Desayunar es un 5% más caro que hace un año: estos son los productos que más suben

Despertarse con un buen café y unas tostadas es uno de los mayores placeres de la vida, aunque cada vez es más caro. De hecho, en el último año, el precio de un desayuno tradicional (café, leche, azúcar y tostada con aceite) se ha incrementado un 5%, muy por encima del 1,5% en el que se sitúa el Índice de Precios al Consumo (IPC). Así se extrae de un análisis realizado por Javier Rivas, profesor de EAE Business School, que toma de referencia los últimos datos del IPC de septiembre publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Ningún producto se escapa. Aunque el precio del azúcar y la leche se mantienen estables, lo que más se ha encarecido ha sido el café, una parte fundamental del desayuno para muchos españoles, cuyo valor se ha incrementado un 4,3% este último año. Con las prisas de la mañana es probable que no tenga mucho tiempo para pensar con que acompañar este café. Una opción rápida y saludable serían unas tostadas con aceite, aunque parece que ahora se han convertido en un lujo: el coste del aceite ha subido más de un 10% interanual, lo que acaba provocando que las familias opten por aceites más baratos de menor calidad y no por el habitual aceite de oliva virgen.

Si es de los que prefiere tomar un chocolate caliente, sepa que su precio también ha subido, en este caso más de un 20%, un ascenso que también se traslada al cacao en polvo (12%). Por su parte, los productos de bollería y confitería también han aumentado su precio en un 4,3%, mientras que el pan o los cereales han experimentado subidas más moderadas, en este caso en torno al 2%.

Aunque el ritmo de aumento de la inflación se ha moderado en comparación con años anteriores, en septiembre de 2024 los alimentos subieron un 1,8% en promedio con respecto al mismo mes del año anterior, lo que sigue afectado al bolsillo de los consumidores españoles y los empuja a recurrir a alternativas más baratas o menos saludables.

Añade jamón ibérico a tus tostadas

Para evitar que regrese el hambre a media mañana es fundamental agregar proteína a nuestro desayuno, por ejemplo, añadiendo unas lonchas de jamón ibérico a las ya mencionadas tostadas con aceite, ya que aportarán los nutrientes necesarios para mantenernos saciados durante más tiempo y aguantar hasta la hora de la comida sin picotear.

En caso de querer hacerlo todavía más completo podemos añadir una pieza de fruta completa, no en forma de zumo, ya que al ser alto en fructosa y bajos en fibra contribuye a la sensación de hambre al poco tiempo de consumirlo.

Renunciar al desayuno "nunca es una opción", aunque su precio haya aumentado, ya que al ser una de las comidas más importantes del día es vital consumirlo si queremos mantenernos concentrados. Tampoco hay que caer en el falso mito de que no desayunar adelgaza, pues no hacerlo solo provoca que sintamos más ansiedad en las comidas posteriores.