Elecciones
Costa sigue sin mayoría a un mes de las urnas en Portugal
La variante ómicron marca la campaña de las elecciones anticipadas en Portugal
A un mes de que se celebren las elecciones legislativas en Portugal, dos términos causan pavor: ómicron y mayoría absoluta. El primero arrasa el país, que bate diariamente sus récords de contagios detectados y que, si continúa al ritmo actual, tendrá durante la primera semana de enero a 600.000 personas aisladas, el 6% de su población. El segundo se ha convertido en un tabú.
Cuentan los matemáticos que elaboran los augurios pandémicos que la mitad de esas personas en confinamiento serán positivos por covid y la otra mitad contactos estrechos, que también deberán resguardarse de la sociedad. Demasiadas personas, empiezan a pensar en los partidos, donde aumenta cada día el recelo ante la evolución de la nueva cepa.
Dicen los expertos que el 7 de enero puede llegarse a 37.000 casos detectados en 24 horas, en un país de diez millones de habitantes. Con este panorama, se suceden las conjeturas acerca de cuántos portugueses estarán aislados para el 30 de enero y si eso será decisivo en las urnas.
El líder del PSD, partido de centro derecha que lidera la oposición y única alternativa plausible según las encuestas al socialista Antonio Costa, que gobierna desde finales de 2015, Rui Rio, ha movido ficha en los últimos días convirtiéndose en ese político más duro que sus colegas de formación le reclaman ser desde hace años.
«Falta planificación y de gestión», espetó antes de exponer que era favorable a que se acortasen los periodos de cuarentena. En Portugal se miran con atención las decisiones de España, EE UU y otros países que ya han actuado en este sentido, aunque el Ejecutivo luso dejó pasar el último Consejo de Ministros sin dar el paso, argumentando que compete a la Dirección General de Salud.
Pero aunque ómicron obsesione al país, la maquinaria electoral ha arrancado imparable. Según las últimas encuestas, el Partido Socialista es el que logra mayor respaldo, con una intención de voto del 37%, seguido del PSD, con el 31,7 %. Es lo más cerca que han estado ambos partidos desde hace un año, lo que insufla esperanzas al centro derecha. Tercero, a gran distancia, el partido de ultraderecha Chega, con el 6,3%. Hay que bajar hasta el siguiente peldaño para encontrar a uno de los ex socios de los socialistas, y principal protagonista en la ruptura que llevó a estas elecciones anticipadas, la unión entre el Partido Comunista y Los Verdes, la CDU, que empata con Iniciativa Liberal al tener ambos el 5,9%. El otro socio de la malograda alianza, el Bloque de Izquierda, apenas suma el 4,9%.
Los escenarios obligan a acuerdos, que reivindica el PSD para que pueda formarse un Gobierno minoritario llegado el caso: «No habiendo una mayoría absoluta, todos deben estar disponibles para negociar». Sus únicas líneas rojas son los socialistas, con los que nunca formaría, ha dicho, lo que se denomina en Portugal «bloque central», y para Chega, con el que presume de una falta de entendimiento que, dicen los politólogos, ha sido clave para reivindicar su papel ante el votante conservador, pero no extremista.
Enfrente tiene a un Costa que no quiere pronunciar «mayoría absoluta», algo que pidió abiertamente en las últimas elecciones legislativas, en 2019, y los portugueses no le concedieron. ¿Le quema pedirlo de nuevo y por eso lo evita?, le preguntaron en una reciente entrevista. «No es una cuestión de quemar, mayoría es mayoría. ¿Qué es la mayoría? Es la mitad más uno. Ya está, es eso, para mí está muy claro», respondió. Y así, «mayoría absoluta» es ahora referido como «la mitad más uno» por el primer ministro, que asegura que si pierde las elecciones se marchará.
Si hay escenarios que puedan evitarlo o cuáles pueden ser los acuerdos de gobernabilidad factibles son preguntas que se plantearán en el «maratón de debates electorales», como se ha bautizado en el país a los 30 cara a cara que han acordado las cadenas de televisión. Entre el 2 y el 15 de enero, los candidatos se enfrentarán en espacios no exentos de polémica: inicialmente los debates iban a 36, pero el Partido Comunista ha decidido no participar por no estar de acuerdo en el planteamiento de esos cara a cara. Las charlas se repartirán entre tres canales generalistas y otros tres canales de noticias, y en el reparto tanto Costa como Rio gozarán de más minutos en los generalistas, donde la audiencia es considerablemente mayor, algo que para los comunistas supone que se haya hecho una división «entre partidos de primera y partidos de segunda».
El argumento no expuesto públicamente para no ofender sensibilidades es que los candidatos del Partido Socialista y el PSD son, con los sondeos en la mano, los que se juegan gobernar Portugal los próximos cuatro años.
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