Medio Ambiente

Málaga ultima los pozos del Bajo Guadalhorce para tener una alternativa a los embalses

La previsión es que estos pozos puedan estar operativos durante el segundo semestre de este año

Málaga ultima los pozos del Bajo Guadalhorce para tener una alternativa a los embalses
Málaga ultima los pozos del Bajo Guadalhorce para tener una alternativa a los embalsesEmasa

El Ayuntamiento de Málaga está ultimando los trabajos de recuperación de una serie de pozos situados en ambas márgenes del tramo final del río Guadalhorce para tener recursos hídricos alternativos a los embalses en situaciones de sequía.

En concreto, se trata de los pozos de Perales (2) y Puente del Rey (3), que estaban en desuso, aunque en anteriores periodos de escasez proporcionaron un caudal importante a la ciudad, y que se incorporarán a los de Aljaima y Fahala, que se han venido activando de forma progresiva desde junio de 2023.

Según los aforos realizados, la previsión es que el conjunto de estas infraestructuras pueda suministrar un caudal de unos 800 litros por segundo, lo que supone prácticamente la mitad del agua que se distribuye de media a toda la ciudad, ha informado este domingo el Ayuntamiento en un comunicado.

En cualquier caso, antes de su puesta en marcha está previsto realizar un estudio integral de todo el acuífero para concretar las reservas existentes y determinar la mejor estrategia de extracción.

La previsión es que estos pozos puedan estar operativos durante el segundo semestre de este año, con el objetivo de aprovechar de forma controlada este acuífero cuyo caudal acaba en el mar y así reducir aún más el uso del agua almacenada en los embalses pese a la mejora de la situación hídrica tras los últimos episodios de lluvias.

La recuperación de los dos pozos de Perales ha supuesto una inversión de dos millones de euros, y uno de ellos tiene una profundidad de nueve metros y un diámetro de 4 metros, mientras que el otro está formado por un doble anillo (de 3,5 y 6 metros, respectivamente) que alcanza una profundidad de 58 metros.

Ambos tienen la misma estructura, constituida por anillos de hormigón y perforados horizontalmente con drenes que fueron ejecutados a finales de la década de los 50 del siglo pasado y que se mantuvieron en explotación hasta el año 2000.

La actuación más compleja ha sido la del pozo de mayor profundidad, ya que los anillos estaban completamente enterrados bajo un relleno de gravas que han obligado a realizar perforaciones y excavaciones incluso de forma manual.

Para poder llegar hasta el fondo del pozo han sido necesarios seis meses de trabajo, en los que también fueron sustituidas las válvulas existentes por unas provisionales para lograr la interrupción de los caudales entrantes y poder realizar la limpieza de los drenes