Linaje
Cordelia de Castellane: cómo la nieta de una condesa española se ha convertido en la reina del «chic» francés
La palabra leyenda parece estar escrita para ella, a pesar de tener solo 42 años. Además de su trabajo en la «Maison Dior», se ha lanzado al mundo del interiorismo. Desciende de un ministro de Napoleón, de un dandy de la «belle époque» y de la aristócrata sevillana más fascinante del siglo XX
Si existiera alguna duda de que Cordelia de Castellane (42) es la reina absoluta del buen gusto, su último proyecto viene a borrar todas las incógnitas. Casada en primeras nupcias con Hubert Lanvin, familiar de la creadora de alta costura Jean Lanvin y, en la actualidad, con el banquero Igor de Limur, acaba de abrir su propio estudio dedicado al diseño de interiores, mobiliario y arreglos florales. Al margen de su trabajo como directora artística de Dior Home y Baby Dior, la que está considerada la mejor anfitriona del país vecino se ha aliado con el empresario Laurent de Gourcuff. Bautizado como «el rey de la noche de París», pretende reabrir Maxim’s, el icónico restaurante que ha dado de comer desde a la Bella Otero hasta Melodie Nakachian, a quien le hacían llegar la comida en jet para sus cumpleaños marbellíes.
Castellane ha firmado la decoración de algunos de sus nuevos establecimientos, como el restaurante Laurent, antiguo pabellón de caza de Luis XI en el centro de la capital gala, o el hotel Abbaye des Vaux-de-Cernay, a 45 kilómetros al suroeste de la «ciudad de la luz», su, hasta la fecha, proyecto más ambicioso. Se trata de una antigua abadía cisterciense que, en el siglo XIX, se transformó en la casa de verano de la baronesa y pintora Charlotte de Rothschild. A pesar de su indiscutible «allure», Cordelia ha huido del «toile de jouy» y ha optado por un estilo inglés. No es extraño, ya que su madre, la interiorista griega Atalanta Politis, íntima de Christina Onassis, creció en Inglaterra. Por el contrario, su padre, el noble Henri Jean de Castellane, lo hizo en Madrid y habla español. ¿Y cómo es esto posible? Sencillo. Por la sangre de Cordelia, que tiene cuatro hijos, corre sangre española.
Descendiente de Talleyrand
Su abuela paterna fue Silvia Rodríguez de Rivas y Díaz de Erazo, condesa de Castilleja de Guzmán, una de las mujeres más fascinantes de su época. Estuvo casada cuatro veces. Su primer marido fue Henri de Castellane, bisnieto del conde Boni de Castellane, un dandy parisino de la «belle époque» que inspiró a Marcel Proust para construir el personaje de Saint-Loup, uno de los protagonistas de «En busca del tiempo perdido». Otro de sus antepasados fue Talleyrand, ministro de Napoleón. Castellane –pronúnciese «Caslán»– es un apellido que se remonta al siglo XI. Su abuela se volvió a casar tras divorciarse de su abuelo. Lo hizo otras tres veces: con Boson de Talleyrand-Périgord, duque de Valençay y de Sagan; con Erich von Posch-Pastor, y, finalmente, con Kilian Hennessy, dueño de Moet Hennessy, destilería que fabrica el famoso coñac. La condesa falleció en 2001 a los 91 años.
A su vez, Cordelia también se ha animado a ejercer de florista, un negocio que está resurgiendo en Europa y América con grandes profesionales como la española Inés Urquijo, las hermanas inglesas Ally Nutting y Jesse Lister, de Aesme, o el francés Louis-Géraud Castor. Antes la precedieron maestras como Vita Sackville-West, Bunny Mellon o Constance Spry. No es de extrañar teniendo en cuenta que su tío abuelo fue el jardinero e interiorista Emilio Terry, autor del diseño del Castillo de Groussay, propiedad de Carlos de Beístegui, y su bisabuelo, el diplomático Joaquín Rodríguez de Rivas, encargó al paisajista francés J.C.N. Forestier los jardines de su casa de recreo, el Palacio de los Guzmanes, en Castilleja de Guzmán (Sevilla).
Del esplendor de Versalles a las cacerías en Toledo
Pero Cordelia no es la única Castellane con buen gusto. Su hermana, Silvia de Castellane (60), casada con el príncipe francés Pierre d’Aremberg, fue la protagonista de la mayor boda que se recuerda en la historia reciente de la nobleza. Tres días de celebraciones que incluyeron una cena en el Palacio de Versalles, una ceremonia religiosa en la Catedral de Bourges ante más de mil invitados, entre los que se encontraban desde Carolina de Mónaco a la Infanta Elena, y un almuerzo de despedida en el castillo de Menetou, en el valle del Loira. Hoy en día, el matrimonio organiza en La Ventosilla, una finca de Toledo, cacerías a las que asisten, entre otros, los reyes Máxima y Guillermo de Holanda. Sin embargo, es a Cordelia la que muchos millonarios quieren «cazar» para que imprima en sus «hôtels particuliers» su inconfundible «savoir faire».
[[H2:Victoire de Castellane, la otra «joya» de la corona]]
La prima de Cordelia, Victoire de Castellane (61), casada primero con el editor Paul-Emmanuel Reiffers y, en la actualidad, con el conocido director de arte Thomas Lenthal, es la directora creativa de Dior Joyas y se encargó de realizar las piezas de orfebrería de la película «María Antonieta», dirigida por Sofia Coppola.
Empezó su exitosa carrera con Karl Lagerfeld, del que su tío, el diseñador de moda Gilles Dufour, era su asistente. Una afición que, a su vez, como a su prima, le viene por su abuela, la condesa española Silvia Rodríguez de Rivas, una de las mujeres más elegantes de su época, de las que todas sus nietas han heredado su pulsión por la belleza.
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