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Cumbre del Clima
Qué se espera de la COP29 en Bakú: una cumbre crítica para la lucha climática global
La clave del éxito estará en que la financiación climática se multiplique por diez, en medio de un escenario de tensión geopolítica y un año de desastres climáticos
La conferencia que reúne desde este lunes a casi 200 países para que negocien sus compromisos climáticos acaba de iniciar en Bakú, la primera ciudad petrolífera del mundo. La capital de Azerbaiyán es la sede de esta cumbre del clima, la COP29, una cita organizada por la ONU y que, cada año, reúne a decenas de miles de personas en un país distinto.
Este año la temática del encuentro, que tendrá lugar entre los días 11 y 22 de noviembre —salvo posibles retrasos a causa de tiras y aflojas—, se centra en un asunto esencial y aún sin resolver: la financiación. Es decir, el dinero que los países ricos deberán dar a los menos desarrollados para ayudarles a adaptarse al cambio climático y mitigar sus emisiones.
El principal objetivo de esta COP es claro: aumentar la ambición económica, en un escenario de tensión geopolítica. Según el último análisis Energy Insight de Moeve (antes Cepsa), uno de los principales desafíos será acordar un Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo para el año 2025. La clave del éxito será establecer un nuevo horizonte de apoyo económico que multiplique por diez el actual para impactar de forma mucho más significativa en las naciones más vulnerables.
Hasta ahora, el compromiso anual de 100.000 millones de dólares (prometido en la COP15 de Copenhague) se considera insuficiente. Sin embargo, no hay consenso sobre la cantidad exacta ni respecto a qué fórmulas se deben emplear para aumentar la financiación. En el documento de Moeve se señala que algunos países en desarrollo piden que aumente a 1 billón europeo (es decir, un millón de millones de dólares) a través de financiación exclusivamente pública.
En cambio, la mayoría de países desarrollados y la Unión Europea proponen una solución mixta, en la que se cuente tanto con fondos públicos como con inversiones del sector privado. Además, defienden ampliar los países contribuyentes para incluir a economías emergentes como China. Esta es una postura que sigue generando tensiones entre las naciones que, por un lado, ven en la participación privada una fuente clave de recursos y, por otro, temen que el sector privado limite sus compromisos a los mercados más rentables, dejando de lado los proyectos de menor rentabilidad inmediata.
Qué más se decidirá en la COP29
En la primera carta oficial enviada por la presidencia de la COP29 a las partes, en julio de 2024, se definen algunos de los principales temas a abordar en la cumbre del clima. Uno de los temas candentes son los mercados de carbono. «Aunque el artículo 6 del Acuerdo de París creó los principios, y en la COP26 de Glasgow se acordaron las normas para su implementación, todavía no hay mercados de carbono plenamente operativos a nivel internacional, por lo que es urgente finalizar su puesta en marcha», señala el informe.
En la cumbre de Bakú, las naciones buscan un impulso final que permita que estos mercados sirvan de incentivo para la reducción de emisiones. Este paso es crucial no solo para las grandes economías industriales, sino también para los países en desarrollo, que podrían beneficiarse de la venta de créditos de carbono y, a su vez, contar con nuevos recursos para financiar la transición energética.
En este contexto, el Fondo de Pérdidas y Daños es otro elemento central en la agenda de la COP29. El año pasado, en Dubái, se establecieron promesas que hasta la fecha no se han traducido en contribuciones suficientes. Las pérdidas que ya están sufriendo muchas comunidades vulnerables requieren respuestas inmediatas. El informe de Moeve recalca la urgencia de asegurar un fondo que esté a la altura de las necesidades que se estiman.
Además, se plantea la necesidad de que la COP29 potencie la ambición en tres áreas. En primer lugar, en la mitigación de emisiones, ya que el Acuerdo de París requiere que sus signatarios presenten cada 5 años sus Planes de Lucha contra el Cambio Climático actualizados. Los siguientes deben entregarse en 2025, por lo que la cumbre de Bakú será un momento clave para sentar unas bases comunes de coordinación y transparencia de cara a su actualización.
En segundo lugar, hay que hablar de adaptación. «Es esencial que los países definan mecanismos para aumentar el apoyo al desarrollo e implementación de estrategias nacionales de adaptación al cambio climático», afirma el análisis. Finalmente, mejorar los mecanismos de transparencia y acción colaborativa en el marco de las COP será otro de los retos a abordar en Bakú.
Por qué es importante la COP29 de Bakú
El análisis de Moeve recuerda tres motivos por los que esta COP29 resulta crítica para la lucha climática. El primero, es la urgencia de actuar. En 2023, la temperatura global superó en 1,45 ºC los niveles preindustriales, marcando un récord que deja poco margen para la inacción. «En caso de no tomar medidas urgentes, asistiremos de forma cada vez más frecuente a fenómenos extremos como tormentas, huracanes, olas de calor, sequías, etcétera», apunta el informe.
El segundo motivo es que, si se supera la barrera de los 2 ºC, las consecuencias económicas podrían ser devastadoras: se estima que el costo podría llegar al 17% del PIB mundial, según el el trabajo. Este escenario coloca a la COP29 como una cumbre decisiva no solo para la acción climática, sino también para la estabilidad económica global. Además, la COP29 jugará un rol clave a la hora de dar continuidad a todos los acuerdos y proyectos iniciados en la COP28, así como para sentar las bases que lleven al éxito a la COP30 y las posteriores.
El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, enfatizó esta perspectiva: «La COP29 debe ser la COP de levantarse y cumplir, reconociendo que la financiación climática es fundamental para salvar la economía mundial y miles de millones de vidas».
Por su parte, Maria Serra, activista climática y embajadora del Pacto Climático europeo expresa en el análisis que «las cumbres del clima son el único lugar establecido en el que los gobiernos de todo el mundo se sientan a negociar sobre el clima. Son el único mecanismo de consenso que tenemos para atajar esta crisis que no entiende de fronteras y que requiere soluciones globales».
En Bakú, cada debate y cada acuerdo será un paso clave hacia el objetivo de contener el aumento de las temperaturas. De los los líderes mundiales depende que esta cumbre pase a la historia no como una oportunidad perdida, sino como el momento en que el mundo comenzó realmente a hacer frente al desafío climático del siglo XXI.
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