Verde

China amplía sus inversiones verdes en África

Desde 2000, Pekín ha explotado minerales estratégicos para la transición ecológica como litio o cobalto. Ahora suma 50.000 millones de dólares para industria y capacitación

-FOTODELDÍA- CIUDAD DEL CABO (SUDÁFRICA), 30/03/2021.- Varios barcos de contenedores aparecen este martes junto a Table Bay, en Ciudad del Cabo. De acuerdo con la plataforma internacional de seguimiento de embarcaciones FleetMon, debido al bloqueo de una semana del Canal de Suez, muchas compañeras navieras han reprogramado sus rutas alrededor del cabo de Buena Esperanza. EFE/NIC BOTHMA
Ha habido todo tipo de acuerdos bilaterales para construir infraestructuras, pero también para importar a China productos agrícolas como aguacates de ZimbabueNIC BOTHMAAgencia EFE

El Foro de Cooperación China-África (FOCAC) de este otoño reunía al presidente de China, Xi Jinping, con representantes de más de 50 países de África y el secretario general de la ONU. Una cita recurrente que, sin embargo, esta vez ha sido muy comentada y analizada. Primero, por el anuncio del mandatario chino de invertir 50.000 millones de dólares al continente en solo tres años tras siete años de descenso en la inversión. Segundo, porque China insistía en su interés por profundizar en la cooperación en infraestructuras y comercio con el continente, preocupándose más por el desarrollo,. Ha prometido, por ejemplo, crear un millón de puestos de trabajo. Además, Jinping mantuvo reuniones bilaterales país por país y firmó algunos acuerdos para proyectos concretos: ha prometido invertir 1.000 millones de dólares para conectar por ferrocarril Tanzania con Zambia (una línea que lleva parada años). «Pretende ampliar las conexiones de transporte en la parte oriental del continente, rica en recursos», dice France24. Con Zimbabue ha firmado un acuerdo que permite al país exportar sus aguacates hasta China.

También en su discurso, el mandatario chino se ha querido alejar de la visión colonialista occidental de explotación de recursos sin más para empezar a ejercer lo que los analistas de Oxford Economics llaman poder blando, es decir influenciar por la vía de la persuasión. Ya no se trata solo de obtener aluminio, cobalto, litio, níquel o manganeso, sino que se «habló de crear una comunidad China-África con un futuro compartido, de un nuevo acuerdo de comercio e inversión y de capacitar a los líderes africanos», explica el think tank «Fondo Carnegie para la Paz Internacional», en un reciente análisis.

Cierto que en los últimos años hay cada vez más reuniones bilaterales con mandatarios del continente (se han celebrado cumbres con Italia, Indonesia, Corea del Sur, EE UU), pero África es, en líneas generales, el gran olvidado en los flujos comerciales internacionales. China representa cierta salvedad en esto porque lleva invirtiendo en al continente desde 2000. Según un estudio del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston, el comercio entre ambas economías (importaciones y exportaciones de bienes) ha crecido de 11.670 millones de dólares en 2000 a 257.670 millones en 2022. «Hasta 2017-18, China se enfocó en préstamos a gobiernos, pero se dio cuenta de que esto generaba cierto riesgo de que los países entraran en bancarrota. Desde entonces invierten en proyectos concretos que también les reportan beneficios a sus empresas», matiza Bruno Fernandes de Moura, jefe de macroeconomía de Coface, firma dedicada a la gestión del riesgo de crédito comercial.

Generosidad entre comillas

Fernandes de Moura explica qué ha detrás de esta «generosidad» se esconde la situación económica interna de China: «Se encuentra ahora mismo con dos dificultades, la primera es que su economía se está desacelerando. Calculamos que este año su crecimiento estará por debajo del 5%, cifra a la que les cuesta llegar cada vez más, cuando el crecimiento de la década anterior rondaba el 7-8%. Han querido ser menos dependientes de las exportaciones y priorizar el consumo interno doméstico, pero de momento, este consumo no les está acompañando. Si en otros países desarrollados las familias gastan el 60-70% en compra de bienes y productos, en China solo llega 30-40%. Es decir, las familias son ahorradoras, y cada vez más, sobre todo dede la crisis económica. Por último el refuerzo de la inversión también está relacionada con los problemas arancelarios no solo con Europa y EE UU, también con países en vías de desarrollo aunque se hable menos de ello. Tailandia, Corea, Indonesia o Brasil están empezando a poner tasas a las importaciones chinas; por todo esto tiene cada vez más interés en África», dice el analista.

China ha invertido principalmente en extraer materias primas, sobre todo para la transición energética y para tecnología. «Prácticamente todos los movimientos que llevan haciendo durante décadas son para la explotación de minerales como cobre, cobalto, litio o manganeso. China está haciendo infraestructuras, pero para dar soporte a yacimientos en Zimbabue, en la República Democrática del Congo, en Niger o Angola. Los ferrocarriles, puertos que se han hecho son para eso, pero es verdad que África necesita recibir inversiones de capital», explica Cristian Castillo, profesor de logística, producción y operaciones de la Universitat Oberta de Cataluña.

De 2000 a 2022, «el 89% de las exportaciones de África a China estaban en el sector extractivo. Por países, Angola lidera principalmente el suministro de crudo, seguido principalmente por Sudáfrica en forma de exportaciones de mineral de hierro. Los principales exportadores, Sudán o la República Democrática del Congo, han exportado principalmente crudo y cobre. En conjunto, las exportaciones de estos países ascendieron a alrededor del 2% del PIB de África en 2022 y al 69% del valor total de las exportaciones de 2000 a 2222», según datos de la Universidad de Boston.

Pero es que, además, siguiendo las publicaciones del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, las inversiones chinas están empezando a cubrir no sólo la extracción de minerales, sino también el procesamiento en el continente. «Los proyectos recientemente anunciados incluyen dos plantas de procesamiento de litio, una de 300 millones de dólares en Zimbabue y otra de 250 millones de dólares, inaugurada en Nigeria».

Europa y su telaraña verde

China domina la producción de paneles fotovoltaicos y el de baterías de litio y empieza a plantar cara al sector eólico europeo. La UE importa ya de China alrededor del 29% de sus aerogeneradores y componentes y aproximadamente el 68% de las bombas de calor. En el mercado del litio, las empresas chinas controlan el 65% del procesamiento de litio y la fabricación de baterías. Tanto es así que ya hay quien afirma que la apuesta por la transición verde europea está atrapando al viejo continente en la telaraña comercial china. «Europa ha apostado por la transición energética y la descarbonización y, sin embargo, sus políticas industriales no se han desarrollado en la misma línea. La industria europea se ha ido deslocalizando por la mano de obra a países como China que ha terminado desarrollando su propia industria, pero con costes menores. Es paradójico que Europa haya marcado el rumbo sin que la industria no haya ido en esa dirección. Ahora nos encontramos con que algunos gobiernos se están preparando para la escasez de materiales estratégicos en el futuro ante la hegemonía y el poder absoluto del país asiático», comenta Castillo.

Es probable» que la política en África continúe porque China necesita nuevos mercados, pero tienen que generar aceptación», dice Fernandes de Moura. Máxime, cuando la guerra comercial con EE UU no parece que vaya a acabar en la nueva etapa en la Casa Blanca de Donald Trump. Otra cosa es lo que suceda internamente en cada país de África y es que según algunas crónicas del FOCAC muchos países africanos han expresado su falta de voluntad para elegir bando. También se comenta que esta mirada intensa de China sobre el continente está cambiando la visión del resto del mundo sobre África. China ha pedido una nueva era de desarrollo para el continente y que se integre en las instituciones de gobernanza globales (como el Consejo de Seguridad de la ONU). «Además de los miles de millones de dólares propuestos, que serán difíciles de rastrear, se debe prestar atención a otras iniciativas de desarrollo como centros de formación profesional, apoyo agrícola, cooperación médica, desarrollo de proyectos rurales», dice el think tank Carnegie.

Los países de África más endeudados con China

Actualmente, siguiendo cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), hay veintiún países africanos con problemas de endeudamiento. China es el países que posee la mayor parte de la deuda (hasta un 13%). Los mayores deudores del gigante asiático en África son «Angola, cuya deuda asciende a los 20.980 millones de dólares, Etiopía (con 6.820 millones de dólares), Kenia (hasta 6.690 millones de dólares), Zambia (con 5.730 millones de dólares) y Egipto (que atesora hasta 5.210.000 millones de dólares). Angola y Kenia han evitado el default por poco», explica el Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston en un reciente estudio. Sin embargo, el centro especifica que se están dando movimientos para aliviar dicha situación como «el acuerdo alcanzado por Zambia y sus acreedores oficiales en junio de 2023 que se considera un hito para el enfoque chino de la reestructuración de la deuda. Por ejemplo, favorece la extensión del reembolso».