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El podcast de Carmen Morodo: Y dale en el PP con pisarse la manguera

El Partido Popular ha acertado votando "sí" al nuevo decreto pactado entre el PSOE y Junts pero le han sobrado portavoces y le ha faltado coordinación

En esta resaca del Decreto ómnibus, el Partido Popular ha acertado votando "sí" al nuevo decreto pactado entre el Partido Socialista y Junts. Les hubiese sido mucho más difícil explicar un "no", en incluso una abstención, en relación a las pensiones, las ayuda a DANA o incluso los transportes. Más difícil que explicar o justificar cambio de posición a pesar del lío en el que se han metido con todo lo que tiene que ver con el palacete del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en París. Aunque en el relato que ahora está tan de moda, la realidad es que lo que sale y lo que se votará es prácticamente lo que pedía el Partido Popular, aunque aquí, como siempre, quienes se cuelgan las medallas sean los independentistas. Sin embargo, esto vuelve a poner en evidencia que se multiplican los portavoces y con poca coordinación. Salió Borja Sémper, portavoz nacional del Partido Popular, diciendo que hasta el final no se conocería la posición de voto. Salió Cuca Gamarra, secretaria general del partido, y 48 horas después salió el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Más claridad, más contundencia como dicen los pata negra del partido y sobre todo anticiparse sabiendo que en este terreno las trampas les vienen por el mismo camino y, al final, a veces acaban cayendo en ellas.

Más allá de esto, el debate sobre el decreto ómnibus también está despertando las alertas dentro del Partido Popular en otro tema que siempre acaban pisándose la manguera. Hemos visto a Andalucía decir que "no" a eso de vetar los pactos y el diálogo con los de Junts. Ellos son partidarios de hablar, de dialogar. Eso sí, diferencian entre Junts y Puigdemont, aunque sean lo mismo.

Hemos visto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, decir sin embargo que "no" a todo: "No" al diálogo, "no" a los pactos y que no hay que ir con los nacionalistas a ningún sitio. Y la guinda del pastel es siempre el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández. En todos estos debates llevando la contraria, de manera muy ostentosa a lo que se dice en Madrid. Quizás les iría mejor si hiciesen caso a lo que dicen los veteranos, que no pecan precisamente de ser moderados. Y es una línea argumental que me parece sencilla: hay que pactar, hay que hablar. Lo importante no es con quién se habla o con quién se dialoga, sino qué se pacta con cada uno de los partidos.

Siguiendo esta máxima, lo tendrían muy fácil para seguir criticando, si ese es el camino por el que quieren avanzar todos los acuerdos a los que están llegando el Gobierno con los partidos independentistas.

Y luego ya, por último, me parece de justicia decir que Vox no está sometido al mismo escrutinio al que están sometidos el Partido Popular y el Partido Socialista. Tienen manga ancha, no tienen reglas del juego... Y luego, es el partido que mejor está pillando, hay que decirlo así, una práctica que se está poniendo de moda ahora mismo en todas las formaciones políticas: Ya no nos miden tanto lo que queremos votar, sino cómo nos cae cada una de las cosas o de los temas principales que están marcando la agenda. hacen sus estudios cualitativos y los hacen cada vez con más frecuencia... Si nos parece bien el tema de inmigración o que se posicionen de una manera... Y Vox sabe, porque así se lo dicen los sondeos, ellos y a todos los demás partidos, que en estos momentos hay una ola creciente que se está moviendo.

Una ola que afecta a ese segmento de la población más joven, que no ve para nada que haya que seguir avanzando en los mecanismos de solidaridad intergeneracional, siempre a favor de los pensionistas. Que se sienten desarraigados por la política en relación a los mayores. Porque no tienen casa, tienen una nómina, no ven perspectivas de futuro y entienden que ahora mismo los partidos se están moviendo en esa materia por cuestiones electorales porque la bolsa es más grande, pero que a ellos no les beneficia nadie. Ahí Vox tiene un nicho, lo ha entendido, va a por ellos y, ¡ojo! porque, como ya advierten las empresas sociológicas, esto no ha hecho nada más que empezar y es posible que pueda tener consecuencias, no a corto plazo, pero sí a medio largo plazo en los posicionamientos de los partidos. Si no lo ven, si no ven esa ola, es que están ciegos.