Economía

Geopolítica, incertidumbre y economía

La lista de incertidumbres que planean sobre la economía es interminable, desde la situación en el este de Europa y el rearme chino, hasta el auge del extremismo en África y los ciberataques

Volodymyr Zelensky y Donald Trump en el Despacho Oval
Volodymyr Zelensky y Donald Trump en el Despacho Oval JIM LO SCALZO / POOLEFE/EPA

Juan Benet (1927-1993), en su inolvidable, deslumbrante y más citada que leída novela «Volverás a Región» defendía que «la incertidumbre es un privilegio de los ricos». Un par de siglo antes, Voltaire (1694-1778) dejó escrito que «la incertidumbre es una posición incómoda pero la certeza es una posición absurda».

Avanzado el siglo XXI, el mundo más rico y desarrollado vive una cierta angustia de incertidumbre, más allá incluso de la geopolítica, y certificada por organismos internacionales, Gobiernos, bancos centrales y expertos de toda clase y condición.

El otra vez inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, no es ajeno al asunto. «Me gusta el caos. Es realmente bueno», afirmó, medio en broma medio en serio, en 2018, en una cena organizada por el Gridiron Club en Washington, en la que se mezcla lo serio con lo informal y siempre queda la duda.

Incertidumbre puede ser la palabra del año. El jueves, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), apuntaba en el Parlamento Europeo que «la elevada incertidumbre, tanto nacional como internacional, frena la inversión y los desafíos de competitividad lastran las exportaciones». Un día antes, su colega de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell anunció un recorte de las previsiones de crecimiento de la economía americana «ante la incertidumbre y los aranceles».

«Los aranceles –precisó– tienden a reducir el crecimiento y subir la inflación». Horas después, Ben Casselman, corresponsal jefe de economía del New York Times se preguntaba en las páginas del rotativo de la ciudad de los rascacielos: «¿Se dirige la economía estadounidense hacía una recesión?» Su propia respuesta se inclina, al menos, hacia «una simple desaceleración del crecimiento» (...) que «podría dejar a cientos de miles de personas sin trabajo y, si la historia sirve de referencia, desplomar los índices de aprobación de Trump».

Recuerda que Neil Dutta, experto de la firma financiera Renaissance Macro Research, asegura que «todo esto era bastante obvio incluso en diciembre» y además inevitable, al margen de que hubieran ganado las elecciones el republicano o Kamala Harris. Esa teoría indicaría que Trump, más allá de sus exabruptos y de su afición al caos, actuaría con menos margen de maniobra de lo que cree la mayoría, tanto dentro como fuera de los Estados Unidos y siempre, claro, sin olvidar a Vladimir Putin.

En España, el jueves, el informe diario de mercados de Santander Corporate & Investment Bank insistía en la importancia de que el mensaje de la FED es ahora que «la incertidumbre en torno a las perspectivas económica ha aumentado».

También se fija en que el Libro Blanco sobre Defensa de la Comisión Europea esboza un análisis contundente de la situación: «el orden internacional –se lee en el texto de Bruselas– experimenta cambios de una magnitud no vista desde 1945 y aunque podamos sentir nostalgia por la vieja era, debemos aceptar la realidad de que no volverá».

Añade también que «en la segunda mitad de esta década se formará un nuevo orden internacional y Europa quiere dar forma a ese orden». Luego enumera una larga lista de incertidumbres: las amenazas en el este de Europa, el rearme de China, el desplazamiento de Estados Unidos hacia Asia, el creciente extremismo en África, el complicado equilibrio entre Taiwan y China y «amenazas crecientes que incluyen ciberataques, sabotajes, interferencias políticas y la militarización de la migración».

Alicia Coronil, economista jefe de Singular Bank, la entidad que dirige Javier Marín como consejero delegado, afirma en su último informe de «Perspectivas geoeconómicas globales» que «las incertidumbres económicas y comerciales alcanzan máximos ante la impredecibilidad de la magnitud, duración y alcance geográfico del proteccionismo comercial y la apuesta por la filosofía Make America Great Again (MAGA) de la Administración Trump, 2.0 en su política nacional e internacional».

Todo se complica, precisa el análisis porque «se ha producido un giro geopolítica inesperado, como es el acercamiento de la Administración estadounidense a Rusia». Mientras tanto, en Alemania, la primera potencia europea, el futuro canciller Friedrich Merz, ha anunciado «cueste lo que cueste» el mayor proyecto de inversión desde el plan Marshall tras la II Guerra Mundial.

Un «haremos lo que haya que hacer», al estilo Mario Draghi, el hombre que con una frase salvó el euro, pero que también supone un incremento muy notable del endeudamiento público germano, que puede –¡ojo!– tener consecuencias inflacionarias. Otra incertidumbre añadida que quizá, aunque no tranquiliza, sea «un privilegio de los ricos», como escribió Benet.