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Quisicosas

Mi Premio Hispanidad Ciudad de Santa Fe

«Ha demostrado un compromiso inquebrantable con la difusión y defensa de los valores de lo hispánico»

«No vaya usted a creer que no la tengo en mente, ahora que es Reina y Emperadora. Que la conocí de zagala, se escondía en los tinados de los pastores y trepaba a los amiales, y eso que era mujer».

- Usted fue su ama de leche...

-Y vi parir a la madre, que era mucho más hermosa. Isabel de Portugal, que andaba bobico tras della el Marqués de Santillana, pero que no era ni la mitad de lista y perdió la pobre la sesera.

-Y luego, cuando envenenaron a su hermano, el infante don Alfonso...

-Eso, qué vida, pero salió leona la cría y supo ponerse por delante.

-¡Es que no le teme a nada!

-Quite, quite, sí teme, temer es de sabios. De chica, para hacerle obedecer, la amenazaron con los turcos, y nunca se le apartó del pensamiento. Esas gentes bárbaras empalan a los cristianos por donde más les duele y hasta las entrañas profundas, que tardan dos días en morir. También les roban a sus hijos mejores y los ponen a servir al sultán, para convertirlos en guerreros suyos temibles, que llaman jenízaros. En justa retribución por arrasar Constantinopla, la Reina Isabel ha expulsado a los sarracenos de nuestra tierra.

-¿Y usted cree que ha sido por eso?

-Lo mismito que le pasó con Portugal. Creció envidiando a los lusitanos, porque Vasco de Gama llegó a las Indias por África cuando ella tenía nueve años. Así se determinó a cruzar ella por el Atlántico y, ahora, el almirante Colón ha dado con las Indias nuevas. Lo que de chico te pasa, traza tu vida de largo.

La ciudad de Santa Fe, junto a Granada, es un municipio de 15.000 habitantes que conserva la huella del campamento militar que fue. Perfectamente cuadrada, con su centro en forma de cruz y cuatro puertas históricas, ofrece al visitante una colegiata neoclásica deslumbrante, un museo del Descubrimiento y la huella del Pósito y el Hospital que construyeron los Reyes Católicos. Su alcalde, Juan Cobo, harto de complejos y ocultamientos, ha decidido alzar la voz sobre el papel crucial de esta ciudad en la Historia mejor de España. El I Premio Hispanidad Ciudad de Santa Fe recupera la memoria del sitio de Granada y de este lugar donde se firmaron la rendición de Boabdil o las capitulaciones con Colón para el gran viaje a América. Servidora ha sido única galardonada en esta primera edición y anda como gallina clueca, porque, según el jurado: «Ha demostrado un compromiso inquebrantable con la difusión y defensa de los valores de lo hispánico, contribuyendo de manera significativa al entendimiento y apreciación de la cultura hispánica tanto en España como en América». Vale.