Sociedad
La aventura más solidaria de un grupo de jóvenes de Valladolid por el antiguo París-Dakar
Ocho estudiantes comprometidos en lo social participarán en un rally por Marruecos para llevar material humanitario a este país norteafricano e incentivar el voluntariado
Alejandro Garabito, Pablo Millaruelo, Pablo de Antonio, Rodrigo García, Gonzalo Javat, Bernardo Montes, Iñaki Ascaso e Ignacio Moreno. Quédense con estos ocho nombres, porque a buen seguro que darán que hablar en los próximos meses.
Se trata de una panda de jóvenes estudiantes, la mayoría de ellos del Colegio Peñalba de Valladolid, que siempre han estado implicados y comprometidos con el voluntariado social, echando una mano donde haga falta para ayudar a los que menos tienen y más necesitan, ya sea través de iniciativas como la recogida de alimentos, los desayunos solidarios o el cuidado de personas mayores que viven solas e incluso pintando casas a través de la cooperación internacional.
Si bien, este inquieto y valiente grupo de chavales ha querido dar un paso más, o quizás varios, y sin que nadie les convenciera de darlo -lo tenían claro- han decidido cruzar el estrecho para lanzarse a una aventura que posiblemente les cambie la vida para siempre. Participarán en cuatro coches, con dos de ellos montados en cada uno, en el Rally Uniraid, que se celebrará en febrero del próximo año por las zonas del antiguo rally París-Dakar.
Se trata de una carrera distinta, por cuanto no hay un ganador como tal, ya que no vence el más rápido y el que antes llegue a la meta, sino el que más material humanitario logre transportar y logre hacer llegar a las zonas necesitadas. Aunque si hay que destacar a algún vencedor, estos son las personas y las aldeas que se van a beneficiar de esta acción solidaria.
Uniraid cuenta con más de 30 años de experiencia y dicen los que han estado que es el Raid más divertido, además de contar con una organización extraordinaria. De hecho, cuentan con campamentos exclusivos y asistencia mecánica, además del apoyo del Reino alauita. Una prueba en la que se dará prácticamente la vuelta al país entero, desde la zona más europeizada al norte hasta la costa o el propio Atlas, donde hay numerosas aldeas que están aisladas.
Estos ocho jóvenes ya cuentan los días, las horas, los minutos y los segundos que faltan para que se dé la salida a esta aventura, pero todavía les queda un arduo trabajo por delante.
Sobre todo, a la hora de buscar apoyos, financiación y patrocinios entre empresas y multinacionales de la capital del Pisuerga, una potencia en el sector de la automoción de la mano de Renault o Iveco dicho sea de paso, pero también del propio Ayuntamiento, que de momento ya les ha dado luz verde para hacer un evento presencial en la Plaza Zorrilla o la exposición de los coches en la Plaza Mayor, para poder pilotar estos cuatro vehículos que persiguen y poder llevar a cabo su gesta solidaria de transportar entre todos ellos cientos de kilos de alimentos, medicamentos y productos de higiene a las aldeas del desierto marroquí y, de paso, incentivar el voluntariado social entre los jóvenes, otro de los objetivos que se han marcado.
De momento, ya cuentan con el respaldo de Cáritas o de la oenegé Cooperación Internacional.
"Lo que queremos es dar visibilidad, llegar a más jóvenes de nuestra edad y hacerles ver que cualquiera que lo desee puede ayudar a gente que lo necesita con pequeñas cosas”, asegura a LA RAZÓN Alejandro Garabito, quien avanza que están preparando actividades y charlas en colegios, universidades e incluso medios de comunicación para tal fin. Además, señala a este periódico que van dar cobertura a este evento antes, durante y después del mismo a través de los distintos perfiles que manejan de @across_desert en Instagram, TikTok y YouTube.
Cuenta Garabito que no tienen miedo y que son un grupo de jóvenes inquietos y "muy lanzados", y que sus familias les están apoyando mucho también. "Iremos bien preparados para defendernos en el desierto", afirma, contundente este joven estudiante, quien pone en valor también la experiencia y el desarrollo personal que van a conseguir con esta iniciativa, y no solo por pilotar en el desierto, sino también y sobre todo por la cantidad de contactos y relaciones que van a tener que hacer, tanto personales en el rally conociendo a la gente de las zonas por las que circulen, como empresariales y económicas para poder sacar el proyecto adelante. Toda una experiencia de vida.
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