Sanidad

Los médicos estallan contra Mónica García por su exigencia de “exclusividad” a los jefes de servicio

"Si lo que quiere es lograr mayor compromiso de los profesionales con el SNS, está yendo en dirección contraria", señala el secretario general de CESM, Victor Pedrera

Según las cifras que maneja la Organización Médica Colegial (OMC), en los últimos 5 años más de 11.000 médicos han solicitado el certificado de idoneidad parar trabajar en el extranjero. La causas son sobradamente conocidas: salarios más altos, mejores condiciones laborales, mayor reconocimiento profesional y un potencial de proyección más atractivo que en España.

Con razón nuestro país es conocido como la "fábrica de especialistas de Europa", ya que aquí se forman los más brillantes pero acaban ejerciendo su labor allí.

Pues bien, a este problema se le podría sumar otro, el de la fuga de talento a la sanidad privada, y todo por obra y gracia de la ministra de Sanidad. En un nuevo golpe de efecto, Mónica García, adalid de la defensa de la sanidad pública, anunció ayer que quiere exigir la exclusividad a los jefes de servicio y otros mandos intermedios del Sistema Nacional de Salud (SNS) para cortar de raíz los "beneficios obscenos" que, a su juicio, algunos de estos profesionales obtienen por simultanear su labor en la sanidad privada.

Así lo ha reflejado el Ministerio, en el borrador del nuevo Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud, de manera unilateral y sin consensuarlo con el resto de los agentes a los que competen las negociaciones, es decir, sindicatos y autonomías. Agentes a los que ha indignado con sus declaraciones, tanto por la forma como por el fondo.

"Esta medida se la han sacado de la manga sin consultar con nadie y la han `colado´ en el texto, que nos han hecho llegar paralelamente a que lo anunciara", explica Víctor Pedrera, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM).

"Estamos completamente en contra de cualquier medida que pretenda limitar y restringir la actividad de unos profesionales a los que se debería incentivar con mejores condiciones laborales, y no desalentar", destaca, y añade que "si lo que pretende la ministra con esto es conseguir un mayor compromiso por parte de los jefes de servicio hacia la sanidad pública, está yendo en dirección contraria. Lo único que va a lograr es desafección; es el camino más rápido para que perdamos aún más talento".

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Además, lo añadido por Sanidad al texto del borrador, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, amplía la prohibición de ejercer la medicina privada al "personal graduado en medicina con formación sanitaria especializada durante los 5 primeros años de vinculación con el SNS".

"Esto es ya el disparate máximo. Tú le dices a un médico que acaba de terminar su formación y cobra 2.000 euros al mes ramplones, con una inestabilidad y una precariedad laboral absoluta, que le obligas a quedarse en la pública, y se va a marchar a la privada en cuanto tenga la menor oportunidad", argumenta Pedrera.

De la misma opinión es José Soto, presidente de la Sociedad Española de directivos de la Salud (Sedisa), que define las declaraciones de la ministra como "un globo sonda más" y asegura que no cree que estas medidas "lleguen a ninguna parte". "Un jefe de servicio de un hospital grande, de media, cobra unos 4000 euros netos al mes, por un trabajo con una exigencia enorme. Si le obligas a elegir, se marchará".

Además, en su opinión, es un error no darles a los pacientes la opción de poder ser tratados por estos profesionales de referencia en la privada, especialmente en un contexto de saturación y listas de espera récord en la mayoría de los servicios. "La privada alivia la carga del SNS", señala.

El sindicato de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), por su parte, también ha criticado duramente las intenciones de Sanidad. "Va a ser muy difícil encontrar personas dispuestas a ostentar esas jefaturas», señaló la secretaria general, Ángela Hernández. "El cargo de una jefatura en un hospital puede suponer un incremento retributivo de apenas 300 euros brutos al mes, a pesar de toda la responsabilidad y de todo el trabajo que conlleva. Creemos que no están lo suficientemente bien reconocidos, y lo mismo se podría aplicar de direcciones médicas hacia arriba".

En la mayoría de las comunidades autónomas no se exige exclusividad a los especialistas. Solo se mantiene en algunas como Asturias o Navarra.

Por último, desde la patronal de la sanidad privada, Aspe, defienden que "al exigir a los médicos que elijan entre la jefatura de servicio en la pública o su actividad en la privada, no podemos dar por sentado que optarán por la primera. Esto, en un escenario de escasez como el actual, podrían aumentar las dificultades para cubrir determinados puestos clave, impactando en la calidad asistencial y complicando aún más la gestión de las autonomías".