![Final: Real Madrid vs Unicaja Málaga](https://fotografias.larazon.es/clipping/cmsimages01/2025/02/16/E3B32749-D0D7-468D-A7B5-6E33A5D55B19/66.jpg?crop=4160,4160,x1040,y0&width=150&height=150&optimize=low&format=webply)
Barcelona
De París a Tombuctú
Le conocí en Valencia, no recuerdo si con motivo de una Mostra o de un Cinema Jove, y las dos o tres veces que le vi a partir de entonces se comportó con el encanto que iba asociado a su leyenda. Habíamos compartido tribuna aquí, en este periódico, desde su primer número, escribiendo crítica de cine.
![De París a Tombuctú](https://fotografias.larazon.es/clipping/cmsimages01/2019/08/22/62528C15-0912-442B-A2E8-A2EB907E76BD/98.jpg?crop=457,257,x0,y205&width=1900&height=1069&optimize=low&format=webply)
Me mostró el cariño de quien te conoce por haberte leído, y haber disfrutado haciéndolo. Era fácil corresponderle: su verbo ligero pero punzante no sólo recorría un par de décadas de crónica de la vida española –con especial atención a la Movida madrileña– sino que se peleaba amigablemente con el peso pesado de su apellido. Y digo «amigablemente» pensando que, en cierto modo, las crónicas de Jorge Berlanga no eran más que una prolongación del espíritu ácido-festivo del cine de su padre. Y la demostración de que sus maneras de ver el mundo eran afines fue su colaboración en los guiones de «Todos a la cárcel» y «París Tombuctú».
En 2001, Francisco Umbral publicó una hermosa semblanza de Berlanga en la que le sugería desencantado, algo crepuscular, y por ello más sagaz, más sobrio. Habían transcurrido dos años desde el estreno de «París Tombuctú», una de las películas testamentarias más nihilistas jamás filmadas, y parecía que el testamento, sí, lo habían firmado padre e hijo a cuatro manos, o al menos el hijo había entendido a la perfección las razones del padre, como si en ellas hubiera visto el Fantasma de las Navidades Futuras. Era una película dionisíaca, excesiva, que convertía a la vulgaridad en la expresión de una lucidez que no quería callar ante nadie. Quizá ese fue el gran punto de intersección entre las sensibilidades senior y junior de los Berlanga: en el caso de Jorge, siempre con elegancia, siempre también con la palabra colgando de los labios, incapaz de no escribir lo que pensaba.
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![El Gordo de la Primitiva](https://fotografias.larazon.es/clipping/cmsimages01/2021/02/07/EDEC435D-6945-46F0-9914-F8AE401A0BA2/66.jpg?crop=532,532,x153,y0&width=150&height=150&optimize=low&format=webply)
El Gordo de la Primitiva