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Cultura
Las misteriosas leyendas que esconde el "monstruo" kárstico con más de 110 kilómetros de galerías
Monumento natural conocido en todo el mundo por su ermita y sus pinturas rupestres
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En muchas ocasiones sorprende más lo que no se ve que lo que hay a simple vista. Es lo que deben pensar los visitantes del complejo kárstico más impresionante de España, que entre sus inmensas paredes cuenta con una serie de misterios y leyendas que no dejan indiferente a nadie. Se conoce como complejo kárstico a una forma de relieve originada por meteorización química de determinadas rocas, como la caliza, dolomía, yeso, etcétera, compuestas por minerales solubles en agua. Se caracteriza por poljés en la superficie y sistemas de drenaje con sumideros y cuevas en el subsuelo. También se ha documentado para rocas más resistentes a la meteorización, como la cuarcita, dadas las condiciones adecuadas.
El drenaje subterráneo puede limitar el agua superficial, con pocos o ningún río o lago. En regiones donde el lecho rocoso disuelto está cubierto (tal vez por escombros) o confinado por uno o más estratos rocosos no solubles superpuestos, los rasgos kársticos distintivos pueden darse sólo en niveles subsuperficiales y pueden faltar totalmente en la superficie. El concepto de karst fue introducido en 1893 por el geógrafo serbio, especializado en geomorfología, Jovan Cvijić en su libro Das Karstphänomen, según explica Wikipedia.
Ojo Guareña
El complejo más espectacular y grande de España, y entre los 10 más grandes del mundo, es el burgalés Ojo Guareña, en dónde el viajero descubrirá un espectacular conjunto calizo-dolomítico del Cretácico Superior en el que podrá conocer las peculiaridades de las gentes que, durante la Prehistoria, habitaron este paisaje kárstico, así como encontrar elementos materiales de la Edad Media.
Permite disfrutar de su paisaje, con un relieve en superficie que da continuidad geológica al sistema de cuevas, por ser una zona de importancia arqueológica, existiendo muestras de arte rupestre o restos humanos en sus cavernas, desde el paleolítico hasta nuestros días, por el interés científico de su fauna cavernícola, por su sistema fluvial, con ríos como el Guareña, Trema y arroyo de Villamartín que siguen modelando el karst, y que permite conocer unos pueblos bien conservados que marcan el límite entre el valle y el monte.
El complejo no es solo un conjunto de cuevas, es un fenómeno de infiltración y de absorción de aguas por parte de un macizo rocoso fisurado y con conductos desarrollados por disolución, que permiten la transmisión del agua a través de él, la retención de una parte de la misma durante un tiempo prolongado y finalmente la evacuación al exterior de una parte de ella, lo suficientemente significativa como para que se pueda considerar completado su ciclo subterráneo: alimentación, circulación y descarga.
Ojo Guareña está protegido bajo las figuras de Bien de Interés Cultural (desde el año 1991); Monumento Natural de Ojo Guareña, dentro de la Red de Espacios Naturales Protegidos de la Junta de Castilla y León (Decreto 61/1996 de 14 de marzo) y Lugar de Interés Comunitario (LIC), dentro de Red Natura 2000 (desde el año 2000).
Leyendas
Las cuevas son muy misteriosas y cuando uno entra en ellas ejercen un poder de atracción y cierto temor. El Complejo Kárstico de Ojo Guareña, en particular la Cueva de San Tirso y San Bernabé, es un escenario excepcional para dejar volar la imaginación. Así lo demuestran las diferentes leyendas de este complejo, que narra la web de la Diputación de Burgos.
Leyenda de San Bernabé
A la cueva de San Bernabé se le conocía con los sugerentes nombres de Cueva del Río Escondido o del Moro. Cuenta la leyenda que un día cualquiera llegó al pueblecito de Cueva un hombre alto, guapo, de finos modales, pero pobremente vestido. Era un mendigo que pedía limosna de puerta en puerta. Las mujeres, entre curiosas e intrigadas, le preguntaban ¿de dónde eres, buen hombre? y él amablemente contestaba: “Soy Bernabé y vengo de muy, muy lejos”. Durante tres días vivió pidiendo por los pueblos cercanos. Al caer la tarde tenía por costumbre subir a la Cueva del Moro y allí permanecía mirando…
Pasado ese tiempo de pronto desapareció, nadie supo más de él. Ocurrió que un año después, en la entrada de la Cueva del Moro, un hombre misterioso, como una visión, se apareció a un pastorcillo, y le dijo: “No temas, niño; me llamó Bernabé y vengo de tierras lejanas. Quiero que las gentes sencillas de estas montañas me veneren en este lugar” y dicho esto desapareció. Sí, era San Bernabé el mismo mendigo que pedía limosna tiempo atrás.
Desde entonces la cueva lleva su nombre y cumpliendo sus deseos en una de sus entradas se erigió la ermita en honor a San Tirso y a San Bernabé, santos muy venerados porque hicieron muchos milagros.
La Leyenda del Anciano Lan
Cuenta la leyenda que en tiempos muy remotos la cueva era la oscura y triste morada de un hombre de larga barba llamado Lan. Pasaba sus días y sus noches acompañado de una osa y dos animales monstruosos. La imaginación popular decía que el venerable anciano era un druida que custodiaba la fuente de la sabiduría, también las aguas milagrosas y curativas que manan de la gruta.
La Leyenda del Rey Godo y La Pastora
Dice la leyenda que un día entró a la cueva del Río Escondido o de San Bernabé un rey godo siguiendo a una hermosa pastora. Como tardaban en salir, alarmado, fue a buscarles el físico del rey. Cuentan las gentes del lugar que durante días se oyeron los ecos de lastimeros quejidos y gritos desgarradores… La verdad es que de la cueva jamás salieron ni la doncella, ni el rey, ni el físico. ¡Y se encuentra un esqueleto!
La ciencia hizo que las investigaciones del Grupo Espeleológico Edelweiss encontrara en la zona laberíntica de la Vía Seca un esqueleto de un hombre que se perdió. Junto a sus huesos aparecieron una fíbula y un cinturón de bronce y su cinta (mediados s. VI d.C.). También se halló una represa artificial, hecha con barro y fragmentos de estalactitas rotas, que hizo para recoger el agua que goteaba de ellas.
La Leyenda de cómo San Bernabé expulsa al diablo y a las brujas porque impedirán el descanso de los difuntos
Dice la leyenda que el Maligno se negaba a abandonar las cuevas. Ante su tozudez San Bernabé le puso unos límites que iban desde el Pico Cuerno del Diablo, pasando por el monolito enfrente de la Cueva para acabar en el Pico Kaite. Cuentan también que el diablo se construyó un palacio en la Cueva de Kaite y así ver el hermoso Valle de Sotoscueva, en recuerdo de la Cueva del Río Escondido donde tantos años había vivido y que ahora tanto añoraba.
Tampoco era extraño que cuando había tormentas subiese al llamado Cuerno del Diablo y allí maldecía su destino rugiendo con fuerza. También San Bernabé echó a las brujas que no eran maléficas, y aunque una y otra vez le pedían permanecer en las cuevas el Santo se resistía a darles permiso.
Al final, las propuso un pacto: “Podían quedarse en el cauce del río, con la condición de que no entraran jamás al santuario”. Las brujas siguiendo su costumbre, en las témporas, se juntaban en la Cueva Torcona, donde resurge el río Guareña, y allí hacían una gran fiesta.
Leyenda de los Moros en la cueva
Cuenta la leyenda que la cueva de San Bernabé fue refugio de los moros cuando estuvieron durante un año acampados en Sotoscueva. A veces, se introducían por las intrincadas galerías de la caverna y llegaban al río Guareña para coger pepitas de oro.
Además de las leyendas, misterios y naturaleza que recoge esta zona, el complejo es reconocido por contar con la ermita más bonita de España.
Ermita de San Bernabé
La visita a esta cavidad consiste en un recorrido de aproximadamente 400 metros de galería y una de sus peculiaridades, la ermita de San Tirso y San Bernabé excavada en la entrada de la cueva. La visita a su interior pretende ser un acercamiento al resto del Complejo Kárstico de Ojo Guareña, en la que pueda observarse el resultado del modelado kárstico, consistente en la disolución de la roca calcárea por la acción del agua durante millones de años.
A la derecha de la entrada a la Cueva se encuentra la Sala del Ayuntamiento; actualmente se utiliza en actos representativos y el día del Romería. Durante el recorrido de la cueva, se presenta una proyección de 10 minutos de duración. En su interior el visitante puede ver la Pila del Santo, la galería de los Silos y la ermita dedicada a San Tirso, aunque realmente se la conoce por San Bernabé. La ermita cuenta con unas pinturas murales anónimas datadas de 1705 y 1877, que relatan los martirios y milagros del Santo; y en una de sus paredes se encuentra el archivo del Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva.
Cueva Palomera
Sus características ofrecen un entorno perfecto para llevar a cabo distintas actividades de aventura, y visitas espeleológicas con el fin de no perderse ni un solo detalle de este conjunto situado en la Comarca de las Merindades de Burgos. Su fácil acceso permite realizar varios recorridos para todo tipo de público, siempre conservando sus valores geomorfológicos y la riqueza arqueológica y biológica que posee en su interior. Caminando entre impresionantes estalactitas y estalagmitas, el turista disfrutará de un paraje único fruto de la naturaleza.
El recorrido total es de unos 2,5 kilómetros. Hay posibilidad de hacer un recorrido más corto, de 1,5 kilómetros y que llega hasta Sima Dolencia. En las visitas destacan los recursos:- Dolina de Palomera: En la que destaca los valores geomorfológicos y botánicos.
- Rampa de Palomera: Destacan los valores geomorfológicos, arqueológicos y faunísticos (fauna acuática).
- Sala Edelweiss: Caben destacar los valores geomorfológicos y faunísticos (fauna acuática).
- Base de Sima Dolencias: Destacan los valores geomorfológicos.
- Zona del Gour de las Hojas: Valores faunísticos (fauna acuática). El recorrido pasa por las proximidades de los puntos OG-15 y OG-8.
- Sala del Cacique: Destacan los valores geomorfológicos.
- Museo de Cera: Valores principalmente de carácter geomorfológico. Se complementan con otros de interés arqueológico (trazos impresos y tizonazos en bóveda) y de fauna acuática (OG-1, punto de fauna acuática).
Pinturas rupestres
En Ojo Guareña se encuentran evidencias de la presencia del ser humano en un periodo comprendido entre el Paleolítico Medio y la Edad Media. Las señales más antiguas de presencia humana en el complejo de Ojo Guareña se encuentran en la cueva de Prado Vargas; después de una excavación se encontró industria lítica del Musteriense de hace 70.000 años. En la Cueva Palomera se encuentran pintura rupestres, cuyas dataciones les asignan una edad de 10.000 años BP (Magdaleniense Superior-Aziliense).
En la Sala de las huellas se encuentran pisadas de pies descalzos que realizan un recorrido de ida y vuelta; la datación por radiocarbono de dos fragmentos de antorcha dio como resultado unas antigüedades de 15.600 y 3.600 años, por lo que se deduce que esas cuevas fueron transitadas durante milenios.
En la Cueva de Kaite aparecen pinturas que representan a cérvidos, y en las paredes y la bóveda de la Sala de la Fuente se encuentran dibujos antropomorfos, zoomorfos y geométricos, que abarcan un periodo de tiempo comprendido entre el Neolítico final y el principio de la Edad de Bronce.
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