El súper yogur que viene: antiinflamatorio, antioxidante y sin conservantes

El yogur y la cúrcuma son dos alimentos que cuentan con un arsenal de propiedades saludables. El primero, ha formado parte de la alimentación desde hace cientos de años. Es muy apreciado no solo por su sabor, sino también por su riqueza nutricional. En su interior hay más de cien millones de bacterias vivas por gramo, que están relacionados con múltiples beneficios de salud general. Se podría decir que es una especie de “medicamento” natural. Por su parte, la cúrcuma ha demostrado en viarios estudios tener propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, inhibir el crecimiento de bacterias y hongos, y estimular el sistema inmunológico.

Ahora, un grupo de investigadores ha desarrollado con éxito una forma altamente purificada de curcumina para crear un revolucionario yogur probiótico sin conservantes artificiales. El equipo de científicos afirma que el producto tiene una larga vida útil y grandes propiedades para mejorar la salud. Los resultados del estudio se han publicado en la revista científica Frontiers in Nutrition.

“Es bien sabido que la cúrcuma tiene efectos antimicrobianos, antiinflamatorios y estimulantes del sistema inmunológico. Sin embargo, es insoluble en agua, que es una de las principales razones por las que nuestro cuerpo no puede absorber cantidades suficientes para que tenga un efecto biológico. Queríamos ver si era posible crear un producto lácteo que contuviera curcumina en una forma biodisponible que también fuera atractiva para el consumidor”, dice la primera autora del estudio, la Dra. Magdalena Buniowska-Olejnik, del Instituto de Tecnología de Alimentos y Nutrición de la Universidad de Rzeszow, Polonia.

Los investigadores agregaron al yogur una forma de curcumina llamada NOMICU L-100 hidrosoluble, y por tanto absorbible por el organismo. La compararon con un yogur que solo contenía un extracto de cúrcuma estándar para ver su efectividad para inhibir el crecimiento de bacterias y hongos.

Según los resultados, NOMICU L-100 era más eficaz para inhibir el crecimiento de levaduras, hongos y bacterias que el extracto de cúrcuma estándar. Además, mantuvo los niveles recomendados de las bacterias beneficiosas del ácido láctico que se encuentran en los yogures vivos fermentados.

El yogur que contenía el extracto de cúrcuma estándar se mantuvo ligeramente mejor en una forma homogénea sin que se desarrollara una capa acuosa en la parte superior. Sin embargo, su sabor era amargo y se fue deteriorando después de la primera semana de almacenamiento en el refrigerador. Además, su color se volvió verdoso, mientras que el yogur NOMICU cambió el color hacia un color rojizo más atractivo. Además, mantuvo un sabor dulce y se mantuvo estable hasta 28 días después de su almacenamiento en el frigorífico.

Maciej Banach, profesor de Cardiología en la Universidad Médica de Lodz, considera que "un yogur enriquecido con un nutracéutico, que ha demostrado ser eficaz y seguro, tiene potencial para mejorar la salud de la población, sobre todo si se tiene en cuenta la frecuencia de consumo de yogures en la dieta diaria".

En el futuro, los investigadores planean investigar los efectos de la curcumina NOMICU L-100 en otros productos lácteos, especialmente aquellos en los que sus propiedades antimicrobianas pueden extender la vida útil de los productos o reducir significativamente el riesgo de crecimiento descontrolado de levadura y moho.