Verde

El lince ibérico estrena territorios

Palencia y Cuenca, nuevas zonas de reintroducción de cachorros nacidos en cautividad

Los campos de Palencia y Cuenca serán los nuevos hogares de once de los 33 linces ibéricos nacidos en 2024 en centros de cría en cautividad. Valença, Ícaro, Veloz, Virgo y Vuelvepiedras han sido liberados esta semana, los tres primeros La Veguilla y Sierra Jarameña, Cuenca, y los otros dos en el Cerrato Palentino, ambas nuevas zonas de introducción de la especie.

Pasarán unas semanas de adaptación de adaptación en un amplio terreno cercado para después ser liberados a campo abierto. Son los primeros de dos nuevas poblaciones de linces ibéricos, a los que se sumarán cuatro en Palencia y dos más en Cuenca.

Según WWF, no hay datos que confirmen la presencia de linces en el pasado en ambas zonas, por lo que se consideran `introducciones benignas’. Estas nuevas poblaciones, según la organización conservacionista, «no solo contribuirán a la diversificación genética de la especie y a la expansión de su área de distribución, sino que también aumentará su resiliencia frente a los cambios ambientales previstos para las próximas décadas».

Para el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, que participó en la suelta de Virgo y Valdepiedras, «esta especie, que ha estado al borde de la extinción y recientemente ha dejado de considerarse en riesgo, se ha convertido en un emblema de cómo cuando una sociedad quiere, puede».

Ciertamente, en junio pasado la UICN, (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), calificó la situación del lince como de vulnerable, antes estaba en peligro, lo que para WWF supone «un éxito mundial de conservación y el triunfo de las estrategias implementadas, la colaboración y el compromiso entre administraciones y entidades que se han sumado al esfuerzo por recuperar la especie». Actualmente, según el último censo del MITECO hay 2011 linces registrados.

El resto de los cachorros nacidos en 2024, más dos huérfanos procedentes de campo, cinco serán liberados al medio natural en las Tierras Altas de Lorca, Murcia; cinco en Sierra Arana, Andalucía; y dos en Extremadura.