Al portador

Bomba de racimo y trampas políticas

«Sánchez, con la ayuda de Yolanda Díaz, opta por ponerle trampas a Núñez Feijóo, aunque él también puede caer en ellas»

John Steinbeck (1902-1968), premio Nobel de Literatura, autor de «Las uvas de la ira» y «Al este del Edén», apuntaba que «el hombre es el único animal que instala una trampa, le pone una carnada y luego mete la pata». Nunca lo aclaró, pero quizá se inspiró en uno o en varios políticos. Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, socialista, crítico –hasta un punto– con Pedro Sánchez en varios asuntos, sobre todo de política autonómica, dijo ayer en el foro de La Razón que «Aldama es una bomba de racimo». También añadió, y es muy importante, que el resultado de este proceso «tendrá mucho que ver con el desenlace final de la situación política». Prevé que el caso podría prolongarse años y no está claro quién gobernará en cada momento y eso influirá, es inevitable, en el asunto. Víctor de Aldama, en cualquier caso, parece ser la trampa en la que ha podido caer José Luis Ábalos, ahora ya sin aforamiento. El ex ministro dijo en varias ocasiones, incluso en Onda Cero a Carlos Alsina, que apenas conocía a Aldama cuando ya parece claro que había confianza entre ellos. Es decir, Ábalos atrapado en su propia trampa.

El Gobierno de Pedro Sánchez, con Yolanda Díaz al lado, aunque en horas bajas, resiste y procura sortear los obstáculos y trampas que encuentra en su camino. El principal es la dependencia de Puigdemont, que no hará caer al inquilino de La Moncloa, pero lo mantendrá en una larga travesía del infierno. Eso sí, el líder indepe no es inmune a caer en sus propias trampas. El líder del PSOE también tiene que lidiar con los enredos de Ábalos y los asuntos de su mujer. Begoña Gómez es probable que no cometiera ningún delito, ya se verá, pero tampoco actuó como «la mujer de César» o no pudo evitar que se supiera. Sánchez, siempre hábil, opta ahora por la táctica de ataque como defensa, mejor dicho, por colocarle trampas para elefantes a su rival Núñez Feijóo que, aunque las esquive, a veces se enreda en ellas. El decreto ómnibus fue la primera, seguida de la reducción de jornada, impulsada por Yolanda Díaz que, además de revelar que habló del tema con el líder del PP, pregona «que los votantes del PP quieren esta medida» y deja la pelota en el tejado de su adversario. Eso sí, «el hombre es el único animal que instala una trampa y luego mete la pata», decía Steinbeck.