Ocio en Madrid
El resurgir de los Lozano: de crear Archy a devolver a Marbella acento pijo
De Alejandra Silva a las Infantas, ¿quién no iba al templo de moda de la noche del Madrid de los 90? Ahora, intentan resucitar su alma en la Costa del Sol
El triunvirato de Cris, Ángel y José Lozano, llegó a Madrid desde Jaén con la democracia, y tras unos comienzos inciertos se consolidaron con el tiempo como los monarcas del ocio de la capital. Formaban el trío perfecto y esculpieron sin ninguna dificultad el esquema de la noche madrileña más exitosa de la década de los ochenta y noventa. Ahora, José Lozano, uno de los tres míticos hermanos, ha recogido el testigo y vuelve a Marbella con El Mercato della Fontanella, un concepto similar al mítico Archy, que marcó un antes y un después en las noches de la ciudad que nunca duerme: «He llegado a Marbella después de 20 años de la inauguración de Budha, y me he encontrado una ciudad a la deriva, que hay que reinventar. Hay que recuperar la esencia de esa Marbella del glamour, y de gente guapa que siempre fue el epicentro de la Costa del Sol. Es necesario distraer la atención de los que piensan que esto no tiene remedio, porque sí lo tiene. En este nuevo negocio que acabo de abrir, con socios americanos, vuelve a renacer el espíritu del mítico Archy que encandiló a muchas generaciones de la época de los 90. Vuelve a ser un lugar de encuentro de los de siempre».
Cuando hablamos de Archy, a José Lozano le arropa la melancolía de aquellos tiempos de gloria, que nunca se borra del iris de los que triunfaron un día. Archy fue para Madrid, lo que Studio 54 fue para Nueva York. Quién les iba a decir a José Cris y Ángel Lozano, cuando en 1987 inauguraron su primer local, en un modesto inmueble en la calle Fernández de los Ríos, al que apodaron Perfil, que iban a llegar a ser los emperadores de la noche madrileña: «Era una época en la que todo se empezaba a inventar y tuvimos la suerte de estar allí en aquel momento».
Al poco tiempo llegó el palacete que marcó la diferencia de la marca de los Lozano, uno de los pilares más sólidos del Madrid de la noche de finales de los 80: Archy, algo más que un adjetivo superlativo, por donde desfilaron personalidades nacionales e internacionales del mundo de la cultura, la política y el ocio. Igual te encontrabas a Agustín Rodríguez Sahagún, que almorzaba en el restaurante al lado de Marta Sánchez o Miguel Bosé. A Mecano, La Unión o Alaska ensayando sus siguientes acordes o a Imanol Arias y José Coronado que no se perdían ni un sarao nocturno, siempre amparados por la icónica Cuqui Fierro. Ahora, José Lozano recuerda a la jovencísima Alejandra Silva, esposa del actor Richard Gere, que era adicta a la noche de Archy: «Su padre era un potentado empresario y ella era muy jovencita y le encantaba la noche. Será una buena guía para enseñarle a Richard ese Madrid que ella amó desde joven».
De Felipe VI a Miguel Bosé
Los Lozano supieron crear en el templo de la modernidad, esa mezcla explosiva de juventud, guapa y marchosa que tanto vendía. Allí, también veíamos al que hoy es Rey de España, Felipe VI y a sus hermanas las Infantas Cristina y Elena que no se perdían una. Archy fue el embrión de lo que fue el ocio nocturno en Madrid. Ejecutivos de alto standing, bellezas de cualquier sexo que se fotografiaban para la gloria del papel cuché, personajes de pedigrí que han quedado ya inmortalizados en la historia de los tiempos. «Era un conglomerado exótico donde confluye toda la fauna nocturna», sentencia su creador. Del Oh Madrid al Oh Marbella. El apellido Lozano se convirtió en todo un clásico de las noches capitalinas: referencia obligada en el ocio de Madrid. José tiene claro que la fórmula familiar funcionó. José Lozano dejó la localidad de Santiago de la Espada en Jaén, para emigrar a Madrid con apenas 12 años.
De la noche a la política
Los hermanos emprendieron derroteros muy distintos hasta que una vena más empresarial, que familiar, les volvió a unir. Ahora, José recuerda cómo su primer paso como hombres de empresa, lo dieron con una firma de decoración donde Dalí les hizo varios diseños para papel de empapelar. Pero su destino era otro: la hostelería y no tardaría mucho en llegar: su Oh Madrid y su Oh Marbella. «El Oh Madrid fue también una revolución en las noches de la capital, con esa carretera de la Coruña atestada de coches que querían entrar desde Pink Floyd, Prince o U2. Los tres hermanos hacíamos un buen equipo. Cris, casado con Jacqueline de la Vega, se ocupaba de las relaciones públicas. Jaqueline venía de México y se hizo muy famosa como modelo, ahora vive en el anonimato. La época de más relumbrón es cuando nombraron presidente de la Comunidad de Ceuta y Melilla a mi hermano Cris. Allí, yo fui su mano derecha hasta que un año después de gobernar le hicieron una moción de censura el PP y el PSOE y tuvimos que salir de la ciudad».
Poco antes habían creado Oh Marbella: «Siempre hemos tratado de ser un poco pioneros e innovadores en todo lo que hemos emprendido, nos ha gustado romper esquemas. Y en Marbella fletamos desde Madrid aviones con periodistas y celebridades nacionales que lo llenaban todo. En Marbella venía Enrique Iglesias todas las noches porque era muy amigo de la casa. Pero esos tiempos han terminado y debemos volver a inventar para que Marbella recupere el brillo de antes», detalla. El tiempo dirá si El Mercato della Fontanella logra que un Lozano vuelva a poner en el mapa su estilo de ocio de la Costa del Sol.
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