Identitarismo

Un exconsejero de Interior de la Generalitat de Cataluña señala públicamente a un comercio de Barcelona por no atenderle en catalán

Según el exconsejero, el restaurante le anuló la reserva

 El exconsejerode Interior, Miquel Buch.
El exconsejerode Interior, Miquel Buch.Toni AlbirAgencia EFE

El exconsejero de Interior de la Generalitat de Cataluña, Miquel Buch, ha denunciado en redes sociales que ha sufrido una supuesta discriminación lingüística en un restaurante de Barcelona. Según su versión, el establecimiento le anuló la reserva por dirigirse en todo momento en catalán a los camareros, quienes "se habrían enfadado" y tomado la decisión de no atenderle.

Buch, que fue titular de Interior en el Govern de Quim Torra y es un conocido militante de Junts per Catalunya, publicó un vídeo grabado en la puerta del Café de París, un local ubicado en el barrio de Sarrià-Sant Gervasi. En la grabación, el exconsejero afirma: "Este restaurante no ha querido atenderme porque yo hablaba en catalán y ellos en castellano". También lamenta la situación y sostiene que "es un restaurante de Barcelona, la capital de mi país", insistiendo en que su reserva fue anulada únicamente por negarse a cambiar de idioma.

Además del vídeo, Buch compartió en su cuenta de Instagram un mensaje donde reafirma su acusación: "Hoy, en el restaurante @cafedeparis_barcelona, me han anulado la reserva por el simple hecho de no querer hablar castellano y mantenerme hablando en catalán". Como medida de protesta, solicitó la hoja de reclamaciones y animó a denunciar este tipo de situaciones, asegurando que "es bueno que sepamos que el Café de París maltrata la lengua y el catalán".

Sin embargo, al margen de la versión del exconsejero, basta con revisar las reseñas del establecimiento para encontrar un relato diferente. Con más de mil valoraciones en plataformas como Google o TripAdvisor, el restaurante goza de una buena reputación y son numerosos los clientes, muchos de ellos catalanohablantes, que afirman no haber experimentado ningún problema lingüístico. Este hecho pone en duda la gravedad del episodio denunciado por Buch, que, una vez más, convierte en un conflicto identitario lo que podría haber sido un simple malentendido en la dinámica habitual de un local de hostelería.

Además, según el digital Tot Barcelona, cuando llamaron al restaurante para verificar los hechos, desde el local hablaron catalán sin ningún problema, lo que demuestra, una vez más, que para la mayoría de catalanes el bilingüismo es lo habitual y que no utilizan la lengua como una herramienta política ni identitaria.

No es la primera vez que desde ciertos sectores del nacionalismo catalán se utiliza el idioma como herramienta de confrontación política. La insistencia en señalar negocios privados que no cumplen con las expectativas lingüísticas de algunos dirigentes independentistas genera tensiones innecesarias y perjudica a empresarios y trabajadores, que simplemente buscan ofrecer un buen servicio a todos sus clientes, sin importar el idioma en que se comuniquen.