
"Sex symbol"
La bajada a los infiernos de Nadiuska, la otra amante del Rey Juan Carlos
Las declaraciones de Bárbara Rey han sacado a la luz el triste final de la actriz alemana, que un día fue la mujer más deseada

La vida de Roswithka Bertasha Smid Honczar, conocida artísticamente como Nadiuska (Alemania, 1952) y ahora, como la «otra» amante del rey Juan Carlos I, es un cúmulo de infortunios. De ser un «sex symbol» y mantener relaciones sexuales, que no amorosas, con el rey Juan Carlos, pasó a vivir en la indigencia, en pensiones de mala muerte y en oscuros rincones de las calles madrileñas. A finales de los noventa, protagonizó su última película, una producción argentina titulada «Las dudas de Judas y María Magdalena». Después, la nada. Ella conocía a muchos Judas, hombres poderosos que se acercaban a ella con la única intención de mantener relaciones sexuales. En 2023, su nombre volvió a sonar por dos documentales: «El enigma de nadiuska», de Atresplayes, y «Nadiuska», de Sonora, narrado por Jorge Sanz, que hizo de hijo suyo en el cine . Que la exvedette Bárbara Rey hiciera alusión a ella, le ha devuelto a la actualidad. Pero vayamos por partes.
La última entrevista que concedió a un medio de comunicación se la hizo quien escribe estas líneas y fue del todo significativa. En ella, me desveló que: «mi novio era el rey Juan Carlos, pero ya no estamos juntos. Hay personas de su entorno que quieren deshacerse de mí, que no permiten que hable de nuestra historia. Por eso, tengo cubierta con una sábana negra la ventana, para que no me descubran. Pero ahora quien me gusta es el príncipe Felipe, y su padre no me deja verle…», me reveló.
Su mente se movía entre momentos de lucidez y desvaríos absolutos. Cuando su historia con él monarca acabó, volvieron a encontrarse en una recepción, y me cuentan que les vieron mantener una pequeña discusión. Ella le reprochaba que solamente la quiso para el sexo y que la había dejado «tirada» sin prestarle ayuda cuando más la necesitaba. Y es que Nadiuska pasó de la opulencia pasó a la miseria y al olvido.
Deudas y mudanzas
Uno de sus mejores amigos, Tony Aliaga, desvela en LA RAZÓN que, «cuando Nadia, como le gustaba que le llamaran, estaba arruinada, vivimos juntos en un apartamento cercano a la calle Atocha; y luego, nos fuimos a otro piso en la zona de Príncipe Pío. Me enteré de que debía mucho dinero y que en su cuenta apenas le quedaban seiscientas pesetas. Desvariaba bastante, empezaba a sufrir la enfermedad mental que luego se convirtió en una dura esquizofrenia. Confundía términos y situaciones. Iba de mal en peor. Un día desapareció de mi vida y ni volví a verla jamás», relata.
El que escribe consiguió encontrarla en una pensión de la zona de Cuatro Caminos, de donde finalmente la echaron porque no pagaba el alquiler. Me confesó que «estoy muy deprimida y no sé qué hacer con mi vida. Los amigos que antes me adoraban ahora ni me llaman, porque no tengo dinero. Me han dejado de lado». Nueva desaparición y caída en los infiernos. La vieron malviviendo en la calle Alcalá, en otra junto a la plaza de Manuel Becerra, en un pajar de una localidad de Guadalajara. Al final, un médico la descubrió y consiguió que ingresara en el hospital Camilo Alonso Vega, y de allí al complejo asistencial Benito Menni, de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, donde permanece internada desde hace dos décadas.
La periodista Valeria Vegas, directora de la docuserie de tres capítulos sobre Nadiuska, descubre que «en estos momentos está medicada, cosa que no ocurría hace veintitantos años. Lo que significa que se encuentra bastante mejor que entonces, controlada y haciendo una vida tranquila en el hospital. Recuerda perfectamente que fue actriz, allí la llaman Nadiuska, sabe que fue muy famosa, puede tener lagunas, pero está muy tranquila y con una vida prácticamente normal».
Decidió apartarse de todo y de todos y en el centro ha encontrado gente que la comprende y la anima. A otros internos les gusta que Nadia les amenice las veladas con sus historias del pasado, les dice que admiraba muchísimo a Concha Velasco y a Carmen Sevilla, que tuvo amigos muy importantes y que, en un momento de su existencia, muchos le fallaron y la dejaron de lado. Eso es lo que más le duele.
Su amigo Tony Aliaga me reveló en una ocasión que «un día intentó suicidarse precipitándose desde una ventana a la calle. Estaba hundida, porque, según me dijo, salía con un hombre muy poderoso que para lo único que la quería era para acostarse con ella».
A día de hoy me cuentan desde dentro del hospital que Nadia vive tranquila. «¿Salir de ahí? ¿Y dónde se iba a ir? Sin recursos ni dinero y con setenta y tantos años de edad. Por lo menos, dentro está cuidada y medicada. Va a Misa y reza todos los días, es una mujer muy cariñosa y amable. Se hace querer con facilidad. En una ocasión, tuvimos un problema con un paparazzi que se coló en el hospital. ¡Menos mal que lo descubrimos a tiempo. viera a ocurrir!», relatan en anónimo fuentes del centro.
Nadiuska y su triste historial amoroso
No solo se sintió traicionada por Don Juan Carlos. El representante de artistas, Damián Rabal fue quien la descubrió, la convirtió en su amante y montó una farsa para que consiguiera la nacionalidad. El novio se llamaba Fernando Montalbán y accedió a cambio de tres mil pesetas. Solamente la vio el día de la ceremonia. Fue lo que se dice «un hombre de paja», aunque él presumía entre sus amigos de haberse casado con la mujer más deseada de España.
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