Esta aldea abandonada en Galicia busca dueño por 200.000 euros y está junto a los mejores percebes del mundo

En plena Costa da Morte, a poco más de un kilómetro de Corme y con unas vistas espectaculares al Atlántico, se esconde un lugar olvidado por el tiempo: la aldea de Candelago. Una docena de casas de piedra, hórreos que resisten a duras penas el abandono y calles en las que la naturaleza ha tomado el mando, conforman este pequeño pueblo fantasma que lleva una década en busca de un nuevo dueño. Su precio: 200.000 euros.

Cuesta creer que un lugar tan cerca del mar y con una ubicación privilegiada haya quedado deshabitado. Pero la historia de Candelago es la de muchas aldeas gallegas: los jóvenes emigran en busca de un futuro, los mayores van desapareciendo y, con ellos, la vida del pueblo. Desde los años setenta, sus casas de piedra han intentado resistir al olvido, mientras la vegetación trepa por sus muros y sus caminos de tierra siguen esperando pisadas humanas.

Lo que hace especial a Candelago no es solo su pasado, sino su potencial. Ubicada en un entorno natural privilegiado, muy cerca del famoso Camiño dos Faros y de Punta Roncudo, donde se extraen algunos de los mejores percebes del mundo, esta aldea lo tiene prácticamente todo para resurgir. Los aventureros y amantes de la historia que la han visitiado no pueden evitar imaginar su renacimiento: un complejo rural, un refugio para desconectar del mundo o incluso un nuevo hogar para quienes sueñan con vivir junto al mar en plena naturaleza.

El caso de Candelago no es único. Galicia cuenta con más de 4.000 aldeas abandonadas, testigos mudos de un pasado rural que se apaga. Sin embargo, la tendencia a recuperar estos espacios está en auge. Con su puesta en venta en el mercado desde 2013, este lugar espera que alguien le devuelva la vida. Y es que pocos sitios pueden presumir de tener el Atlántico como jardín y una historia que está pidiendo a gritos un nuevo capítulo.