Autobiografía
“El cordobés" graba sus memorias : el huérfano que llegó a ser una figura del toreo"
Manuel Benítez prepara sus memorias en las que incluirá a grandes personajes, desde Palomo Linares, al Rey Juan Carlos y JFK, entre otros
La vida de Manuel Benítez «El cordobés» bien merece una autobiografía... aquel maletilla que se colaba en las dehesas andaluzas de noche para torear a escondidas llegó a convertirse en un ídolo de masas en las plazas. Y ahora se ha decidido a grabar sus recuerdos y anécdotas más significativos para que se plasmen en un libro de memorias en el que tendrán cabida algunos de los toreros más importantes de la década de los sesenta del pasado siglo, desde Antonio Bienvenida a Sebastián Palomo Linares, Curro Romero, Rafael de Paula, Miguelín… y personalidades como el Rey Juan Carlos I, los presidentes John F. Kennedy y Gerald Ford, el general Francisco Franco, el presidente Felipe González, el cantante Julio Iglesias, el Premio Nobel Camilo José Cela, o el actor Mario Moreno Cantinflas.
Cuando se cumplen sesenta años desde que tomó la alternativa (25 de mayo de 1963, en Córdoba), el Quinto Califa del Toreo, título que recibió en 2012, decide, tal y como confesó en una reciente entrevista «dejar algo, una especie de testamento vital, para que el público sepa lo que he luchado, mi historia. Para escribir unas memorias hay que estar tranquilo, relajado, y verlo todo muy claro. Ahora es un buen momento para grabar mis recuerdos y ya vendrá alguien que sepa encajarlos en un libro».
El camino no fue fácil en los inicios. Aquel adolescente de Palma del Río que soñaba con triunfar en una profesión tan arriesgada quería ser conocido lo antes posible como fuera, y no se le ocurrió otra cosa que saltar como espontáneo en abril de 1957 a la plaza de toros de Las Ventas. El astado le dio un buen revolcón, y luego fue detenido y conducido a comisaría, pero su valentía y su empeño le llevaron a debutar como novillero ese mismo año en el coso burgalés de Roa de Duero. Fueron doscientas tres corridas con novillos, hasta que, como hemos indicado, tomó la alternativa en mayo del 63, con Antonio Bienvenida como padrino. Empezaba la leyenda de uno de los diestros más admirados en todo el mundo. El artífice del famoso «salto de la rana» practicaba un toreo poco ortodoxo pero efectivo. Levantaba aplausos y cortaba orejas en casi todas sus actuaciones. Causaba emoción y controversia.
Aunque las mujeres se lo «rifaban», Manuel acabó enamorado de la francesa Martina Fraysse, con la que contrajo matrimonio en el santuario de Nuestra Señora de Belén, en Palma del Río, el 11 de octubre de 1975. Son padres de cinco hijos y se separaron en 2016. Benítez tiene, además, otros dos hijos ilegítimos, ya reconocidos legalmente, María de los Ángeles y Manuel Díaz. Además, se tiene constancia de un tercero ya fallecido, Manuel, fruto de una relación con la norteamericana Alina Velasco. Pero a la postre se demostró que esa mujer era una maestra del engaño y los abogados de Benítez demostraron que el tal Manuel no era hijo del diestro. Resultó ser un delincuente que terminó muriendo por disparos de la Policía en Miami.
Actualmente, Manuel comparte vida sentimental con María de los Ángeles Quesada, hija de un picador que formó parte de su cuadrilla. Ironías de la vida, esta mujer fue detenida hace cuarenta años por robar en una finca de El Cordobés. Se reencontraron en 2016, poco después de que Martina desapareciera de su vida, y el torero justificó ese noviazgo con un «todo el mundo se merece una segunda oportunidad». Al contrario que la francesa, que nunca aceptó a Manuel Díaz como hijo biológico de su marido, dicen que María de los Ángeles actuó como intermediaria para que los dos «manueles» se conocieran personalmente y empezaran una relación formal entre padre e hijo. Hoy se ha demostrado que son grandes amigos, y hace pocas semanas Benítez le cortaba la coleta a Manuel Díaz, el día de su despedida de los ruedos en un acto del todo emotivo en el que demostraron el inmenso cariño que se profesan.
Experto en artes marciales
A sus 87 años, el protagonista de este reportaje mantiene una excelente forma física. Hace deporte todos los días y es experto en artes marciales. No aparenta la edad que figura en su carnet de identidad.
Seguramente, en sus memorias hablará de una triste infancia en la que se quedó huérfano de padre cuando tan solo tenía tres años. Su progenitor, José, murió preso en una cárcel franquista, y su madre, Ángeles, víctima de una anemia. Manuel fue criado por su hermana mayor, Angelita, a quien prometió que le compraría una casa cuando triunfara como torero «o llevarás luto por mi». Millonario, se calcula que su fortuna supera los treinta millones de euros, dedica parte de su dinero a la Fundación que lleva su nombre y que se ocupa de preservar la memoria histórica de su fundador y a ayudar a las clases menos privilegiadas del mundo del toro.
Una carrera a ritmo de pasodobles
«El Cordobés» tiene dedicadas piezas musicales, a modo de homenaje, la más famosa la que lleva su nombre y fue popularizada por Carmen Sevilla. La recordada artista era una de las cantantes favoritas de Benítez. Otra de ellas es el pasodoble «Retírate, Cordobés», interpretado por Juanito El Mejorano. Una tercera, el también pasodoble «Olé, Manuel Benítez El Cordobés», compuesto por Juan Amador Jiménez y Alfonso Fuertes. Igualmente, «El Cordobés es el más grande», del compositor Vicente Navas, y que durante años ha formado parte del repertorio de la Orquesta Columbia. Y «Pasodoble a El Cordobé», de Ortega y Ramos. Y un single con el nombre del diestro que salió al mercado en 1967, un homenaje del grupo «Los 3 de Castilla».
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