Fármacos

Un "Made in Europe" por la escasez de medicamentos

Bruselas proporcionará incentivos públicos a aquellas empresas que produzcan fármacos básicos dentro de la Unión Europa

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En plena pandemia del coronavirus, con las cadenas de suministro bloqueadas, el entonces máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, alertó de que en el club comunitario no se producía ni un gramo de paracetamol. Fruto de la reflexión que comenzó en el año 2020, el Ejecutivo comunitario presentó esta tarde su propuesta para reducir la dependencia europea respecto a China y la India, las dos potencias campeonas mundiales en la producción mundial de los principios activos de los fármacos como antibióticos o analgésicos.

El problema, lejos de solventarse, se ha incrementado en los últimos años. Aunque las cadenas de suministro ya no se encuentran bajo presión debido a una pandemia global, Bruselas asegura que en la mitad de los casos la escasez de medicamentos esenciales está originada por problemas de producción.

La Comisión Europea se ha visto obligada a explorar un camino intermedio entre seguir promoviendo el libre comercio –una de sus señas de identidad– a la vez que pone en marcha ciertas medidas proteccionistas para impulsar el Made in Europe.

«La urgencia es muy clara. Es un problema que nos ha ocurrido a todos durante la pandemia de la covid y este problema se ha incrementado con el tiempo. Necesitamos actuar ahora», aseguró el comisario de Sanidad, Oliver Varhely, en rueda de prensa desde Estrasburgo (Francia).

Según la vicepresidenta de Transición Justa y Competitividad, Teresa Ribera, esta normativa «pretende mejorar la seguridad del suministro de medicamentos vitales en Europa» en aras de «reducir el riesgo de interrupciones en el suministro de medicamentos y nuestra dependencia de terceros países, aumentar nuestra capacidad de resistencia en la atención sanitaria y apoyar nuestras capacidades de fabricación».

Bruselas, por eso, planea establecer una serie de proyectos estratégicos que potencien la producción en suelo europeo y facilitarles financiación pública. De esta forma, el Ejecutivo comunitario flexibilizará la normativa sobre ayudas de los distintos gobiernos para que aquellas empresas que prioricen la fabricación dentro de las fronteras europeas se beneficien de este dinero público si se trata de aquellos medicamentos considerados esenciales.

Estos proyectos serán considerados estratégicos si suponen un incremento o modernización de la capacidad de producción europea. Esto puede abarcar procesos que aseguren una mayor sostenibilidad e incremento de la eficiencia, así como el despliegue de tecnologías claves para la fabricación.

Además, esto irá acompañado de una simplificación de los permisos y las evaluaciones medioambientales que faciliten la instalación de plantas. Estos proyectos que reciban financiación pública deberán cumplir con ciertos requisitos. Por ejemplo, estarán obligados a priorizar el suministro a los Veintisiete frente a terceros países.

Bruselas quiere asimismo que el precio no sea ya el principal requisito para elegir a una empresa u otra en las licitaciones públicas. De esta forma, deberán valorarse otros criterios como la diversificación de los proveedores o la vigilancia de las cadenas de suministro. En caso de una alta dependencia respecto a un país o un número limitado de países, deberán aplicarse otras variables para favorecer la producción de medicinas críticas en la Unión Europea, cuando sea posible.

Los países europeos pueden pedir apoyo a la Comisión en el uso de herramientas colaborativas para promover licitaciones conjuntas en aras de crear economías de escala y reducir el acceso y las disparidades en cuanto a la disponibilidad. Para coordinar estas iniciativas se creará el Grupo de Coordinación de Medicamentos Críticos, formado por representantes de los países europeos y el Ejecutivo comunitario. Este nuevo organismo también evaluará cómo colaborar con terceros países para diversificar el suministro y poner en marcha compras conjuntas.

Todas estas medidas están dirigidas a garantizar el suministro de aquellas medicinas consideradas críticas, entendidas aquellas que pueden suponer un daño serio a los pacientes si no pueden disponer de ellas.

Algunas de las acciones están dirigidas tan solo a aquellos casos en los que puede haber problemas en la cadena. Igualmente, la nueva legislación también establece otros medicamentos de interés general que pueden enfrentarse a fallos en el mercado, como por ejemplo, los medicamentos para las enfermedades raras.

La Unión Europea estableció una lista de medicinas críticas que fue publicada primero en diciembre de 2023 y renovada posteriormente en 2024 con 270 activos que abarcan desde infecciones a enfermedades cardiovasculares, salud mental y cáncer.