Homenaje
Ana María, el duelo callado de la última reina helena
El recuerdo de Constantino II reúne hoy en Londres a miembros de tres Casas Reales. Entre ellos, los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía
La historia de amor de Constantino II de Grecia y Ana María de Dinamarca mantiene, un año después del fallecimiento del último rey heleno, el regusto de esas crónicas que se tejen decidiendo qué puente cruzar o venerando a una tierra desde la lejanía y no del modo que hubiesen deseado. Es decir, como monarcas. Constantino era muy joven cuando viajó con sus padres, los reyes Pablo I de Grecia y Federico de Hannover, a Dinamarca. También lo era Ana María, la hija menor de los reyes daneses Federico IX e Ingrid de Suecia. 19 y 13 años. Allí cruzaron sus miradas e iniciaron un amor que fue cuajando en secreto. Tras la muerte de su padre, Constantino accedió al trono con 23 años. Perdido de amor, el joven rey aprovechaba cualquier pretexto para encontrarse con su amada en Copenhague sirviéndose de la complicidad del rey Harald V de Noruega.
El 18 de septiembre de 1964 se casaron en la catedral ortodoxa de Santa María de la Anunciación en Atenas. El novio tenía 24 años y la princesa Ana María de Grecia, la nueva reina de los helenos, 18. Eran los reyes más jóvenes del mundo. El 21 de abril de 1967 el Golpe de los Coroneles puso fin a la monarquía y la familia emprendió el camino hacia un doloroso y largo exilio. Cuando aterrizaron en Roma, Ana María perdió el bebé que esperaba. Era el tercer hijo, después de Alexia y Pablo, y en la ciudad eterna nació Nicolás. Después viajaron a Copenhague y de ahí a Londres, donde fueron acogidos por la reina Isabel II, quien además se ocupó de que viviesen con la dignidad y el esplendor que por su posición les correspondía. Allí nacieron los dos últimos hijos, Teodora y Felipe.
La relación con la familia real británica fue siempre excelente. Felipe de Edimburgo había nacido como príncipe griego en la isla de Corfú. También pudo pesar que tanto Ana María como Constantino fuesen descendientes de la reina Victoria de Inglaterra. En 2013 pudieron regresar a Grecia como reyes sin trono y se instalaron en el Peloponeso. La mala salud del rey hizo que en abril de 2022 vendiesen su mansión y se instalasen en un exclusivo barrio de Atenas, donde valoraron la proximidad de los servicios sanitarios.
Admirable sentido del deber
En enero del año pasado, Ana María perdía a su gran amor después de casi 60 años.Sus cuñadas, la reina Sofía y la princesa Irene, visitaron el cementerio de la finca real de Tatoi, al norte de Atenas, para ayudar en los preparativos del funeral. Discreta, con un gran sentido del deber y una admirable capacidad de sobreponerse a la adversidad, la última reina helena ha vivido durante este último año su duelo en privado y con el cariño de sus hermanas, la reina Margarita de Dinamarca y la princesa Benedicta. Esta última es la menos mediática. Sus actividades se han enfocado a eventos benéficos, aunque durante el reinado de su hermana llegó a ejercer de regente en ausencia de su hermana y del entonces príncipe heredero.
Ana María de Grecia es una de las figuras femeninas más atrayentes de la realeza europea. Como consorte asistió a los campesinos de las zonas rurales a través de su institución benéfica, la Fundación Su Majestad. El carisma de esta pareja explica que, sin ser un monarca reinante, su adiós reuniera en Atenas a una gran representación de las casas reales de Europa, una despedida que no fue de Estado, pero confirmó el afecto que supieron ganarse el hermano de la reina Sofía y su esposa.
Un año después, tres Casas Reales se reúnen de nuevo para recordar al rey Constantino en un acto privado que tendrá lugar en Londres. Los reyes Felipe y Letizia, los eméritos Juan Carlos y Sofía y las infantas Elena y Cristina viajarán a Reino Unido. La misa se celebrará en Windsor, en la capilla de San Jorge, a petición de los reyes Carlos y Camilla. La reina nórdica vuelve a ser el nexo de unión de tres dinastías.
La reina Camilla será la anfitriona
Constantino de Grecia sigue siendo en las monarquías europeas un rey, aunque que de facto dejó de serlo décadas antes de morir. El acto religioso en su recuerdo estaba previsto para el pasado 27 de enero, pero la operación de Carlos III y el diagnóstico de cáncer obligó a posponerlo. No obstante, el 10 de enero se celebró una misa privada conmemorativa del primer aniversario de su fallecimiento en la iglesia de la Santa Resurrección, en la finca de Tatoi, cerca del cementerio real, a las afueras de Atenas. Es previsible que, debido al tratamiento que está recibiendo, el monarca no pueda estar presente hoy. Será, por tanto, su esposa, la reina Camilla, quien presida este homenaje que servirá además de recuerdo de la estrecha protección de Isabel II durante el exilio. La princesa Ana y los duques de Edimburgo también estarán presentes.
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