Kate Middleton: su hoja de ruta un año después de anunciar su cáncer

Cuando una de las mujeres más fotografiadas del mundo desaparece durante tres meses sin dar explicaciones no se puede esperar que la gente no reaccione. El secretismo respecto a Kate Middleton creó una auténtica crisis institucional en la monarquía británica. La información oficial se ceñía únicamente a una «intervención abdominal». Pero ante la ausencia continuada de detalles, las teorías de la conspiración iban creciendo peligrosamente como una gran bola de nieve. El Palacio de Buckingham perdió el control de la narrativa. Y la única forma de recuperarlo fue contar la verdad: la princesa de Gales tenía cáncer. Y ella misma fue quien lo explicó a través de unas imágenes que dieron la vuelta al mundo. Se cumple ahora un año del comunicado y la mujer del heredero al trono vuelve con más fuerza que nunca reafirmando, más si cabe, su papel clave en la monarquía.

El regreso de Kate, de 43 años, a la vida pública está superando todas las expectativas. Cuando el pasado 14 de enero se anunció que había terminado el tratamiento de quimioterapia -que no la lucha contra la enfermedad-, se especificó que sus actos serían limitados, ya que continuaba con el proceso de recuperación. Pero sus recientes compromisos -desde su visita a un hospicio infantil hasta presidir el pasado lunes los actos del Día de San Patricio como Coronel de la Guardia Irlandesa- han reflejado su compromiso con la institución en uno de los momentos más delicados. No en vano, Carlos III, de 76 años, sigue con su tratamiento de un cáncer, cuyo tipo tampoco se ha especificado.

La reaparición de la princesa de Gales y el monarca el pasado 10 de marzo en los actos conmemorativos del Día de la Commonwealth tras la ausencia de ambos el año pasado debido a su enfermedad fue de lo más simbólica. Para la ocasión, Kate lució un «abrigo-vestido» rojo firmado por Catherine Walker con un maxilazo en el escote y tocado a juego, un collar de perlas que perteneció a Isabel II y los icónicos pendientes Collingwood que eran de la princesa Diana de Gales. Elegancia pura. No obstante, a principios de año, el Palacio de Kensington, residencia oficial de los príncipes de Gales anunció que ya no compartiría regularmente detalles sobre sus atuendos. Esta decisión subraya la evolución de la imagen pública de Kate: una imagen de confianza discreta, resiliencia y cercanía.

«Tiene una firmeza interior sobre lo que quiere y una motivación que se reflejará en lo que hace y en lo que viste», declaraba recientemente la directora de moda del rotativo «The Telegraph», Bethan Holt, a la revista «People». Kate Middleton está gestionando las crecientes expectativas relacionadas con su futuro rol como reina, una responsabilidad que ahora se siente más apremiante que nunca, pero al mismo tiempo, está equilibrando esta intensidad priorizando su salud y su joven familia con el príncipe.

Proteger a sus hijos

Pese a la polémica, la mujer del heredero esperó el año pasado hasta que sus hijos estuvieron de vacaciones escolares para dar el anuncio de su enfermedad consciente de la gran repercusión que eso generaría. El pasado mes de febrero, pese a que el príncipe de Gales es el presidente de la Academia Británica de Cine y Televisión, ni él ni su esposa acudieron a la ceremonia de los premios Bafta , su participación siempre causa gran expectación en la alfombra roja, para poder disfrutar de un viaje en familia. La historiadora real Amanda Foreman cree que Kate está redefiniendo su papel en tiempo real. Está haciendo que sus apariciones sean más significativas de una manera nunca antes vista, creando momentos relevantes en lugar de momentos fugaces en IG», matiza.

La experta asegura que un año como 2024 «o destruye un matrimonio o lo une» y en su caso ha sido lo segundo. Nunca habían mostrado tantas muestras de afecto en sus actos públicos como ahora. «Hay una sensación de protección y compañerismo», dice la experta. «Los últimos cinco años han sido una pesadilla para ellos en todos los sentidos (con entre otros, el sonado Megxit y la muerte de Isabel II), y el año pasado aún más», añade. Por su parte, Jason Knauf, exsecretario privado de la pareja, declaró que el príncipe tuvo que lidiar al mismo tiempo con el cáncer tanto de su esposa como de su padre, lo que contribuyó «al momento más bajo del futuro rey». Es probable que ni Kate ni William vuelvan a ser quienes eran antes. «Es prudente que le resten importancia, porque cuando se superan las expectativas, el impacto es mayor», afirma la biógrafa real Sally Bedell Smith. Con todo, Palacio actúa con cautela.