Pareja
El susto que aguó la escapada romántica de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
El matrimonio disfrutó de un fin de semana gastronómico rodeados de naturaleza, pero se llevaron desde Madrid una gran preocupación que les acompañó durante todo el viaje
Tamara Falcó e Íñigo Onieva viven en una perenne luna de miel. El matrimonio aprovecha cualquier hueco libro en su agenda para programar una escapada y alejarse del tumulto de Madrid. Este fin de semana se dejaron caer por Sardoncillo, a 32 km de Valladolid, y se hospedaron en un hotelazo rodeado de naturaleza. Se trata de la Abadía Retuerta, un complejo levantado entre viñedos y cuyas habitaciones pueden alcanzar los 1500 euros por noche.
A pesar de este idílico entorno en el que pasaron el fin de semana, Tamara Falcó e Íñigo Onieva llevaron desde Madrid una preocupación que les acompañó durante toda su escapada. Vanilla, la golden retriever de la marquesa de Griñón, fue ingresada de urgencia en una clínica veterinaria a consecuencia de una gastroenteritis aguda de la que, por fortuna, ya se ha recuperado.
Tamara Falcó está muy unida a Vanilla, que forma parte de su vida desde hace ya diez años. Aunque ya se encuentra mejor, fueron días de máxima preocupación para la marquesa de Griñón, que no se separó del teléfono durante su escapada de fin de semana a la espera de noticias sobre el avance de su peludita amiga.
Todo quedó en un susto y no hubo que lamentar males mayores. Un descanso y alivio para Tamara Falcó, teniendo en cuenta lo unida que está a sus mascotas.
La perra más famosa de la hija de Isabel Preysler es Jacinta, una caniche toy de color canela que se ha convertido en la protagonista de casi todas sus fotografías. El can no se separa de Falcó y la sigue a todos los rincones de su nueva casa, el lujoso ático sito en Puerta de Hierro, e incluso aparece en algunas imágenes del reportaje con el que la marquesa mostró su recién adquirida vivienda en las páginas de la revista "¡Hola!".
Nada de crisis
La escapada de Falcó junto a Onieva también les ha valido para zanjar de una vez por todos los rumores de crisis en su relación. Las habladurías surgieron cuando se descubrió que la marquesa pasaba algunas noches en casa de su madre, en lugar de en la suya propia junto a su marido, y alcanzaron tanta repercusión que Tamara se vio obligada a dar explicaciones.
Algo molesta, explicó en "El Hormiguero" que todo iba bien entre Íñigo Onieva y ella, y alegó que pese a su exposición mediática también tenía derecho a una parcela de privacidad. Ya saben que una imagen vale más que mil palabras, así que nada mejor que dejarse ver con tu marido durante un romántico viaje de fin de semana para disipar por fin cualquier sospecha que circule sobre el matrimonio.
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