Demografía

Hemos cometido un error: no somos 8.000 millones de habitantes

“De acuerdo con los datos poblacionales se han subestimado entre un 53 % y un 84 % durante el período analizado”, señala un estudio publicado en Nature.

Sobrepoblación
Muchos más de lo que pensábamosFunLuckyFunLucky

Llevamos años convencidos que para esta fecha la población global estaría en torno a los 8.000 millones de habitantes y para 2050 ya rozaríamos los 10.000 millones, Pero puede que esto no sea lo correcto. Tanto que quizás ya habríamos alcanzado la decena de miles de millones. Solo que hicimos mal los cálculos.

Un nuevo estudio, publicado en Nature, sugiere que hemos estado subestimando significativamente la población en zonas rurales debido al método de cuadrícula que se suele utilizar para el recuento de personas. Hasta la fecha, este método era uno de los estándares en demografía global y se basa en dividir el mundo en cuadrados y estimar la población de cada cuadrado a partir de datos censales.

Pero debido a que estas estimaciones se han calibrado principalmente en entornos urbanos y no rurales, se han pasado por alto imprecisiones en las zonas rurales, según un equipo de científicos de la Universidad Aalto de Finlandia, liderados por Josias Láng-Ritter.

De acuerdo con el equipo de Láng-Ritter, las regiones rurales representan el 43 % de la población mundial. Por lo tanto, si los cálculos de este nuevo estudio son correctos, el número de personas no contabilizadas podría ascender a miles de millones.

"Por primera vez, nuestro estudio proporciona evidencia de que una proporción significativa de la población rural podría no estar presente en los conjuntos de datos de población global - afirma Láng-Ritter, en un comunicado -. Nos sorprendió descubrir que la población real que vive en zonas rurales es mucho mayor de lo que indican los datos de población global; según el conjunto de datos, las poblaciones rurales se han subestimado entre un 53 % y un 84 % durante el período estudiado”.

Para llegar a esta conclusión, los autores analizaron los datos de población del período 1975-2010, analizando los efectos de las obras de construcción de presas en el desplazamiento de personas, un escenario para el que suelen existir datos verificables sobre el terreno.

Al analizar las estadísticas de 307 proyectos de presas en 35 países, el equipo de Láng-Ritter comparó el número oficial de personas desplazadas en estas zonas con el número de personas que se estima que se encuentran allí según cinco conjuntos diferentes de datos de demográficos.

Y aquí es donde encontraron el fallo. La significativa disparidad entre las estimaciones de población y el número real de personas desplazadas en una zona se debe, en última instancia, a que se dispone de datos mucho menos precisos para las zonas rurales.

“Los resultados son notables, ya que estos conjuntos de datos se han utilizado en miles de estudios y ampliamente para respaldar la toma de decisiones; sin embargo, su precisión no se ha evaluado sistemáticamente”, añade Láng-Ritter.

Aunque no todo el mundo está de acuerdo con estas conclusiones. En un artículo en New Scientist varios científicos afirman que las mejoras en las imágenes satelitales y la calidad de la recopilación de datos en algunos países reducirían estas discrepancias.

Pero mantienen que hay discrepancias, por lo tanto, aunque el error no sea del 40%, pero sí llegue al 10% (y estamos hablando de más de 800 millones de personas, en este caso), podríamos enfrentarnos a un grave problema. Las regiones más afectadas por este fallo en los cálculos, es el sudeste de Asia, el este de Europa, el cuerno de África y las zonas de influencia de la cuenca Amazónica.

Las estimaciones de población son cruciales en numerosas áreas, desde la prestación de servicios públicos hasta la estimación de los impactos del cambio climático, y el equipo responsable de Láng-Ritter quiere que se invierta más en el seguimiento de la población en las zonas rurales para garantizar que estas personas no queden excluidas.

“Para brindar a las comunidades rurales un acceso equitativo a los servicios y otros recursos, necesitamos un debate crítico sobre las aplicaciones pasadas y futuras de estos mapas de población”, concluye el estudio. afirma Láng-Ritter.