antes pero después sí. El primero, el de celebrar el divorcio, que es la celebración de otra vida.
-Lo sueña y se lo ha currado. ¿Qué tiene que pasar para sea verdad tener más trabajo en la ficción?
Cuando estás en teatro es difícil entrar en el círculo del audiovisual, incluso acceder a un casting, porque cuando eres conocido ya te encasillan.
-¿Por qué está en su mejor momento, Lara?
Porque estoy con el trabajo que me gusta. Porque mis hijos están bien. Tengo a mi hijo pequeño en casa este año y le necesitaba mucho. Porque tengo una pareja con la que estoy muy bien, muy feliz, estoy ilusionada y con mucha energía. Estoy bien conmigo misma.
✕
Accede a tu cuenta para comentar