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Alimentación
Soy charcutero y este es el error que nunca debes cometer al conservar los embutidos
Es importante conservar bien este tipo de alimentos para que mantengan sus propiedades intactas y tengan una mayor vida útil

Los embutidos son productos básicos en nuestra dieta. Son uno de los alimentos más utilizados tanto en comidas como para picar entre horas. Su variedad permite a los consumidores poder elegir entre varios tipos, incluso dentro de una misma familia de embutidos. Estos también aparecen como uno de los platos estrellas en las comidas familiares en cualquier época del año.
Todos pasan por un proceso de elaboración meticuloso para lograr su característico sabor y textura. Sin embargo, para que mantengan sus propiedades intactas, es fundamental conservarlos correctamente. Un descuido en este aspecto puede hacer que pierdan calidad o, peor aún, que se estropeen antes de tiempo. Carnicería Ángel, una empresa especializada del sector, revela el fallo que se suele cometer y que hace que los embutidos tengan una menor vida útil.
El mayor error al conservar embutidos
Uno de los fallos más comunes es almacenarlos en bolsas de plástico. Este material favorece la acumulación de humedad, lo que acelera su deterioro y puede generar moho. En su lugar, lo ideal es utilizar envoltorios transpirables como papel de estraza o film transparente, dependiendo del tipo de embutido.
Otros errores a evitar con el fiambre
Además de utilizar bolsas de plástico, hay otras prácticas que pueden comprometer la calidad del embutido:
- Guardar embutidos frescos en la nevera durante demasiado tiempo: Si no se van a consumir pronto, lo mejor es congelarlos.
- Descongelar de forma acelerada: Sacarlos del congelador y dejarlos a temperatura ambiente puede afectar su textura y sabor. Lo ideal es pasarlos al frigorífico con antelación para que se descongelen lentamente.
- Envolverlos en papel de periódico: La tinta de la impresión puede transferirse a los alimentos, lo que no es nada recomendable para el consumo.
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Cómo conservar los embutidos según su categoría
No todos los embutidos son iguales, por lo que no se deben conservar igual. Esta es la manera según sus propiedades:
- Embutidos cocidos: Variedades como mortadela, chorizo o salchichas tienen un alto contenido de agua, lo que los hace más perecederos. Para alargar su frescura, deben permanecer en la nevera a una temperatura inferior a los 7ºC. Una opción adicional es colocarlos en la parte superior del frigorífico dentro de un recipiente hermético. En cualquier caso, es recomendable consumirlos en pocos días.
- Embutidos loncheados: Cuando ya están cortados, lo mejor es apilarlos en capas, envolverlos con film y guardarlos en el frigorífico entre 4 y 8ºC. También se pueden congelar, siempre teniendo en cuenta que deben descongelarse poco a poco en la nevera para evitar que pierdan su textura.
- Embutidos curados: Piezas como jamón, lomo o fuet no necesitan refrigeración. Se conservan mejor en un espacio fresco, entre 15 y 20ºC, lejos de la luz solar y la humedad. Lo ideal es colgarlos con la parte cortada hacia abajo, cubriendo la zona expuesta con un poco de aceite de oliva y envolviéndola en film. Además, deben estar separados de otros embutidos curados para evitar la contaminación de sabores y olores.
- Embutidos ahumados: Una vez abiertos, estos productos deben protegerse adecuadamente. Se pueden envolver en papel film o aluminio, como los loncheados, o bien guardarlos en un recipiente hermético para mantener su frescura.
¿Qué pasa con el queso?
Su correcta conservación dependerá de la variedad. Los quesos blandos contienen más agua y, por tanto, tienen una vida útil más corta. Pueden durar alrededor de un mes en el frigorífico, siempre envueltos en film y preferiblemente colocados en el cajón de las verduras. Para disfrutar plenamente de su sabor, conviene sacarlos unas horas antes de consumirlos.
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