
Ucrania
Los ucranianos observan entre la impaciencia y el escepticismo las conversaciones para acabar la guerra
El 77% de la población apoya una tregua temporal de 30 días, pero desconfía de que Putin lo cumpla
Rusia sigue jugando con Donald Trump y retrasando incluso un alto el fuego limitado, según funcionarios y observadores ucranianos. Mientras Ucrania aceptó hace tiempo una propuesta de alto el fuego integral ofrecida por EE UU, Rusia introduce constantemente nuevas condiciones, rechazando «de facto» un alto el fuego marítimo a menos que se relajen las sanciones contra sus bancos, barcos y empresas.
Volodimir Zelenski describió en una conferencia de prensa el acuerdo de EE UU para facilitar el acceso de Rusia a los mercados globales de productos agrícolas y fertilizantes como una relajación de las sanciones. Curiosamente, según expertos, Rusia podría necesitar un alto el fuego marítimio más que Ucrania, que destruyó un tercio de la flota rusa del mar Negro y reanudó las exportaciones desde sus puertos hace tiempo.
«Si Rusia viola el alto el fuego, recurriré a Trump para pedir sanciones y armas», afirmó Zelenski antes de que se conocieran todos los detalles del acuerdo. Sugirió que Turquía podría desempeñar un papel en la supervisión del alto el fuego marítimo, mientras que países de Oriente Medio podrían vigilar el cumplimiento en relación con los ataques energéticos.
Andri Kovalenko, del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, argumentó que Vladimir Putin podría detener los ataques contra civiles en un solo día si realmente quisiera la paz. Acusó a Rusia de explotar las negociaciones para ganar tiempo y acumular recursos y perpetuar la guerra.
Una encuesta publicada por el Instituto Internacional de Sociología de Kyiv reveló que el 77% de los ucranianos apoyaría un alto el fuego de 30 días, aunque la mayoría duda que Rusia lo respete. Solo una pequeña fracción lo ve como un paso genuino hacia una paz en términos aceptables. Rusia ha expuesto públicamente sus demandas, que incluyen detener los esfuerzos de movilización de Ucrania, poner fin a las entregas de armas occidentales y cesar el apoyo de inteligencia a Kyiv. Para el 79% de los ucranianos, estas condiciones son completamente inaceptables.
Anton Grushetski, director del Instituto Internacional de Sociología de Kyiv, observó que los ucranianos están dispuestos a considerar compromisos difíciles, como posponer la liberación de ciertos territorios ocupados. Pero enfatizó que la rendición o la paz «a cualquier precio» no son opciones. El 82% de los ucranianos está preparados para seguir luchando –incluso sin ayuda militar de EE UU, pero con el respaldo de Europa– hasta lograr una paz justa.
Aunque Kyiv valora los esfuerzos de EE UU por negociar un alto el fuego limitado, solo una Ucrania más fuerte puede garantizar una paz duradera, comentó Oleksandr Merezhko, presidente del comité de asuntos exteriores del Parlamento ucraniano, a LA RAZÓN. «No se puede confiar en Putin, y cualquier negociación con él está condenada al fracaso a menos que Ucrania y sus aliados lo obliguen», advirtió Merezhko, sugiriendo que Trump podría aprender esta lección por sus propios errores.
Por ahora, los acontecimientos parecen desarrollarse según el guión de Putin, según el periodista ucraniano Vitali Portnikov. Destacó una desconexión fundamental entre los enfoques de Putin y Trump hacia las negociaciones. Trump prioriza un alto el fuego inmediato para detener el combate activo antes de iniciar conversaciones sobre un acuerdo a largo plazo que podrían extenderse durante meses o incluso años.
Putin, por el contrario, busca seguir negociando el fin de la guerra mientras sus fuerzas continúan el asalto. “No quiere que nadie impida que sus tropas conquisten más territorio ni que sus drones sigan aterrorizando a Ucrania”, explicó Portnikov.
Observó también que las llamadas telefónicas de Trump han ayudado al líder ruso a salir del aislamiento internacional. La renuencia de Trump a criticar a Putin, siquiera levemente, solo hace que Moscú sea menos propenso a hacer concesiones. “Desafortunadamente, cuando Trump tropieza, el mundo y Ucrania sufren”, argumentó Portnikov, resaltando la necesidad de un liderazgo estadounidense decisivo.
El presidente Zelenski también expresó su frustración por “voces de alto nivel en Estados Unidos” que repiten la propaganda rusa, refiriéndose a las afirmaciones de Steve Witkoff, enviado de Trump en Oriente Medio, de que los referendos falsos en los territorios ocupados por Rusia demostraron que la mayoría de los ucranianos allí deseaban unirse a Rusia. Zelenski expresó su esperanza de que la credulidad de Washington hacia Rusia disminuya con el tiempo.
"Los rusos deben demostrar que están dispuestos a poner fin a la guerra y que están dispuestos a no mentirle al mundo, a no mentirle a Trump, a no mentirle a Estados Unidos", enfatizó.
Las próximas rondas de reuniones entre las delegaciones ucraniana y estadounidense sobre el fin de la guerra tendrán lugar en “un futuro próximo”, confirmó el presidente.
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