Elecciones en Reino Unido
Reducir la inmigración y la carga fiscal: promesas electorales de un Sunak en crisis de credibilidad
El programa del inquilino de Downing Street comprende una batería de reducciones de impuestos equivalente a 17.000 millones de libras y la puesta en marcha del Plan Ruanda
Es más que complicado anunciarse como el candidato del cambio cuando tu partido lleva gobernando 14 años. Resulta difícil acaparar el foco mediático cuando todos los sondeos te ponen como perdedor y dan a la oposición más de 20 puntos de ventaja. Y cuesta mucho además apelar a la confianza del electorado cuando tu mudanza a Downing Street fue por un proceso de primarias y no una cita con las urnas. En definitiva, se puede decir que el premierRishi Sunak tiene prácticamente todo en contra. Pero se niega a tirar la toalla y ha presentado este martes un programa electoral, centrado en el control de la inmigración y la reducción de impuestos, con el que aspira a ganar los comicios generales adelantados del próximo 4 de julio. La tarea se antoja imposible, ya que todos los sondeos vaticinan el fin de una era.
Sunak eligió el circuito de Fórmula 1 de Silverstone (Inglaterra) para divulgar su programa. Bajo el lema «Plan claro. Acción audaz. Futuro seguro», contiene una batería de reducciones de impuestos equivalente a 17.000 millones de libras (20.030 millones de euros) al año para finales de la próxima legislatura, en 2029. En concreto, pretende eliminar la tasa de la seguridad social de los autónomos, recortar en dos puntos porcentuales –del 8 al 6%– la seguridad social de los empleados, proteger a los pensionistas para que no paguen impuestos sobre la pensión estatal, eliminar el impuesto del timbrado (escritura) para quienes compren su primera vivienda, cuyo coste no supere las 425.000 libras (505.750 euros). También aplicará una desgravación fiscal temporal sobre las ganancias para los propietarios que venden la vivienda a su inquilino, mientras que apoyará un plan para construir 1,6 millones viviendas durante la próxima legislatura.
El plan, donde no hubo sorpresas ni tampoco anuncios relevantes respecto a Sanidad o Educación, es esencialmente una continuación de los últimos dos años, sobre todo en materia económica, lo que conlleva la trampa fiscal, ya que, por mucho que Sunak anuncie recortes, la realidad es que la carga fiscal en el último lustro ha ido aumentando bajo el Gobierno de los conservadores y ahora se dirige a un máximo cercano a la posguerra.
Los anuncios de recortes de impuestos por valor de 17.000 millones significan que la carga tributaria aumentaría a un ritmo más lento, pero aún constante, en camino de alcanzar el nivel más alto desde 1950. En definitiva, los cambios que Sunak ha establecido harán que los impuestos como proporción del Producto Interior Bruto (PIB) aumenten al 36,7% para 2028-29, por debajo del 37,1% que pronosticó la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria basándose en el presupuesto de marzo del ministro del Tesoro, Jeremy Hunt, pero por encima del 36,5%, nivel actual de la carga fiscal.
Estos cálculos suponen que la economía crecerá al mismo ritmo mediocre que se pronosticó en marzo: predicciones que podrían desafiarse, pero que, sin embargo, siguen siendo algunos de los escenarios más optimistas para Reino Unido entre otros análisis independientes. Es una prueba de cuán dolorosos y efectivos son los congelamientos de los umbrales impositivos para obligar a la gente a pagar más impuestos. Incluso los recortes impositivos sustanciales no son suficientes para compensar lo que sucede cada año cuando los trabajadores se ven arrastrados a pagar tasas más altas.
En lugar de corregir el rumbo en el próximo Parlamento y conseguir realmente reducir la carga fiscal, parece que se está jugando al mismo juego: «Estamos recortando impuestos para dar seguridad financiera a los trabajadores», se lee en el manifiesto, mientras que los detalles del documento muestran que la carga fiscal sigue aumentando.
Por otra parte, Sunak prometió reducir a la mitad la inmigración y poner en marcha el polémico Plan Ruanda –para deportar a los solicitantes de asilo llegados por rutas irregulares– asegurando que los primeros vuelos empezarán a despegar, siempre que repita mandato, el próximo mes de julio. «Con el Brexit tomamos el control de nuestras fronteras, pero la inmigración ha sido demasiado alta en los últimos años y tenemos un plan claro para reducirla», afirmó.
No es un manifiesto que entusiasme ni a las bases ni a las filas del partido. Es tal el desánimo ante los resultados catastróficos que pronostican los sondeos que algunos exministros del ala dura –como la extitular del Interior, Suella Braverman– abogan incluso con unir fuerzas con Reform UK, el partido de Nigel Farage, el enfant terrible de la política británica, el protagonista del triunfo del Brexit, que se presenta como la única alternativa auténtica de la derecha y que cada día avanza en los sondeos ante la preocupación de un Partido Conservador cada vez más perdido.
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