Asia

Miles de personas protestan en Indonesia por el intento de monopolizar el poder electoral

La coalición gubernamental presentó una propuesta legislativa para rebajar la edad mínima para ser candidato, lo que beneficiaría al hijo del presidente Widodo

Miles de indonesios se manifestaron este jueves en Yakarta y en otras ciudades del país para protestar contra una iniciativa parlamentaria que beneficiaría electoralmente a la coalición del presidente saliente, Joko Widodo, y su sucesor, Prabowo Subianto. Con pancartas contra esta propuesta electoral, cerca de 1.000 manifestantes se concentraron frente al edificio del Parlamento, que suspendió hoy por falta de quórum las sesiones en la que se iba a debatir la moción contra unos cambios electorales decididos por el Tribunal Constitucional.

Algunos manifestantes rompieron una de las puertas del edificio, según los vídeos divulgados por los medios locales, mientras que otra protesta frente al Palacio presidencial transcurrió de manera más calmada, según pudo observar Efe. Las cámaras de de la cadena de televisión Kompas TV recogieron, en cambio, cómo las autoridades lanzaban gases lacrimógenos contra los manifestantes en la ciudad de Semarang, ubicada en la costa norte de la isla de Java.

La movilización en la calle está acompañada por una campaña en internet de ONG y activistas que acusan a Widodo, más conocido a nivel interno como «Jokowi», de tratar de beneficiar a uno de sus hijos, Kaesang Pangarep, en las elecciones regionales y locales previstas el 27 de noviembre. Kaesang no ha aclarado sus ambiciones políticas, pero se especula que podría tratar de presentarse como candidato a gobernador de la provincia de Java Central.

No está claro si la Cámara volverá a reunirse para aprobar la ley antes de que se abra el plazo de inscripción para las elecciones regionales el próximo martes. Otra crítica es que la coalición gubernamental trata de evitar la candidatura al relevante puesto de gobernador de Yakarta de Anies Baswedan, un destacado crítico del presidente saliente que perdió las elecciones presidenciales del pasado febrero contra Prabowo, estrecho aliado de Widodo.

La raíz de la actual crisis es un enfrentamiento entre la coalición gubernamental en el Parlamento y el Tribunal Constitucional. El martes de esta semana, el Constitucional decidió bajar el número de avales requeridos por los candidatos en las próximas elecciones, lo que permitía la presencia de más partidos y beneficiaba a Anies, al tiempo que mantuvo la edad mínima de los aspirantes en 30 años.

Kaesang, el hijo del presidente y que aspira a presentarse, tiene 29 años, por lo que no llega a la edad reglamentaria, mientras que Anies no llega a los avales mínimos de escaños en Yakarta poder ser candidato. Sin embargo, al día siguiente, la coalición mayoritaria que apoya a Widodo y Prabowo presentó una propuesta legislativa de urgencia para modificar la decisión del Constitucional, lo que ha generado malestar entre ONG y activistas. «Este es el punto álgido de mi indignación. Esto es una república. Es una democracia, pero si su liderazgo lo decide una persona, o un oligarca, no podemos aceptarlo», confesaba Afif Sidik, un profesor de 29 años que se unió a la protesta frente al Parlamento en la capital, al diario The Jakarta Post.

Jokowi, cuyo mandato finaliza el octubre, era un rival político de Prabowo en las dos elecciones que ganó en 2014 y 2019, pero ambas facciones se aliaron para las elecciones de este año. El hijo mayor del presidente saliente, Gibran Rakabuming Raka, fue pareja electoral de Prabowo y asumirá en octubre el puesto de vicepresidente, lo que ha elevado críticas de quienes afirman que Widodo trata de crear una dinastía política.

El presidente saliente, que mantuvo una alta popularidad durante su dos mandatos, no pudo presentarse a la reelección debido a los límites marcados por la ley. Elegido por primera vez en 2014, Jokowi fue aclamado en su momento como un héroe democrático, en gran parte porque se le consideraba desvinculado de la arraigada oligarquía y la élite militar del país. Hoy, esa percepción se ha esfumado.