Así fueron los Cinco Latinos, los destructores de segundo mano que Estados Unidos regaló a España para "modernizar" la Armada
Estos buques, diseñados y construidos originalmente para la Segunda Guerra Mundial, fueron ligeramente modernizados antes de ser entregados a la Armada Española, siendo considerados como los mejores destructores de su tiempo
Para muchos, el nombre "Los Cinco Latinos" evoca al famoso grupo musical argentino que tuvo su apogeo en los años cincuenta y sesenta. Sin embargo, durante esa misma época, este nombre también se refería a cinco destructores de la clase “Fletcher” que fueron transferidos por la Marina de Guerra de los Estados Unidos a España. Este traspaso se realizó como parte de los acuerdos de defensa de 1953 firmados entre los presidentes Franco y Eisenhower, que también permitieron la instalación de bases militares estadounidenses en España.
Estos buques, diseñados y construidos originalmente para la Segunda Guerra Mundial, fueron ligeramente modernizados antes de ser entregados a la Armada Española. Prestaron valiosos servicios entre los años cincuenta y ochenta del siglo XX. Considerados como los mejores destructores de su tiempo, estos barcos, aunque de segunda mano y veteranos de las campañas del Pacífico, significaron una mejora significativa para la Armada Española.
Características técnicas
Los destructores, con un desplazamiento de 2.100 toneladas y una dotación de 270 hombres, representaron una modernización considerable para la flota española en una época en que la construcción naval del país estaba en declive. Su diseño avanzado combinaba gran resistencia y mejor navegabilidad. En términos de armamento, estaban equipados con cañones de 127 mm, artillería antiaérea de 40 y 20 mm, hasta 10 tubos lanzatorpedos de 533 mm, morteros antisubmarinos tipo K, varaderos para cargas de profundidad y, en algunos casos, podían embarcar un hidroavión de reconocimiento.
Servicio y relevancia
A principios de la década de 1950, estos destructores fueron modernizados en aspectos de electrónica y armamento, lo que los convirtió en buques de guerra formidables. Durante los años 60, estos destructores constituyeron la columna vertebral de la Armada Española. Finalmente, fueron reemplazados por fragatas de la clase “Baleares” y corbetas de la clase “Descubierta”, ambas de construcción nacional.
La 21ª Escuadrilla de destructores
Antes de la incorporación de los dos primeros destructores, Lepanto y Almirante Ferrándiz (anteriormente Capps DD-550 y David W. Taylor DD-551 en la US Navy), el Almirante Abárzuza creó la 21ª Escuadrilla de Destructores en diciembre de 1959, con base en Cartagena. Durante 1960, se sumaron los otros tres destructores: Almirante Valdés, Alcalá Galiano y Jorge Juan (antes Converse DD-509, Jarvis DD-799 y McGowan DD-678 en la marina estadounidense).
Larga vida en servicio
Construidos con materiales de excelente calidad, estos buques superaron los cuarenta años de servicio. A partir de 1980, fueron transferidos a las Fuerzas de Vigilancia Marítima, donde sirvieron como patrulleros de altura. El Almirante Ferrándiz se asignó a la Zona Marítima de Canarias, el Lepanto y el Jorge Juan al Cantábrico, el Alcalá Galiano al Estrecho y el Almirante Valdés al Mediterráneo.
Un apodo que refleja admiración
El apodo "Los Cinco Latinos" no solo recordaba al grupo musical de la época, sino que también reflejaba la admiración y el aprecio que estos destructores generaron en la Marina de la postguerra. Su legado perdura como símbolo de un período crucial en la modernización de la Armada Española.
Con esta adquisición, la Armada Española no solo modernizó su flota sino que también fortaleció sus capacidades defensivas, destacando la importancia de los acuerdos internacionales y la cooperación militar para la seguridad y el desarrollo tecnológico naval.