Cómo reconocer un infarto: los primeros síntomas están en la boca

El infarto de miocardio es una de las principales causas de muerte en España, según la Fundación Española del Corazón, con más de 50.000 casos al año. A pesar de los avances en la medicina, una gran cantidad de personas fallece debido a la falta de un reconocimiento temprano de los síntomas. En muchos casos, los afectados no buscan ayuda médica a tiempo, lo que aumenta el riesgo de muerte.

El infarto se produce cuando una o varias arterias coronarias se obstruyen, interrumpiendo el flujo sanguíneo al corazón. Entre los factores que aumentan el riesgo se encuentran el sobrepeso, la hipertensión arterial, el colesterol alto, el consumo de tabaco y la diabetes. Dado que tres cuartas partes de las muertes por infarto ocurren en casa sin asistencia médica, es fundamental reconocer los signos de advertencia y actuar con rapidez.

Los síntomas de un infarto pueden variar según la persona. Sin embargo, los más frecuentes incluyen dolor intenso en el pecho, dolor irradiado hacia el brazo izquierdo, la espalda o el abdomen, sensación de muerte inminente, piel pálida y sudoración excesiva y, por último, debilidad extrema.

Las mujeres pueden presentar signos atípicos como dificultad para respirar, sudoración, náuseas, vómitos, molestias en el abdomen y fatiga inexplicable. Estas diferencias en los síntomas pueden hacer que el infarto pase desapercibido en muchas mujeres, retrasando la atención médica.

Señales del infarto en la boca

Un dato poco conocido es que un infarto también puede manifestarse a través de síntomas en la boca. El dolor que comienza en el pecho puede extenderse al cuello, la garganta y la mandíbula, provocando molestias en el maxilar superior o inferior. En algunos casos, las mujeres pueden experimentar incluso dolor en los dientes sin una causa aparente.

Debido a la gravedad de un infarto, es vital que cualquier persona que experimente estos signos busque ayuda médica de inmediato. Es preferible hacer una llamada de emergencia innecesaria que ignorar una posible crisis cardíaca.

Para reducir el riesgo de infarto, los especialistas recomiendan adoptar hábitos saludables, como mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, evitar el tabaco y controlar el estrés.