Unión Europea
Bruselas impone aranceles prohibitivos al grano ruso
Los Veintisiete temen que Moscú pueda ocasionar turbulencias en el mercado europeo
Mientras las importaciones masivas de grano ucraniano a la Unión Europea habían acaparado titulares hasta ahora por sus consecuencias para los agricultores europeos, el grano ruso había pasado desapercibido. Pero la Unión Europea ha dado este viernes un paso al frente con una propuesta que impone unos aranceles prohibitivos a la entrada en el territorio europeo, con el objetivo de que estas tarifas tengan una carácter disuasorio y Moscú deje de exportar a los Veintisiete. Con el objetivo de no poner en peligro la seguridad alimentaria, seguirá permitido el tránsito hacia países terceros como el norte de África. Estas importaciones que no se queden en territorio comunitario quedarán exentas de esta tarifa arancelaria.
Según la propuesta desvelada por la Comisión Europea, la UE impondrá un arancel de 95 euros por tonelada al maíz y al trigo rusos. Otros productos estarán sujetos a un derecho ad valorem del 50%. Según los cálculos de Bruselas, Moscú dejará de ingresar una importante parte del pastel. El año pasado las compras de grano ruso ascendieron a 4,2 millones de toneladas por valor de 1.300 millones de euros.
Teniendo en cuenta los importante vínculos entre Moscú y Bielorrusia, Bruselas ha incluido también a este último país en esta subida arancelaria. Esto también supondrá que Minsk deje de vender 610.000 toneladas por valor de 246 millones de euros.
Aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, nunca ha tenido dudas en utilizar la venta de hidrocarburos a territorio comunitario como un chantaje constante, de momento no se ha detectado que Moscú esté utilizando las exportaciones agrícolas con el mismo fin para distorsionar los mercados europeos. Pero esto no significa que no pueda hacerlo y por eso la Unión Europea ha decidido comenzar a actuar en un momento en el que, además, el campo europeo está en pie de guerra por diferentes razones. Bruselas sospecha que Moscú tiene potencial para dirigir cantidades ingentes de grano ruso a bajo precio y de esta forma romper el equilibrio en mercados que ya están bajo tensión.
Aunque no es una sanción en sí misma y no se ha decretado un embargo similar al de otros productos, los efectos serán muy similares. Además, Bruselas no quiere que Rusia se lucre con el grano que está siendo cultivado en los territorios ucranianos ocupados por Moscú.
«Hay buenas razonas para hacer esta propuesta: impedirá que el grano ruso desestabilice el mercado de estos productos de la UE. Impedirá que Rusia utilice los ingresos procedentes de la exportación de estos productos a la Unión Europea. Y garantizará que las exportaciones ilegales rusas de grano ruso desestabilice el mercado de estos productos en la UE», ha explicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se quejó este jueves en su discurso ante los líderes europeos de que «mientras el grano ucraniano es tirado a las carreteras o a las vías del tren, los productos rusos siguen siendo transportados a Europa».
La propuesta que ha sido presentada este viernes, después de que fuera sugerida por Von der Leyen el pasado jueves, necesita la mayoría cualificada de las capitales europeas para salir adelante. Al no constituir un paquete de sanciones propiamente dicho, no se necesita la unanimidad. De esta forma, la Unión Europea podrá adoptar esta propuesta de manera más rápida. Durante la cumbre, la primera ministra de Letonia, Evika Silina, y el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, habían pedido una prohibición total.
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