Estrecho de Taiwán

Taiwán prepara ejercicios militares con fuego real tras las amenazas del nuevo ministro de Defensa chino

Dong Jun afirmó que «quienquiera que se atreva a separar Taiwán de China será aplastado en pedazos e invitará a su destrucción» durante su intervención en el foro de seguridad de Shangri-La

Taiwan President Lai Ching-te, third from left, listens to the briefing during his visit at Taiwanese military in Hualien County, Taiwan, Tuesday, May 28, 2024. The visit came a week after Lai was inaugurated as president. (AP Photo/Chiang Ying-ying)
El presidente de Taiwán, William Lai Ching-te, visita una base militar en la islaASSOCIATED PRESSAgencia AP

Las tensiones no amainan en el Estrecho de Taiwán. Las Fuerzas Armadas de la isla autónoma a la que Pekín considera una «provincia rebelde» organizarán en los próximos días y semanas una serie de ejercicios militares con fuego real a lo largo de su costa este. Utilizarán armas terrestres, incluidos vehículos blindados, cohetes antitanque y ametralladoras, según el Ministerio de Defensa.

La simulación de guerra, que movilizará también a los efectivos del puesto avanzado de defensa de Matsu, un minúsculo archipiélago de 19 islas e islotes a 20 kilómetros de distancia de la China continental, pretende reforzar sus defensas para repeler un eventual ataque anfibio y naval del Ejército Popular de Liberación (EPL). Una amenaza real con la que Pekín presiona desde hace décadas a los dirigentes de la isla.

De hecho, los ejercicios darán comienzo apenas dos semanas después de que las Fuerzas Armadas chinas realizaran un simulacro de bloqueo de dos días, rodeando Taiwán por el norte, el sur y el este, así como sus islas periféricas, incluidos los puestos de defensa de Matsu y Quemoy, también conocidos como Kinmen, en respuesta a la toma de posesión de su nuevo presidente, el progresista William Lai Ching-te, al que Pekín considera un peligroso líder separatista.

Así, el Ministerio de Defensa taiwanés también responde a las declaraciones formuladas este fin de semana en el foro de seguridad de Shangri-La, en Singapur, por el titular de Defensa chino, Dong Jun, quien afirmó que «quienquiera que se atreva a separar Taiwán de China será aplastado en pedazos e invitará a su destrucción».

Dong denunció que el gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) de Taiwán, ganador de las últimas elecciones presidenciales, está tratando de «borrar» la identidad china de la isla y «cortar los lazos históricos, sociales y culturales» con la China continental. «Lo que hacen es promover la independencia de Taiwán en un intento de contener a China. Son acciones maliciosas que están poniendo a Taiwán en peligro», zanjó el ministro de Defensa chino.

Pekín considera la isla autogobernada como su territorio, que debe ser sometido a su control utilizando la fuerza si es necesario. La mayoría de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, no reconoce la independencia de Taiwán, pero se oponen al cambio unilateral por la fuerza del statu quo a ambos lados del estrecho.

Las relaciones entre Pekín y Taipéi, ya tensas en los últimos ocho años, se deterioraron aún más el 20 de mayo tras la toma de posesión de William Lai. En su discurso inaugural, el mandatario insistió en la idea de que Taiwán y la China continental «no están subordinados el uno al otro», una declaración que levantó ampollas en Pekín. Sin embargo, desde el foro de seguridad celebrado en la acaudalada ciudad-estado, Dong Jun reiteró que China aboga por una «reunificación pacífica», pese a que la situación esté siendo «constantemente erosionada» por separatistas y fuerzas extranjeras.

El Consejo de Asuntos Continentales de Taiwán, el organismo gubernamental encargado de las relaciones con China, señaló en un comunicado que los «comentarios militaristas» de Dong constituyen una nueva «amenaza» contra la isla y los países de la región, al tiempo que suponen una «grave» vulneración de la Carta de las Naciones Unidas. En este sentido, el portavoz presidencial Wen Lii manifestó ayer que el mandatario ha expresado en múltiples ocasiones su intención de retomar el diálogo oficial con China, suspendido desde la llegada del PDP al poder en 2016.