Familia
Gloria Camila y Ana María Aldón se fuman la pipa de la paz por una razón muy especial
La expareja y la hija de Ortega Cano están condenadas a entenderse, al menos, en un día muy importante para la familia
El ambiente en la familia de Ortega Cano no es nada bueno, aunque lo cierto es que tampoco es una novedad en el clan. El caso es que, desde que el torero y Ana María Aldón se divorciaron, la tensión puede cortarse con un cuchillo y los ataques públicos desde ambos bandos se repiten con frecuencia. Especialmente complicada es la situación en el caso de Gloria Camila y la expareja de su padre. Ninguna ha disimulado su mutua animadversión, y la cosa ha ido a peor con la entrada en acción de una tercera en discorcia.
Gema Aldón, hija de Ana María Aldón, tampoco se ha mordido la lengua a la hora de cargar contra Gloria Camila, que, por supuesto, no se ha amedrentado ante los reproches. No hace falta ser un genio para caer en la cuenta de que todo lo narrado anteriormente no ayuda en absoluto a que los integrantes de esta saga puedan acercar posturas, pero están condenados a entenderse, al menos, durante un día muy especial para todos.
Tal y como Gema Aldón ha desvelado desde Honduras, donde se encuentra concursando en “Supervivientes”, la familia celebrará el próximo 29 de marzo la primera comunión del pequeño José María, un niño al que todos adoran y que nada tiene que ver con los conflictos familiares.
Ana María Aldón y Gloria Camila están dispuestas a guardar las uñas y fumar juntas la pipa de la paz para que el chico pueda disfrutar de ese día tan especial sin que las tensiones, las caras largas o los enfrentamientos lo arruinen.
El pasado cumpleaños de José María, el 9 de febrero, Ana María Aldón fue la gran ausente de la celebración que organizó Ortega Cano, y lo más probable es que ella prepara otra diferente con sus más allegados. Sin embargo, en el caso de la primera comunión, no tendría sentido que la familia se dividiera, puesto que se trata de un sacramento único e irrepetible. ¿Tendrán la fiesta en paz o acabará siendo una “comunión de sangre”, como bien habría dicho García Lorca?