Cocina

Este es el culpable del 'sabor a nevera' cuando un alimento lleva demasiado tiempo en el refrigerador

Existe una explicación científica para los aromas extraños de la comida que ha pasado demasiados días allí

Mujer abriendo la nevera
Causas del 'olor a nevera'PEXELS (Lucie Liz)

Cuando dentro de la nevera hay olores fuertes, muchas personas recurren a una solución que solo se le ocurría al ser humano, el único animal capaz de 'hacerse trampas al solitario', de querer 'tapar el sol con una mano': se coloca medio limón fresco y listo. Como si un pobre cítrico pudiese compensar todos nuestros despisten almacenando alimentos o tapar el resto de aromas.

Puede ser un buen remedio a corto plazo, pero si los olores provienen de comida en mal estado o de comidas preparadas que no se han envasado correctamente, de poco servirá. Además, ese medio limón acaba en muchas ocasiones abandonado allí hasta meses después, cuando ya ha adquirido una tonalidad como de fotografía en sepia y está completamente deshidratado.

No todo el mundo es tan despistado, pero los descuidos de este tipo son bastante comunes. Tan importante como cocinar bien los alimentos para eliminar las bacterias es almacenarlos correctamente, para que no sean presa fácil de nuevo de microorganismos o patógenos. Si una comida no huele como debería hacerlo usualmente, es motivo suficiente para sospechar y desecharla automáticamente. Pero esto implica una pérdida de dinero, tiempo y un desperdicio de un bien tan necesario como son los alimentos.

Fruta caducada
Fruta caducadaPEXELS (Mizzu Cho)

Sin embargo, no siempre un alimento cambia de aroma o sabor por haber vencido su fecha de caducidad o de consumo preferente. En algunas ocasiones, aun manteniendo todas sus propiedades nutritivas, el hecho de haber pasado mucho tiempo refrigerándose acaba dándole a la comida un gusto extraño, pero muy concreto.

Este es el culpable del 'sabor a nevera' en los alimentos

Hay comida más propensa que otra a acabar absorbiendo aromas extraños cuando pasa un tiempo en el frigorífico, que se pueden deber tanto a los propios gases de enfriamiento del electrodoméstico como a los olores de otros alimentos cercanos. Para evitar esta variación desagradable en la comida, debe envasarse correctamente y no dejarla demasiado tiempo el la nevera o congelador, a pesar de que ello no suponga un gran riesgo alimenticio.

Ciertamente, el 'sabor a nevera' sí existe, y se explica principalmente porque los frigoríficos domésticos utilizan distintas clases de gases para conseguir enfriar su interior (hidrofluorocarbonos, pentafluoroetanos, clorofluorocarbonos, etc.). Esta clase de compuestos químicos no son nada perjudiciales para el organismo humano. Sin embargo, sí que pueden imbuirle aromas extraños a los alimentos.

Al ser gases solubles tanto en agua como en lípidos (grasas), acaban mezclándose con las comidas, especialmente si no han sido selladas correctamente en las fiambreras o con algún plástico protector. Tal y como explica Heinz Wuth, de 'Ciencia y Cocina' (@soycienciaycocina), en algunas ocasiones estos gases pueden terminar por generar incluso acetonas, con olores mucho más penetrantes.

Para evitarlo en la medida de lo posible, conviene mantener la 'serpentina' o tubo de a parte posterior de la nevera limpio de polvo y suciedad, así como no dejar abierta por mucho tiempo la puerta del electrodoméstico. Cuanto más frío pierda el frigorífico, mayor esfuerzo tendrá que hacer la máquina, poniendo en peligro tanto la conservación como el sabor de la comida que haya dentro.