Moda
Blancos, morados y Tamames con el mismo traje
Del níveo de Díaz al rosa de Gamarra, analizamos el discurso en la moda de los políticos durante la moción
Según a quién se preguntara en los días previos a la moción de censura que tuvo lugar este martes y miércoles, la sesión parlamentaria iba a ser fundamental para la democracia o iba a ser poco menos que un teatrillo donde poner en evidencia la pinza PSOE-Vox frente al PP. Lo que pocos se podían esperar es que la moda se llegara a colar en el discurso de alguno de sus protagonistas. Fue el caso de Santiago Abascal, que afirmó desde la tribuna: «Para proteger y salvaguardar el decoro de esta Cámara, ya se lo he dicho en varias ocasiones y lo digo para empezar: ¿No creen ustedes que sería conveniente no faltar al decoro de esta institución? ¿No creen que ese podría ser un primer signo de respeto hacia los demás? No digo que vayan ustedes a alquilar un esmoquin como los que alquilan para las fiestas del cine o los que lucen en las fiestas de Ramsés, pero hagan el favor, por favor, de observar a los ujieres, a los policías, a los camareros, a las taquígrafas, que vienen aquí dignamente uniformados y vestidos por respeto a esta institución, a lo que representa y a todos ustedes y que merecen de ustedes, al menos, el mismo respeto o más».
El problema, como casi todo lo que le ha pasado a Vox con esta moción de censura, es que el argumento se le vino en contra al propio Abascal al día siguiente. Ninguno de los protagonistas descuidó la puesta en escena de lo que iba a ser el acontecimiento político de la semana. El único que parece que no tuvo esto tan en cuenta, o que al menos no le dio la importancia que se merecía en una sociedad donde la imagen vale más que mil palabras (por muy redicha que suene la frase) fue Tamames. El protagonista de la moción, que se quedó en una mera corista según Aitor Esteban, repitió traje y corbata los dos días, un hecho sorprendente cuando sabía que iba a tener todos los focos en él… y después de haber dicho Abascal lo que dijo.
Por su parte, el líder de Vox decidió concentrar toda la atención en sus corbatas. El martes, Abascal optó por el color de su partido, el verde (aunque en esta ocasión en un tono más oscuro que el de la formación). El miércoles, en cambio, se decantó por el granate, no se sabe si queriendo hacer un pequeño guiño al pasado comunista del profesor Tamames. El error, quizás una representación gráfica del brindis al sol que suponía la moción de censura, fue lo grueso del tejido que escogió en ambos días, dándole un resultado en el que los nudos de la corbata tenían demasiado protagonismo. Si dicen que Abascal se la jugaba con esta apuesta por retomar la agenda política, lo cierto es que nos dejó claro que tenía la soga al cuello… o eso parecía por las corbatas que eligió.
El otro gran protagonista de las dos jornadas fue Pedro Sánchez (aunque llegó a ausentarse de su butaca en algún momento). El presidente del Gobierno, que confía normalmente en la firma García Madrid para vestir, apostó por tener una imagen fresca el martes, el día del cuerpo a cuerpo con Abascal, y reservar un tono algo más oscuro para el miércoles, jornada en la que prefirió que los flashes se los llevara el resultado de la moción, que acabó siendo el que ya todos conocíamos. Dejando de lado el color, el estilo que lució fue el que ya nos tiene acostumbrados: camisas de cuellos estrechos y redondeados, que dulcifican su aspecto; calcetines y corbatas estampados, y su reloj modelo Longines, al que, según Tamames, no debió de prestar mucha atención.
Y si el jefe del Ejecutivo destacó por el uso de azules, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, se convirtió en la esperanza blanca de la izquierda de la mano de dos «looks» que demuestran que es una de las que más sabe de moda de la bancada azul. El outfit más espectacular lo reservó la líder comunista para el martes, cuando sabía que tendría su cuota de protagonismo al cederle el presidente su intervención. Para la ocasión, Díaz escogió un conjunto de pantalón y chaqueta en blanco con amplio escote que dejaba ver un elegante collar dorado que iba a juego con la pulsera que lucía en la mano izquierda. Al día siguiente, siguiendo con esa estética marcada el martes, volvió a repetir la paleta cromática, aunque en esta ocasión prefirió algo más discreto, con un conjunto de traje con blusa con lazada y zapatos de tacón nude.
Cuca Gamarra, portavoz del Partido Popular, sabía que su papel el martes era de convidada de piedra, al no tener turno de palabra, y que, pese a todo, muchas de las intervenciones se dirigirían a su partido. Apostó por un traje monocromático en verde, no sabemos si como un guiño a Vox, como una proclama monárquica (ya saben que V.E.R.D.E. quiere decir «Viva El Rey De España») o, simplemente, como contrapunto al blanco de Díaz, con la que coincidió en patrón. El miércoles, en cambio, optó por una estética más relajada, con un conjunto en el que llamaba la atención su americana rosa que combinaba con una camisa abierta en blanco y pantalón negro. Inteligente elección la de la política popular, que con esos colores conseguía mejor iluminación en cámara.
Por su parte, Irene Montero, la ministra de Igualdad, consciente de que su papel en la moción de censura iba a ser secundario, decidió recurrir a una paleta que ha hecho suya, de ahí que optara por los morados, posiblemente con la esperanza de reivindicar el discurso feminista al menos cuando le enfocaran las cámaras. También silenciada por Sánchez, a su lado la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, prefirió el blanco, quizás buscando algún nexo de unión con Díaz… por sumar.
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