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Vinos
El Fin del Mundo conquista España
La bodega ha reunido a los más importantes del sector en la embajada argentina en Madrid

Desde Argentina hasta los paladares más exigentes de España, los vinos de la Patagonia han conquistado el mercado español en los últimos 20 años. El aniversario del comienzo de su expansión en España coincide con un camino de éxito basado en una identidad única y una estrategia de captación de un público exclusivo.
La Bodega del Fin del Mundo ha sabido compartir un paisaje inhóspito en la cuna de los vinos con carácter y elegancia. En España, donde hace dos décadas era un desafío extraordinario introducir vinos distintos a los de Ribera o Rioja, la alianza de la compañía argentina con Patagon Wines (PW), distribuidora exclusiva en España, obró el milagro. El objetivo de la presidenta de la bodega, Juliana del Águila Eurnekian, es continuar en el camino de expresar la calidad y la identidad que tan buenos resultados ha dado entre los consumidores españoles.
Los vinos son muy apreciados en España, como reconocen las distinciones del sector y el crecimiento en el mercado. Una década después de su introducción en España son una opción más y compiten con grandes referentes nacionales. «En cada uno de nuestros vinos buscamos remarcar ese carácter patagónico tan buscado en el mundo y reflejar el terroir de la manera más auténtica y honesta», asegura Juliana Del Águila, que ha querido conmemorar el crecimiento de la Bodega en España con una visita a Madrid donde ha reunido a los más importantes del sector en la Embajada argentina.
De la mano de PW y su estrategia de distribución, las etiquetas de la Bodega del Fin del Mundo están posicionadas en prestigiosos restaurantes y puntos de venta. Han encontrado un público que valora su origen y calidad en un mercado muy exigente donde «los vinos de la Bodega del Fin del Mundo se han consolidado como una propuesta diferente y muy atractiva», explica Eduardo Ayala, máximo responsable de PW.
Pionera en la zona
Fundada en 1999 en San Patricio del Chañar, en el corazón de la Patagonia argentina, a 55 kilómetros de la capital, Neuquén, fue pionera en la viticultura de la zona, un terruño privilegiado, de los más australes del mundo. Allí los viñedos crecen en un clima frío, con gran amplitud térmica y suelos pobres que obligan a la vid a esforzarse más. El resultado son unos vinos únicos, distintos a los argentinos tradicionales. Elegantes y frescos, con una acidez natural que recuerda a los europeos, pero con la intensidad característica del Nuevo Mundo, han alcanzado este año cifras extraordinarias en el mercado español.
La presidenta y dueña de Fin del Mundo, cuarta generación de la bodega más grande de la Patagonia, ha celebrado este XX Aniversario destacando sus icónicas etiquetas y las novedades en blancos y e innovadores orgánicos. «Dedicamos toda nuestra energía a elaborar vinos frescos, expresivos y elegantes, siempre con un profundo respeto y amor por el lugar donde nos encontramos. Nuestro objetivo es que cada tipo de vino sea un viaje al corazón de nuestra tierra, la Patagonia Argentina», ha subrayado.

Consumidores jóvenes
Su visita ha contribuido a impulsar la calidad y el potencial gastronómico de las etiquetas y a reforzar la unión con PW. Alianzas con los actores más innovadores del mercado, interacción continua en el sector profesional y un plan de captación de consumidores más jóvenes han sido las principales palancas con las que sus responsables han logrado el éxito actual. «Estamos muy orgullosos de que los vinos de la bodega sean muy apreciados y valorados en el mercado español. El resultado del trabajo de estas dos décadas es un aliciente para seguir trabajando en el reconocimiento y la excelencia», apunta Ayala.
El compromiso de la bodega con el entorno ha añadido valor a sus más recientes productos. La compañía ha desarrollado una línea de vinos orgánicos en relación con prácticas sostenibles que están teniendo buena acogida. Juliana Del Águila ha subrayado en varias ocasiones el compromiso con el entorno donde nacen las uvas, un paso más hacia la producción más responsable que ha logrado certificaciones orgánicas. Además, la reducción del impacto ambiental en su proceso de embotellado y el uso de tapones con huella de carbono cero refuerzan su visión de un futuro enológico más sostenible. Mantener el equilibrio entre excelencia y sostenibilidad es el principio que la presidenta y propietaria de la bodega, productor número 1 de Pinor Noir en volumen de Argentina y productor número 1 de uva en la Patagonia.
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